lunes, 31 de agosto de 2009

92. Lara Moreno



Yo en verano, como no me voy de vacaciones, aprovecho para leer. Voy atesorando libros para esta época de tardes largas. No quiero que termine agosto sin expresar lo que he disfrutado con el de Lara que guardaba para leerlo despacio y saborearlo.



Los relatos de Cuatro veces fuego son de una lectura clara y una sabiduría vieja. Sorprende cómo Lara utiliza las palabras y el universo donde las coloca. Así su lectura es mágica. Detiene la vida que fluye en sus personajes, los mantiene en suspensión y abrillanta un momento de ellos; un detalle que nos da la talla de lo que cuenta, para decirnos que paremos y nos fijemos, que no hay que buscar lejos, que todo está aquí delante de nuestros ojos.

La suya es una sabia mirada para descubrir qué siente el joven y qué ha vivido el viejo. Como círculos concéntricos provocados por una piedra lanzada a un río; así se agranda el texto con esos detalles escogidos con precisión para multiplicar su significado.

Mira que no te conozco, Lara, pero no sé por qué te veo en tus cuentos. Unos cuentos que, a pesar del fuego que transmiten, me dejan flotando como en el agua.

El verano pasado escribí con ironía sobre el término “desaparecer”. Ahora, inmersa en la lectura de tus relatos, sí he desaparecido literalmente en mi sofá y, en vez de quedar en él una pelusa de lana verde, ha quedado un bolígrafo que no se cansa de escribir las sensaciones que me han producido.

Igual que las historias que se cuentan al amor de la lumbre, yo he escrito cuentos al amor de tu libro.

Gracias LARA

sábado, 22 de agosto de 2009

91. Sacapuntas

Click, click, click, ¿qué haces? Miras por la ventanilla del coche como si no hubieras pasado por aquí nunca.

“Sí, eso parece, quiero que mis ojos registren lo que ven ahora. Lo que creían ver, cada vez que pasaban por esta ruta durante tantos años, sin prestar atención sufre variaciones y, como la realidad es cambiante, quiero nombrar lo que veo”.

¿Y eso a qué viene? Ya, deben ser influencias del libro que llevas en el bolso, ese que te veo leer a ratos y que aparcas para llenar notitas con tu escritura minúscula ¡anda, que si pudieras, escribirías hasta en los bordes!

“Me gustaría sacarle punta a todo lo que miro, desnudarlo, como desnudos han dejado a esos olivos arrancados de la tierra, luciendo al sol sus raíces, pero la memoria es huidiza y nos traiciona y, eso que vemos lo sacamos de contexto, lo mudamos para, como en un pastel, decorar donde más nos gusta. Por eso quiero simplemente abrir bien los ojos y describir: el verdor nuevo que brota en la azotea de los naranjos, la sequedad del maizal, las chumberas cargadas de frutos, las pequeñas explotaciones agrícolas. La vieja azucarera a lo lejos que ya no come remolachas para transformarlas, el arroyo Almonazar casi seco"



Las vallas publicitarias anuncian la ciudad; en su vientre, conductores medio dormidos de un sábado cansado y caluroso.



Entramos en una calle principal y allí está ella entre la bruma, erguida al fondo, afilada. Y él, que es ella, arriba de todo, quieta y sin aire que la haga girar en Agosto”.



Para de mirar y dime al menos el título de ese libro que te gusta tanto.
“En el próximo pensamiento, te cuento...”

miércoles, 19 de agosto de 2009

martes, 11 de agosto de 2009

89. ¿Cómo te gusta leer?



A mí tendida en el sofá, con los pies en alto y apoyados en el respaldo.

Este verano llevo las uñas de color rojo ciruela, regalo de una amiga.

Así, cuando leo una frase que me gusta, levanto la vista del libro y mientras mastico la frase, admiro su color y saboreo su acidez o su dulzor.

martes, 4 de agosto de 2009

88. Caramel


Esta mirada es la de la directora libanesa Nadine Labaki y su primer filme, Caramel, en tono de tragicomedia, es la historia de cinco mujeres en torno a un salón de belleza de Beirut. El título se refiere al método más utilizado en su país para depilarse, una mezcla de agua, zumo de limón y azúcar que, después de hervir y convertirse en caramelo, se deja enfriar en mesas de mármol antes de aplicarla en las clientas.

"He crecido con todo ese ritual: mi madre, sus amigas, mis primas, las vecinas... Las recuerdo en la cocina de casa preparando la pasta, y mi hermana pequeña y yo espiándolas de niñas, deseando ser lo suficientemente mayores como para iniciarnos en aquellas reuniones. Por supuesto también están los métodos modernos: cera, láser... Pero gana en popularidad la depilación con caramelo. Por eso el aroma de un salón de belleza tradicional libanés es dulzón. Relajante, reconfortante e hipnotizador”.

Visto así podría parecer otro filme de mujeres o hecho para mujeres, sin embargo, no retrata un universo cerrado. Muy al contrario. Muestra cómo se puede hacer buen cine con poco presupuesto, con actrices debutantes, y hablarnos con naturalidad, casi sin decir, sobre: solidaridad, homosexualidad, seducción, deseo, generosidad, sensualidad, infidelidad, senilidad, tradición y todo regado con un fino sentido del humor.

La misma Labaki dirige, actúa y contrata intérpretes neófitas. Muchos riesgos para una primera película. "Desde cría he soñado con crear mundos que no tuvieran nada que ver con mi propia realidad, mi rutina vital. Rodar una película que no hable de la guerra ha sido intencionado, quería mostrar una realidad de Líbano que no se conoce tanto. Un salón de belleza es una isla de libertad. Esos locales me fascinan tanto a mí como a los hombres, que desean curiosear tras sus puertas: les hacen imaginar cosas. Para las mujeres, en cambio, son un sitio de esperanza. Salen de allí con mucha más confianza en sí mismas, más bellas. Puede parecer superficial, pero es muy importante”.

Hay ciudades viejas, pueblos viejos, casas viejas que parecen que van a caerse como las letras de algunos rótulos. Y es ahí, dentro de ese decorado caduco, donde la vida late con más fuerza, donde las historias están mejor contadas como ocurre en Caramel: sensual, sincera y sabia.

Y luego está la banda sonora, otro personaje más, -me enamoré tanto de la partitura, que acabé casada con su creador Khaled Mouzanar- dice Nadine con esa mirada...