Estoy
por asegurar que quien diga que no guarda nada miente. Si estamos
cerca de ese quien descubrimos qué es aquello que guarda con tanto esmero, qué
oculta a los ojos de los demás, qué significa esa cosa pequeña.
Miles
de cosas nos acompañan y transitan nuestras vidas. Con cada cambio
de temporada o arreglo de armarios, algo olvidado, de pronto, se
hacen presente y vuelve a nosotros como instantes vividos, felices o
no. La vida que habita en las cosas se traduce en cómo esa cosa era
utilizada, para qué y por qué. Las personas solas acumulan cantidad
de cosas, quizás para acompañarse, darse el gusto que otros no les
dan...
Me
hablaron de unas personas que al mudarse de vivienda y lugar, por dejar cosas
atrás, dejaron hasta las fotos de su familia. Y me pregunté: ¿qué
lugar ocupa una fotografía? ¿mide eso el cariño que les tenía?
¿qué busca quien quiere olvidar todo? ¿qué espera encontrar allá
donde va?
Guardar
objetos a lo largo de nuestra vida ¿no es querer congelar los
recuerdos?
Incluso
quien siente que pierde la memoria le da por guardar algo en
exclusiva y sólo encuentras esa cosa en todos los rincones de su
casa. Como si al verla continuamente, la cosa misma le restituyera
alguna imagen olvidada y esa vida que se escapa; como si esos
recuerdos que se diluyen pudieran tomar vida.
Ese
acumular o vaciarse de determinadas cosas, ¿no será porque ponemos
demasiadas expectativas que no se cumplen?
He
visto a quien por el tremendo dolor de perder a un ser querido, ha
arrasado con todo el continente y contenido (lenguaje de quien nos
quiere asegurar toda una vida, ¡qué tontería!), y ha regalado,
vendido, y, por último, rescatado algo ínfimo de una vida juntos.
Otros
han recogido con mimo todos los recuerdos y han hecho exposiciones
con ellos. Como el artista chino Song Dong que ha expuesto todos los
objetos que pertenecieron a su madre. Al ver las imágenes de las
distintas exposiciones en las que ha participado se descubre todo un
mundo propio de alguien que ya no está.
Vivimos
con demasiadas cosas y me pregunto: ¿qué lleva consigo un exiliado?