De libro a libro, porque siempre que
voy y vengo me acompañan. Lo que pasa es que unos pesan más que
otros y no sé si queriendo o por azar, o quizás temiendo que en un
futuro no pueda con ellos, este verano he leído todos los
voluminosos que tenía pendientes junto con los regalados.
Mencionarlos aquí, es porque quiero celebrar con un post sobre
libros que este blog cumple siete añitos el miércoles próximo.
Como era mi intención al crearlo, este es un costurero a modo de
cajón de sastre, y sin ellos, sin mis lecturas, que son fuente de
inspiración para escribir, no tendría razón de existir. Así que
como si de una comida se tratara, al fin y al cabo lo que hacemos con
lo que leemos es una digestión en el cerebro, ahí va mi menú de
este verano.
APERITIVOS
Para relajarse del curso, tontamente, tomando el sol, vuelta y
vuelta. Dos mujeres en Inglaterra sin sol, sin vida y leyendo un
anuncio: Para aquellos que aprecian las glicinas y el sol. Se
alquila pequeño castillo medieval italiano amueblado durante el mes
de abril. Permanecen los sirvientes necesarios. Z, Apartado 100, The
Times. En 1922, que fue cuando su autora Elizabeth von Arnin lo
escribió, ni los transportes ni compartir vivienda estaban como
ahora a la orden del día.
Para comprender por qué funcionó bien
el boca-oreja, como los consejos de un buen agente, etc. De lo que
pude cerciorarme es que María Dueñas, su autora, no ha cosido un
vestido en su vida, además, de fiesta y en un plis plas, como parece
que lo hace su protagonista mientras pone en marcha negocios
lucrativos, y saliendo de la nada a ejercer de espía y de las
buenas.
PRIMEROS PLATOS
Hay que leer a la Almudena actual que
se ha remangado para contar lo que desconocemos aún de nuestra
propia historia por boca de sus protagonistas. Novelado, sí, pero
real porque hay hechos que lo demuestran.
Estaba esperando un verano tranquilo
para leerlo, 1111 páginas en edición bolsillo, I65 personajes más
otros secundarios, nombres y apellidos rusos, alemanes etc.
Se nota que Vasili Grossman trabajó de
reportero, el libro está plagado de escenarios distintos. No podía
ser de otro modo para reflejar todo lo que abarcó la batalla de
Stalingrado. Su autor nos muestra mientras duró todos los frentes de
la vida en guerra. Una obra de gran envergadura que nos avisa del
peligro del totalitarismo en cualquier tiempo.
Para suavizar (a modo de sorbete de limón, o eso pensaba yo).
Podría parecer una comedia, pero no. Lo que aquí muestra Oliver
Sacks son veinte historias médicas de pacientes perdidos en el
laberinto la percepción. Un estudio que, como nos dice en el
prefacio del libro, podríamos llamar “neurología de la
identidad”, pues aborda los fundamentos nerviosos del yo, el viejo
problema de mente y cerebro. Ese misterio de la mente humana que
él trata de comprender y que su lectura te deja perpleja, pero mejor
abstenerse hipocondríacos.
SEGUNDOS PLATOS
A estas alturas de la comida cómo no sacar a relucir la familia
americana y su modo de vida. Para eso, además de Carver, leer a
Jonathan Franzen, que la desmenuza hasta el punto de estar cansada de
Patty, sobre todo al principio del libro, luego ya no, el libro
engancha. Los personajes están tan bien definidos que cuando busqué
la imagen del autor vi en él al marido de Patty tal como yo me lo
había imaginado.
Guiándome de las falsas expectativas con que las editoriales a
veces anuncian sus libros. A Karoo, del que no conocía nada, salvo
la excelente portada de Miguel Brieva, lo compré para un regalo.
Steve Tesich nos muestra a su protagonista de igual apellido que el
título, como un hombre adicto al caos y enganchado al desastre, pero
no falto de conocimiento sobre su persona; la novela es él, y nos
advierte que
la verdad ha perdido su poder, o el poder que tuvo
alguna vez, para describir la condición humana. Lo único capaz de
revelar lo que somos son las mentiras que contamos.
POSTRES
He unido estos dos libros de Alison Bechdel porque no puede ir el
uno sin el otro, ya que el segundo “¿Eres mi madre?” es como
ella misma dice en una de sus viñetas “un metalibro” en él
cuenta lo que le llevó a escribir el primero, “Fun Home”, que me
gustó más. Frases como:
Crecí resentida por la forma en que mi
padre trataba a sus muebles como hijos y a sus hijos como muebles.
¿Qué sentido tiene fabricar algo a lo que es tan difícil
quitarle el polvo? Mis padres me resultaban más reales en
términos ficticios. Los dos, en especial el segundo, son
constantes referencias a otros libros, algo que sirve para tirar del
hilo. Os paso su página para quien no haya visto sus
dibujos.
COPAS
Sólo
deciros que espero no haberme convertido en el “lector pasivo” de
Cortázar en Continuidad de los parques porque no lo podría celebrar
el año próximo. Gracias por vuestras visitas que me animan a seguir. Os dejo con Cortázar como brindis final.