martes, 22 de diciembre de 2020

552. Que venga ya el nuevo año

Quiero descorrer cortinas como estaciones. 

Suprimir el invierno y 

caer en una verde y nueva primavera.


Os deseo que paséis estas navidades con salud 

y lo mejor posible. 

domingo, 13 de diciembre de 2020

551. Dos pelis en blanco y negro

 Pero no os vayáis que os cuento:

El tráiler atraía cuando la 2 de tve anunció la peli de ayer sábado: Cold War. La presentaba una voz conocida (ahora no recuerdo el nombre) del programa Días de Cine con su peculiar síntesis y entrevista al director. Por ella supe que era el mismo director de Ida, también en blanco y negro que vi hace tiempo y me gustó mucho.

Paweł Aleksander Pawlikowski, que así se llama este director y guionista, dijo en la entrevista que se la dedicaba a sus padres que tuvieron una relación tormentosa como la que quiso impregnar en la película, aunque no fue la misma. 

Las películas en blanco y negro tienen para mí una atmósfera especial impregnada de intimidad y misterio. Como en Ida, aunque en Cold War es muy diferente en su comienzo. Las voces que cantan me recordaron a la primera vez que escuché las voces búlgaras. La música en esta cinta une y desune a esta pareja que se ama desesperadamente. 

¿Quién no quiere ver, a estas alturas de pandemia, una peli con una música y voces divinas? Una historia de amor tormentosa que puede, incluso, acabar bien en medio de unas imágenes bellísimas.

Y no me enrollo más. Esta ha sido mi impresión, y, como hace tiempo que no hablaba de pelis en el blog, me apetecía dejar constancia de estas dos. Para saber más, si no la habéis visto, estaréis mejor informados en:

https://es.wikipedia.org/wiki/Cold_War_(pel%C3%ADcula)

https://es.wikipedia.org/wiki/Pawe%C5%82_Pawlikowski

https://es.wikipedia.org/wiki/Ida_(pel%C3%ADcula)

martes, 1 de diciembre de 2020

550. Ahí vamos

 


Nunca la vida ha sido tan actual como hoy: por un tris no es el futuro.

Hoy es hoy.

Y mañana tendré de nuevo un hoy.

Un soplo de vida” Clarice Lispector

domingo, 15 de noviembre de 2020

549. ¿Cuál es tu primer recuerdo relacionado con el cine?

Desde mi último post hay una especie de vacío, unos veinte días sin que se me ocurra qué escribir. En años anteriores, ese tiempo estaba lleno porque a primeros de noviembre se suele celebrar el Festival de cine de Sevilla. Las vísperas para mí eran como preparar un viaje, pero en vez de mapas y lugares a visitar, casi me estudiaba el catálogo del Festival al leer todas las sinopsis de las películas y actividades. Bien difícil era acertar por la novedad que representa ver estrenos, uno más de sus atractivos.  

Este año tenía claro que era un riesgo asistir a largas colas para coger buen sitio por cómo iba la curva de la pandemia. Ni siquiera miré la información porque me hubiera ido a sacar alguna que otra entrada. Como terminó ayer, hoy me he puesto al día. Y me topé con unos vídeos cortitos en los que hablan distintos montadores o editores de cine, un oficio que admiro como el de los traductores de libros. En otros vídeos contestaban distintos directores y directoras a preguntas como la del título de este post. A medida que los escuchaba fluían mis propios recuerdos e imágenes, el cine me ha apasionado siempre. A toda velocidad recorría pelis vistas en el cine de verano de mi pueblo: de romanos, piratas, submarinos, musicales y las de vaqueros, que no eran de mis preferidas.

Pero la imagen más poderosa y más antigua fue la de un viaje que hice con mis padres a Sevilla, de compras. Ese día nos quedamos a comer en un bar de barrio y me pasé toda la comida mirando a través de la cristalera el cine que había enfrente. Tanta lata di que al final me llevaron a ver las fotos de la película como yo quería. Esos fotogramas llenos de colorido me impresionaron tanto que los convencí para entrar a verla. Supongo que como era la hora de la siesta pensaron que me dormiría, debía tener unos cinco o seis años. Al comprobar que no caía rendida, me preguntaron varias veces si me quería salir. Yo insistía que no y seguía embobada ante la gran pantalla desde las gradas. La película era un musical que hicieron de la ópera Aida. No creo que ellos hubieran visto nunca una ópera y yo menos, pero eso daba igual, porque más tarde cuando he vuelto a escuchar el Coro de los esclavos judíos del “Nabucco” de Verdi…, esa música ha quedado en mí para siempre.  

Por si le queréis echar un vistazo al palmarés.

domingo, 25 de octubre de 2020

548. Líneas


 Miras el cielo. Te sitúas.

Abajo, muy abajo; una niña en su pupitre escoge,

juega entre líneas.

¿Paralelas, convergentes, divergentes?

Miras el cielo, te quedas con las paralelas.

Las vías de un tren imaginario que te llevará lejos.

jueves, 1 de octubre de 2020

547. Tu perfil


Erguida y desafiante. Así esperas la lluvia, el frío y la nieve que dejarán, si no vienen arrollando, tu rostro aún más bello.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

546. Azul sobre azul

 


Un día, te prometo, voy a quedarme en casa
a coser todos tus botones.
Sacos, camisas, contaré los ojales
buscando en cada prenda la pieza que falte;
no voy a conformarme con que se adapte a las otras
deberá ser igual, idéntica en color y tamaño.


Quizás le encuentre el gusto
a quedarme junto a la ventana
enhebrando la aguja
arriba y abajo, la mano con el hilo
concreto
ya no el imaginario
sino el que en la práctica existe
transparente sí
casi invisible
azul sobre azul, negro sobre negro
y ensimismada en mi labor
quizás renuncie a todo lo demás.


Carolina Esses (Buenos Aires, Argentina, 1974)


jueves, 10 de septiembre de 2020

545. El costurero


Hoy cumple este blog 13 años, una fecha que me gusta porque le gustaba también a mi madre que no era supersticiosa.
Y no está de más que recuerde que este blog lo inicié porque necesitaba soltar cosas, es decir, escribir sobre lo que me apeteciera y como mi madre fue modista y ya no estaba conmigo, lo nombré El costurero y se lo dediqué a ella.
Y, cómo no, también he actualizado la foto de su costurero porque todavía es el que seguimos utilizando para alguna que otra costurilla o tijeretazo.
Las cosas si se cuidan casi ni envejecen. Un reto, incluso, la renombrada obsolescencia de las mismas puede que la inventara alguien, no sólo para aumentar las ventas, sino para que sus cosas no le superaran en edad.

Pero está bien que duren y, aunque cuando hacemos limpieza hay quien se deshace de casi todo por uno u otro motivo... Sé de un caso que debido al dolor de la pérdida de un ser querido se deshizo de todo lo que le hacía recordarlo. Pero como también existe el paso del tiempo que cura las heridas, llegó un día que echó de menos algunas cosas. Lo que guardamos en la mente se modifica al recordarlo y se olvida. Es entonces cuando algún objeto se nos hace presente por medio de esa sinestesia maravillosa, y nos trae, no sólo el recuerdo, sino el momento vivido con esa persona.
Creo que fue en la segunda película de Isabel Coixet, ‘Cosas que nunca te dije’, la protagonista que sufre no de pérdida, sino de desamor, comenta que ha abierto una hucha para guardar los momentos felices vividos con la persona que la ha dejado.
Es tan corta la vida y surgen tantos problemas y escollos que por qué no guardar esos momentos o esas cosas mediante el canal que cada persona escoja si eso nos trae felicidad.
Quiero daros las gracias a todos/as por pasar por aquí y os deseo calma para buscar esa felicidad que, en estos tiempos de pandemia, tanto escasea.  

viernes, 4 de septiembre de 2020

544. Ruidos

Hay un sector de la población que con la caída de la construcción lo notó más que otros, pero aún así casi siempre tienen trabajo que hacer, especialmente si son buenos, como en todo.
¿Habéis tenido algún verano que soportar obras en el vecindario? Yo todos, tanto en el piso como si venía al pueblo a casa de mis padres.
Seguro pensáis o habréis pensado “al pueblo, te vas al pueblo, ¡qué bien! ¡Que descanso!” Y una M mayúscula porque de eso nada. Sobre todo si son tus vacaciones y tu deseo de levantarte tarde o echarte una siesta después de una comida gustosa.
¡OBRAS! Es verano y toca soportar todo los procesos desde la demolición, el martillo percutor que te atraviesa los sentidos, la hormigonera etc.
Pero dentro de lo malo como me gusta escuchar, no deja de sorprenderme el lenguaje del gremio; no será en todos sitios igual supongo, pero aquí en mi sur... No es sólo que no pronuncien bien, es el tono, la rapidez al hablar, las voces al que está lejos, es en fin, una jerga especial y curiosa que me hace gracia y no deja de sorprenderme.
Así pensaba mientras volvía a la ciudad contenta por dejar atrás las obras del pueblo, pero…
Habían vendido el piso de arriba del mío y parecía que los nuevos inquilinos, a juzgar por el ruido, lo estaban construyendo de nuevo.

viernes, 28 de agosto de 2020

543. Idea Vilariño


No quería dejar pasar agosto sin citar a una de mis autoras preferidas en el centenario de su nacimiento. Idea Vilariño, poeta uruguaya, hija de padre anarquista y poeta, de ahí su nombre: Idea. Fue una de las grandes creadoras del siglo XX, docente y traductora de reconocido prestigio académico. Su obra apela al lenguaje coloquial y lo renueva, escribió por amor a la palabra, escueta y certera. Su poesía llega como una flecha, como la vida que vivió con intensidad y pasión. Habla de la soledad, la muerte, el vacío y el amor a Onetti sobre todos. Decían de ella que tenía ese pájaro azul de los poetas: Idea era una persona lindísima que nos marcó a todos.


Todo es muy simple


Todo es muy simple mucho
más simple y sin embargo
aún así hay momentos
en que es demasiado para mí
en que no entiendo
y no sé si reírme a carcajadas
o si llorar de miedo
o estarme aquí sin llanto
sin risas
en silencio
asumiendo mi vida
mi tránsito
mi tiempo.

Fuente poema:https://www.cultura.gob.ar/centenario-de-idea-vilarino-9386/

lunes, 17 de agosto de 2020

542. Como si oyeras llover


Estaba esperando en la cola de la caja del supermercado cuando a mi espalda escuché una orden en un tono cortante:
-Mamá, calla, ¡que te calles!
Volví la cabeza sin poder evitar que mi extrañeza asomara por encima de la mascarilla. La que hablaba era una chica bastante joven para tener tantas dotes de mando. No se cortó por mi mirada, estaba tan crispada que pensé que no veía a nadie y siguió hablando con su madre.
-Mamá, es que no me escuchas, eres tú la que primero tiene que cambiar, no él.
Supuse que la madre tenía problemas con su pareja; me retiré más de la distancia permitida, pero a la joven pareció darle igual y sin bajar el tono siguió, como si la mascarilla le protegiera también el mal carácter.
-Pero es que no te das cuenta de que él se deja llevar porque le consientes todo; siempre ha sido así, le das todo lo que te pide y de esta manera no vas a conseguir que cambie.
Me pregunté a quién debía tener por pareja, ¿un machista, un inmaduro, un despilfarrador? Lo que sí estaba claro era que su hija estaba más que harta de ser su confidente y de escuchar sus quejas.
-Que no mamá, que no llevas razón, ¿qué edad tengo yo?
Me quedé con las ganas de saberlo porque al mirarla por curiosidad su madre se dio cuenta y miró para otro lado. Pobre mujer, ¡qué repaso el de la hija! Tengo amigas que además de niños han tenido niñas, pero nunca les he oído quejarse de que le hablaran de ese modo.
-Soy más joven que él, ¿verdad? Sí dilo.
La madre asintió avergonzada.
-Pues voy a terminar la carrera mucho antes que tu hijo mayor, que en la vida ha dado un palo al agua por tu culpa, así que no te quejes más.
La voz de la chica cantó su emoción. Respiró profundamente y siguió hablando, pero esta vez sonaba temerosa.
-Ahora todos los días dale que te pego con tu miedo a que coja el virus por sus excesos y te lo pegue. ¿No te das cuenta? Es el mejor momento para que lo alejes porque le da igual lo que te pueda pasar. Estoy cansada, pero sobre todo me preocupas y ni siquiera me escuchas, es como si oyeras llover.

martes, 4 de agosto de 2020

541. Evasión


¿Hay alguna forma de evadirnos de lo que ocurre? 
Sí, claro, la naturaleza.


Pero, y si al observar la naturaleza


vemos monstruos dormidos en el agua


o en las piedras...

sábado, 25 de julio de 2020

540. Abandono


Con el paso del tiempo todo se destruyó, 

menos el colorido del graffiti y el beso de los pinos.


Aún seguían ahí a pesar del abandono de las personas.

viernes, 17 de julio de 2020

539. ¿Enemistad o un deseo mayor que otro?


Otro día sofocante en la vega del Guadalquivir. Con mi café doble y mis tostadas con aceite de oliva virgen y mermelada casera me dispongo a disfrutar de mi desayuno.
Veo a mi alrededor dos moscas madrugadoras, mi primera intención es coger la pala, pero me detengo; las dejo, me siento y con la mano protejo mis tostadas par que no me molesten como otros días.
Vuelan en una pelea que me recuerda aquella peli china “La casa de las dagas voladoras”; se elevan y dan vueltas atacándose una a la otra, pero sin rozarse. Intento distinguir macho/hembra, pero es imposible por lo rápido que giran. El juego o lo que sea que sucede entre ellas es hipnótico, hasta que al final una se queda sola; espero que se pose en el portátil como les gusta, pero no, se queda en el respaldar de la silla de al lado, se pasea por el filo se refriega las patitas y las alas como en un baño matinal marcando su sitio como una reina.
Desayuno tranquila y aprendo algo más sobre las moscas. El científico Björn Brembs, afirma que el comportamiento de las moscas, aunque no es completamente libre, no está completamente constreñido. El trabajo aporta evidencia obtenida de cerebros de moscas, cerebros que parecen estar dotados de flexibilidad en la toma de decisiones. El científico señala que la capacidad de elegir entre diferentes opciones de comportamiento, incluso en la ausencia de diferencias en el medio ambiente, sería una capacidad común a la mayoría de los cerebros, si no de todos, por lo que los animales más simples no serían autómatas totalmente predecibles. Asimismo, señala que dicha capacidad tiene su explicación adaptativa como respuesta frente a competidores, presas y predadores.
Como todos los veranos en el pueblo estamos acompañados de ellas, pero eso sí, yo también les marco mis límites. Cuando se posan sobre mí escribiendo o cocinando no somos amigas y es mi paleta la que vuela.

sábado, 4 de julio de 2020

538. Mi país

"Mi país es ese instante único
que ahora mismo sucede en todas partes,
orillas de la tierra,
lugares a los que no sé ir
ni puedo, y llego sin embargo.
Amo esa alquimia de olas y pacientes orillas.
No hay mejor patria
ni asta en que poner
bandera alguna."

Albis Torres, “La habitación más tibia”

viernes, 26 de junio de 2020

537. Decir ventana y volar

Dejar rastros de amor en el camino hendido por la rueda.

Extender el mantel de la alegría sobre la ceniza del daño.

Decir ventana y que entre el cielo.    

José Maria GómezValero

domingo, 14 de junio de 2020

536. Libros rescatados


Decidí en el confinamiento aligerar el grueso de los libros pendientes de leer, algunos de mucho tiempo. Como "Sefarad" de Antonio Muñoz Molina. Con este escritor me pasó que, después de leer sus primeros libros prestados por una amiga muy querida con quien comparto el gusto por las lecturas, lo aparqué. Más tarde compré algunos libros suyos, “El jinete polaco” lo comencé dos veces y lo dejé, demasiada narración. Es un defecto mío, lo sé porque en la lectura prefiero encontrarme diálogos que, a mi parecer, imprimen ritmo a la historia. Y no es por prisa porque pase algo. No, desde siempre soy bastante paciente, sigo y sigo, y si a la mitad de la lectura no pasa nada es cuando me cuestiono dejarla.

Por la mitad iba con otro libro del mismo autor, “Tus pasos en la escalera”, dicen algunos de suspense, pero es, como dice su creador, sobre la espera, y yo diría que sobre la soledad y las trampas de la memoria. Hoy lo he terminado con la esperanza de un final sorpresivo, porque ya estaba mi mente en otra cosa cuando lo leía, y bueno, más o menos. Pero eso sí, he paseado con el protagonista por Lisboa, he recordado a Montaigne y sus ensayos y cómo no a Lobo Antunes y sus Crónicas.
Me ha gustado más Sefarad porque es una novela de novelas o mejor de historias de vida para no olvidar, para no repetirlas. Diásporas, exilios; el que Muñoz Molina comparte recordando a Jean Améry en “¿Cuánta patria necesita el ser humano?”
Qué cantidad mínima de patria, que dosis de arraigo o de hogar necesita un ser humano, se preguntaba Jean Améry en el libro “Más allá de la culpa y la expiación”. Y me acuerdo de lo que escribía Aroa Moreno en la prensa, un artículo reciente más otro anterior sobre la patria y sus signos, y no puedo estar más de acuerdo con ella.

He nombrado a Antonio Lobo Antunes y me apetece terminar con una frase de una de sus crónicas, “Crónica del pescador de la avenida marginal” porque me gusta mucho su halo poético. Y porque, aunque no lo sé, me aventuro a decir que a su tocayo Antonio Muñoz Molina seguro que, también, le gusta. 
Me apetece, fíjate, regalarte flores.  
No te las regalo. Abrazarte. No te abrazo.                  

domingo, 31 de mayo de 2020

535. Atmósferas


Durante toda la mañana había caído sobre la ciudad una lluvia torrencial. ¡Ojalá se lleve los virus malignos, pensaste! Y por la tarde en la salida permitida tomaste esta foto.
Como si hubieran pasado varios inviernos te reconoces viendo las cosas de otra manera. El río es más ancho, te bajas la mascarilla y lo respiras. El aire es limpio y lo notas.
Has estado tan triste por todo lo que pasaba a tu alrededor que, cuando pudiste atravesar tu ciudad te sorprendiste porque esta imagen, tantas veces contemplada, la veías de nuevo, como si estuvieras viajando y descubrieras un río con tanta historia y tan bello en sus orillas por vez primera.

lunes, 18 de mayo de 2020

534. Tamaños





Estos días de “conozca usted a sus vecinos” he visto proliferar nuevamente las banderas, aunque nunca vi que las anterior crisis hubiera terminado, pero sí que decayeron un poco en los balcones.
Nunca me han atraído las banderas ni lo que representan porque nunca me he sentido representada en ellas. En el colegio me gustaba dibujarlas por su colorido y forma, pero nada más.  
Cuando tienes que abandonar tu tierra para buscar el pan en otra, ya sea en el mismo país o en otro distinto, aprendes mucho sobre ti y los demás; sobre todo al volver porque no te has conformado como otros, y esos no te lo van a perdonar. Y, también, porque puedes comprobar cómo ha empobrecido tu tierra. Y, no digamos, si intentas aplicar lo aprendido fuera para promover el desarrollo de donde tuviste que partir. Aunque esté claro que tu trabajo ya no dependa de tu terruño, pero sí de tu región, ese progreso que intentas para él no será bien visto “por nadie”, sólo servirá para que otros, primero te copien, y segundo se pongan más medallas que los militares.

Ya me he ido del tema, porque lo que quería decir en estos días que proliferan las caceroladas y protestas, es que las mismas denotan lo atrasados seguimos estando y qué poca educación ni respeto hemos aprendido. Y tampoco es una forma de respetar ni sentir a los que se han ido en la soledad más temida.
Los primeros derechos a reclamar son la salud para poder trabajar y levantar un país y la educación para salir de la idea de que un país no nos pertenece. Podemos utilizar todos los posesivos que queramos: “mi tierra, mi patria” etc. Pero un país, una nación y este mundo en que vivimos es un todo y no somos sus dueños para hacer con el lo que queramos, sino para CUIDARLO.
Y ahora, en este momento no vale salir a la calle y protestar si no es para arrimar el hombro y no para decir que tu país es tuyo: “el patio de tu recreo”, como dijo un político que hizo lo posible por unir fuerzas en vez de separar como ha hecho siempre la derecha.

Da igual quien nos gobierne, es tan nuevo y terrible lo que estamos viviendo que todos se hubieran equivocado, todos, pero manipular una pandemia en vez de arrimar el hombro no es ni de patriotas ni de banderas. Es de SOLIDARIDAD HUMANA.

domingo, 3 de mayo de 2020

533. Tres miradas de cine


Cada espectador o cada lector hace una interpretación diferente de lo que ve o lee. Da igual lo que digan los críticos, es su mirada personal la que cuenta para sí mismo.
“Lo que arde con el fuego”, “La sombra del pasado” y “La buena esposa” tienen algo en común: las miradas de los protagonistas de estas tres películas dentro de las mismas, en definitiva, de sus interpretaciones.

“Lo que arde con el fuego” muestra la extrañeza de un hijo único de 14 años introvertido y sensible ante lo que les ocurre a sus padres en el camino hacia la ruptura de su matrimonio. No juzga ni se rebela, es la mirada de comprensión primero y la pregunta después del porqué de las cosas que hacen que se pierda esa felicidad.
“La sombra del pasado” desde la mirada de la infancia, esa incomprensión de que algo terrible ocurre y queda en la memoria. Esto se ve cuando el protagonista encuentra a través del arte sus recuerdos en su búsqueda de la verdad -lo que es auténtico es bello- como le dijo su tía. La denuncia de lo ocurrido está en la verdad de la mirada desde el cuadro, es el arte quien enfrenta al culpable con sus hechos.
“La buena esposa” no tuvo buenas críticas, pero aún así es una cinta que saca de nuevo a relucir la inconformidad y el sacrificio de muchas mujeres en su matrimonio. El título no me gusta porque es demasiado explícito, pero sí la interpretación gestual de la protagonista, Glenn Close. Se actúa con el gesto y, a veces, no hace falta más.   

jueves, 23 de abril de 2020

532. De libros y cine

No, no estoy poseída, he querido poner esta foto en primer lugar porque este libro, ya familiar, me ha acompañado en los días fríos del confinamiento junto con mi manta.
“Posesión” de A. S. Byatt es una novela-romance que intercalé entre otros dos libros. Yo había visto la película hace años y me gustó, pero la novela me gusta más. Son 572 páginas y letra pequeña que me sirvieron para el enganche que pretendía; además de ser una novela-romance bien construida, con el aliciente de la investigación que lleva a cabo una pareja contemporánea. Nos descubre, la carrera de los investigadores por llegar antes a la meta propuesta: hallar las cartas de amor de un poeta victoriano, época en las que su autora, A.S.Byatt, es una especialista. Todo ello aderezado por la revisión de unos amores paralelos en el tiempo. La novela ganó el Premio Booker en 1990.

Este es un libro que no encontraba en librerías pero que por fin he podido leer. Ya conocía a Ángel Zapata, por “La practica del relato” que leí hace años durante un curso de Creación literaria.

Aquí se analizan tres relatos cortos, a cual mejor, con toda la maestría que tiene este autor. Ni que decir tiene que he disfrutado mucho con su lectura. En el último relato de Ana María Matute de 22 líneas emplea 146 páginas, un análisis completo. Un libro sin duda de aprendizaje que, con horas por delante, se aprovecha mejor.

No me acuerdo dónde leí: "El mejor libro es un libro difícil, ¿o era incómodo?" Da igual, para mí ha sido un lujo de lectura.


                                                                                                              

Este director ya me cautivó en los primeros tiempos del canal de autor que tenía Canal Plus. Grabé películas suyas en VHS que conservo para verlas de nuevo y con este libro: ¡qué mejor que repasar su vida! 

Fue un gran luchador y trabajador para llevar a término el cine independiente en el que creía y fueron muchas las dificultades a las que tuvo que hacer frente. Por citar algunas películas que quedaron en mi memoria: “Una mujer bajo la influencia” “Noche de estreno” “Gloria”, con la maravillosa Gena Rowlands, su mujer en la vida real.

Os deseo que paséis un feliz Día del Libro y no dejéis de cuidaros.

sábado, 4 de abril de 2020

531. La realidad


Estos días por distintos medios escuchamos o leemos frases como: “El virus nos iguala a todos”, ¿de verdad podéis creerlo?
Hay cantidad de factores que nos diferencia. Y si no, pensemos en los resultados, a ver quien muere con más facilidad. Este virus es el virus, también, de la crisis económica, la que hubo y la que viene.
¿Qué es lo que más ansiamos? “Volver a la normalidad” otra frase, quizás la que más circula.
Para eso tenemos que ser conscientes de que para avanzar “todos somos necesarios” y eso lo estamos viendo con el trabajo de los más pequeños, de los más vulnerables.
Porque de eso pretendo que trate este post, de poner ese granito de arena para poder seguir trabajando en lo que cada uno hace para entregarlo y, sobre esto, nos están dando ejemplo muchas personas.
Todo es necesario, cuidados, salud, alimentación, limpieza y, también cultura.
La que nos está haciendo este confinamiento más llevadero: música, cine, arte en general, pero sobre todo libros, éstos siempre me han acompañado en los momentos duros.

Por eso hoy quiero lanzar mi voz a los cuatro vientos para que no se tengan que cerrar editoriales pequeñas, librerías, pequeños negocios puesto en marcha con esfuerzo e ilusión y que pueden desaparecer de un plumazo. Que no se apague ni apaguemos esas ilusiones que son las nuestras.
Conseguir hacer posible un sueño que, además, beneficia y hace feliz a los demás es algo impagable. Yo brindo porque así sea:


Más información: https://www.macleinyparker.com/donacion-y-socios/

jueves, 26 de marzo de 2020

530. Mandos


Estos días estamos inundados por todos los medios de cómo limpiar esto o aquello, pero no he oído ni visto dar instrucciones sobre los varios “mandos” que hay en las casas: tele, etc. Y mira que tienen botoncitos que, en circunstancias normales, ni nos fijamos en la suciedad que encierran al pasar por todas las manos.

Hablando de mandos, digo esto de paso, porque “zapeando” escuché una opinión referente a las actrices que al casarse no ejercieron más su profesión: “Era una actriz estupenda, pero se casó y el marido la retiro”.
Esto no es nuevo, hace no tanto era común y no sólo en las actrices que, según opinaban sus maridos, estaban más expuestas. Celos y, sobre todo, sentido de la propiedad sobre la mujer que muchos confundían con protección y más cosas que encierra la frase, “el marido la retiró”. No hacía falta que la amarrase a la pata de la cama, la retiró, la quitó de en medio como una silla o cualquier otro objeto manejable (por ejemplo, el mando de la tele).

Queda bastante, sí. Por eso en estos días, en los que sólo se vaticinan los divorcios, no dejo de pensar en la "negra estadística". ¿Cuántas más habrá cuando acabe este "encierro"?

¿Para qué tanto dinero gastado en armamentos? 

sábado, 21 de marzo de 2020

529. ¿Primavera?


Divagaciones

Por fin he comprendido
Que todo es pasajero
Lanzo a volar mis yoes
Y aguardo
Vigilante
El porvenir
Sin misterio la vida
Sería irrespirable.

Claribel Alegría



martes, 17 de marzo de 2020

528. Un domingo de cine


En estos días de encierro impuesto estoy haciendo lo que más me gusta:
Ver cine, leer libros que requieren algo más de atención, leer cosas de teatro, escribir y, como no, perder el tiempo como decía mi madre: mirando las musarañas.


Por el tema que trata PETRA podía haber sido una tragedia griega o una película dramática y sentimentaloide.

Sin embargo, su director, Jaime Rosales, como viene haciendo desde el principio de su carrera, hace un tratamiento del tema y la forma que la convierte en todo un arte. Con sólo unas pinceladas esboza lo que va ocurriendo dejando huecos al espectador para que complete la historia, en su versión de la misma. Una película que se alarga porque te deja pensando como un buen libro.

LOS AÑOS MÁS BELLOS DE NUESTRA VIDA
Llego tarde al sofá y me pongo a verla nada más empezar. Lo primero que veo es un rostro envejecido, el de Jean Louis Trintignant mucho más que en la peli “Amor”, ya viudo (recordemos que en “Amor” trata también de la eutanasia, por amor precisamente) y en una residencia de ancianos.


Las residencias son como cárceles, sólo se piensa en huir” dice a la protagonista, su amor de juventud, Anouk Aimée.  Claude Lelouch los dirigió en “Un hombre y una mujer” y las imágenes de los mismos protagonistas, jóvenes, amándose y envueltos por la melodía que se hizo famosa, se intercalan en blanco y negro en “Los años más bellos de nuestra vida”. 
Esta cinta mide el tiempo y lo agranda. 
A la vez que vemos la belleza física perdida, muestra la grandeza del recuerdo y la memoria que lo magnifica todo. De ahí el título de la cinta actual, en la que, quien hacía de hijo pequeño en la anterior y ahora mayor, busca a ese amor perdido de su padre para que lo visite, con objeto de que recupere o no pierda más memoria, porque es lo único que recuerda. Un mismo director para estas dos historias a cual más bella. 

EL AMOR MENOS PENSADO
No es una gran película, como alguien pudo ver la noche del domingo en Versión española. Cuando esto sucede, Cayetana se rodea de personas que hacen sustancioso el coloquio posterior como Juan José Millás y Gemma Nierga en este caso, que, dicho sea de paso, presentaron sus libros.

Es una historia más que responde al esquema: Amor, desamor, libertad, desencanto y reencuentro. Como siempre que se tocan estos temas, nos vemos interrogados, y de nuevo buscamos respuestas, incluso, en nosotros mismos.
El matrimonio está siempre al borde del abismo” comenta Millás en su tono pesimista, pero no exento de realidad. Más que comedia me pareció un drama con toques de humor irónico que sus protagonistas, Ricardo Darín y Mercedes Morán, estupendos como siempre, bordan, como también la actuación de los secundarios.

domingo, 8 de marzo de 2020

527. Un hombre entrañable


Sí, porque también los hubo, los hay y los habrá. Y yo quiero traer hoy a uno en el día de la mujer, José Luis Cuerda, uno de los más grandes directores que ha dado el cine español.
Y no por llevar la contraria, sino porque si contamos cada vez más con hombres que se sumen a nuestras reivindicaciones haremos más fuerza.
Y porque no hay que perder el sentido del humor. Ahí van algunas frases que le dedica a su nieta en sus, “Memorias fritas” que me parecen geniales:

Venimos a este mundo como venimos. Hechos una pena. Y sin conocimiento. Nadie nos pregunta si nos apetece. Si nos conviene. Si es el momento oportuno. O el lugar. O la compañía. Hay familias en las que no interesa nacer bajo ningún punto de vista. Y vidas que no vale la pena vivir porque, pena tras pena, son un martirio.
¿Hubiera preferido yo una Manuela que naciera con el análisis hecho y la conclusión tomada de que venía a un cenagoso valle de lágrimas? Para nada.
Le advertí que ese comportamiento suyo era inadecuado, que no sabía lo que le esperaba, que este mundo estaba sembrado de trampas. Siguió sonriendo. A los pocos meses gateaba a gran velocidad.
Me llevé una alegría: «Sabe huir», deduje. Menos mal. Gran consuelo. Cuando, semanas después aprendió a negar, con enérgico zarandeo de cabeza, casi todas las propuestas que se le hacían, dije: «Ya está. Ya sabe lo fundamental». Decir que no.

Manuela, va por ti. Que este que será tu pasado te produzca, visto a distancia, tantas risas como cabreos nos mete en el cuerpo a los que hoy lo padecemos.

viernes, 28 de febrero de 2020

526. No eran corrientes


La sección de hoy consistía en recordar cuando habían comenzado las deformidades. No eran troncos de árboles corrientes. Unos decían que por la sequía, otros que por exceso de riego y los últimos, y más reciente, por asfixia.

Lo cierto es que cada mujer que paseaba con su bebé alimentado con leche materna, al pasar junto a ellos notaba que le subía la leche.


viernes, 21 de febrero de 2020

525. Un grano de azúcar


Piensas, yo no sé en qué, solo te miro. Has terminado de desayunar y un grano de azúcar ha volado y se ha acurrucado entre las teclas de tu portátil. Lo has quitado con la punta de tu cuchillo pequeño y manejable. El grano ha saltado y tu piensas de nuevo, escribes, y, ahora por fin, como libélula que vuela alrededor de tu cabeza puedo leerte a tu compás.

¿Cómo nos relajamos cada cual? Música, yoga, meditación…
¿Qué es la relajación para cada persona? Tranquilidad, seguridad, escuchar sus propios sonidos, ser tu mismo-misma…
¿Cómo relajarse cuando tantos problemas vemos tan solo con estar medianamente informados?
Pensando en lo que puedes hacer a tu nivel, criticando, dejando que lo solucionen otros, negando que existen los problemas...
Pero ¿qué significa relajarse?
No lo sé. Por eso me gustaría saber cómo se relajan los demás. Yo me relajo escribiendo. Escribir tranquila sin que nadie me interrumpa y porque antes he leído cosas que me gustan, que me inspiran, que me inquietan, que me mueven por dentro a hacerlo.
Escribir sin presión, sin ambiciones...
Porque ¿qué tenemos para creernos mejores? Tenemos... como dice el final del poema de Martín i Pol, “Ahora mismo”

...el espacio de historia
concreta que nos corresponde, y un minúsculo
territorio para vivirla. Pongámonos
de pie otra vez y que se sienta
la voz de todos solemne y claramente.
Gritemos quién somos y que todos lo oigan.
Y al acabar, que cada uno se vista
como buenamente le apetezca, y ¡adelante!
que todo está por hacer y todo es posible.

jueves, 6 de febrero de 2020

524. Por una sonrisa


Tú ya no te acordarás, pero te pasaste toda la tarde llorando. Aquel verano querías trabajar a toda costa y en lo que fuera para reunir dinero y viajar. Era el primer trabajo de tu vida y siempre te habían dado miedo los hospitales.
Al día siguiente, nada más llegar, te dieron una bandeja con sobres y te los quedaste mirando. Es la medicación de los pacientes, te dijeron. En ellos estaban escritos los números de las habitaciones y la cama del paciente. Y te metieron prisa porque tú lo mirabas todo embobada, sobre todo el largo pasillo del ala del hospital que te correspondía.
El pasillo te parecía tan largo que no miraste hacia atrás para no perder el equilibrio. A pesar de que cogiste la bandeja con las dos manos, los sobres con su contenido bailaban al compás de tus pasos temblorosos. El olor que emanaba de las habitaciones insistía en subirse a tu cabeza, pero te habías prometido a ti misma que resistirías y que no ibas a dar el espectáculo como cuando eras pequeña.
Sólo con escuchar a tu madre y a tus tías hablar de quirófanos y operaciones te caías redonda al suelo. No, no, ¡ni hablar! Con toda la resolución de que fuiste capaz corregiste tu andar inseguro y apartaste de tu mente lo que te pudieras encontrar en cada habitación, porque tú, tan joven, no te querías enfrentar todavía con el dolor ni con la muerte.
Al final del largo pasillo salió de la habitación un señor mayor en silla de ruedas que rápido la giró hacia ti. Esperó allí mismo a que llegaras a su altura. No supiste qué hacer porque te miraba fijamente con una mirada compresiva y bondadosa. Sin dejar de mirarte te dijo: beautiful. Y luego te introdujo en la habitación para presentarte y repartió él mismo la medicación para ponértelo más fácil.
Seguiste con la misma tarea un mes y luego te improvisaron una mesa en el pasillo para redactar las altas de los pacientes porque los despachos estaban en obras. En tu descanso desayunabas lo que llevabas de casa porque, tan solo por una sonrisa tuya, aquel señor tan mayor y cercano a la muerte según averiguaste, te iba contando cada día media hora de su vida.

viernes, 24 de enero de 2020

523. 3 libros 3


Dos de ellos son de primera lectura y el de en medio, segunda. Leídos casi de un tirón, como se suele decir, pero voy por partes porque son muy distintos.


De “Un detalle menor” me gustó el título, la portada, la sinopsis de la contraportada, el tema y lo que leí de la autora que no conocía, y sí, no tardé en leerlo. Primero porque tiene 151 páginas y segundo porque tenía la esperanza de encontrar más emoción en un relato tremendo, pero narrado con frialdad. El día a día, que acomete la joven Ramala en la segunda parte, se hace algo lento por la dificultad que implica desplazarse e investigar en Palestina bajo la ocupación militar israelí. Pero un final abierto hace que se una todo el relato y que se abra paso impactante en la mente del lector.


Del color de la leche” lo leí hace años y me apetecía leerlo de nuevo. Con el lenguaje particular y sencillo de quien se está iniciando en la escritura, su protagonista, Mary, nos va mostrando su situación día a día, su experiencia y su insistencia en dejar constancia de ello. Además de la dignidad con que afronta el ambiente desfavorable donde vive: la Inglaterra rural de 1830, nos viene a demostrar que no están tan lejanas las actitudes machistas y dictatoriales a través de siglos. Contagia esa rebelión suya que la autora de este libro, Nell Peyshon insufla a su protagonista hasta en su destino final. Este es un libro que no te deja indiferente.


La mujer en la ventana” es un thriller que se estrenará pronto en la gran pantalla y que está basado en el libro de A. J. Finn, seudónimo de Dan Mallory. Este editor de profesión vino a España a presentarlo en abril de 2018 y según sus palabras habla mucho de la soledad y de lo difícil que es conectar con la gente y que te malinterpreten y malinterpretar a los otros. Y esto es verdad. También hay que decir que lo escribió después de ser diagnosticado de un trastorno bipolar. El libro es un homenaje a Alfred Hitchcock y al cine en blanco y negro. Yo no quiero contar mucho, aquí sí que dicen algo más. Son 536 páginas que, a mi manera de ver, se podrían haber resumido algo, pero eso seguro lo harán los guionistas de la película. Es un libro tan visual que parece hecho para el cine.

miércoles, 8 de enero de 2020

522. Parece...

que se va a caer,


pero nada más lejos porque está agarrado con su piel.


Añado un par de enlaces que complementan el post. 
Disculpad por la tardanza en subirlos: