domingo, 27 de junio de 2010

146. Pequeños placeres


Cuando éstos se presentan, hay que cogerlos al vuelo. Sobre todo si con ello no se perjudica a nadie. Son pequeños ahorros de felicidad de los que tiramos en los momentos malos.

En los campos del sur el verano aparece antes, el pasto abarca casi todo, excepto algunos olivos, una que otra higuera y, cómo no, los campos de girasoles. Contemplar un girasol y comprender a Vincent van Gogh es todo uno porque ese girasol que anuncia el verano y esa perspectiva que la vega del Guadalquivir nos ofrece de ellos es maravillosa.
Soy pesada al repetir estas “margaritas grandes” como las llamaba mi hijo pequeño, pero más se repiten las estaciones, ¿o no?

Y como colofón del paisaje: pararse en Carmona, un lugar con historia y presente, para tomar unas cervezas con amigos en uno de sus lugares emblemáticos:
El Tabanco, es el bar del hotel Alcazar de la Reina. Sí ya sé, es rimbombante, no tengo por costumbre ir a esos sitios, pero curiosamente es un lugar de tapeo con una cocina excelente y bien de precio.
Tabanco, así lo explica en una pizarra, es “un puesto, tienda o cajón que se pone en mercados o calles para la venta de comestibles. La gente del norte, sorianos, burgaleses y montañeses, a mitad del siglo XVIII, se hicieron con las tabernas sanluqueñas teniendo una importancia capital en la aparición de los vinos de crianza biológicos y crearon el tabanco, sitio característico a caballo entre tienda de comestibles y taberna”.
Pues eso, no tengo dinero pero no me lamento, porque tengo una hucha donde ahorro momentos felices.

domingo, 20 de junio de 2010

145. Una conclusión es un lugar donde llegaste cansada de pensar.

Ya no sé si la frase del título se me ha ocurrido a mí, la he leído, o la he escuchado, pero sí hay veces que llegas cansada de pensar a lugares ya transitados.
Dicen que en tiempos de crisis se agudiza la imaginación, tampoco estoy muy segura de eso, yo por si acaso leo para avivarla.
De todos los misterios del universo, ninguno más profundo que el de la creación...” Así comienza Stefan Zweig una conferencia sobre “El misterio de la creación artística” el 29 de octubre de 1940 en Buenos Aires.
Quién no se ha preguntado cómo crean aquellos artistas que admiramos. Por qué insisten todas las encuestas sobre cada cual, una y otra vez, con las mismas preguntas que les deben resultar tan cansinas.
El mismo Edgar Alan Poe se lamentaba “Yo mismo he pensado muchas veces cuán interesante habría de ser un artículo en que un autor -si fuera capaz de ello- nos describiera con todos los detalles cómo una de sus creaciones alcanzó paso a paso el estado definitivo de la perfección...”
Zweig cree que “sólo podemos tratar de reconstruir ese acto creador por las pistas como si tratáramos de averiguar algo en criminología”.
Si pensamos cómo puede surgir una idea, puede que ésta tenga lugar en el cerebro, y si ese estímulo lleva la urgencia de ponerla en práctica será quizás incompatible con la voluntad de dejar constancia del cómo y el porqué.
Es cuando se retoma aquello que surgió... ¿de dónde? Cuando se quiere plasmar algo, la memoria, que todo lo transforma, plasmará el hecho sin la fidelidad inicial. Y no es raro que el artista al contemplar su obra desde fuera se pregunte ¿esto lo hice yo?

En el mundo material en que vivimos los expertos en creatividad sostienen que para ser innovador en su campo, una persona tiene que saber algo o bastante, pero nunca poco o demasiado.
Rita Levi Montalcini, premio Nobel de Medicina 1986, nos dice que “la creatividad -cualquiera que sea la manera de entenderla- es máxima en el periodo del desarrollo pleno de las actividades cerebrales, disminuye en las décadas siguientes y decae poco a poco en la edad senil, pero puede cobrar nuevos bríos en este último periodo vital”.
Por otra parte, los neurólogos creen que vivir con los pies en la tierra intentando solucionar los problemas que surgen a diario es suficiente entrenamiento para un cerebro sano. Y cómo no, observar la realidad sin prejuicios, cultivar la atención y, a veces, como recomiendan algunos psicólogos “fijarnos un objetivo imposible” y analizar el porqué de esa imposibilidad identificando qué aspectos, personas o circunstancias impiden alcanzar el objetivo.
Edelman nos anima cuando dice que “la experiencia no es pasiva, sino activa y que por serlo selecciona o modela un nuevo esquema de grupos de neuronas con conexiones más complejas”.
La percepción crea mientras nos movemos; nuestros órganos de los sentidos toman muestras del mundo y crean mapas en el cerebro. Cada percepción es un acto creador.

jueves, 17 de junio de 2010

martes, 8 de junio de 2010

143. El empedrao

Al leer en el blog de Freia la palabra: “empedrado” me acordé de esta foto de un viaje.
Hace tiempo al pasar por Roma nos encantó este empedrao, como decimos nosotros.

Cuando contemplas los vestigios de la ciudad, inevitablemente comparas lo que sería en su esplendor esta civilización como tantas otras. Lo que queda estremece y me pregunto: qué quedará de la nuestra. Quizás unos cuantos hierros reciclados además de las piedras de catedrales y castillos, que apenas me dicen nada.

Me gusta asomarme a estos rincones; sentarme en sus plazas y escuchar a la gente hablar en su idioma, saborear sus comidas; posar mis pies sobre tantas y tantas pisadas de este empedrao que absorve la lluvia. Todo eso me devuelve al presente, a este presente incierto y efímero.


La segunda foto es de Robert Rauschenberg
Museo Guggenheim Bilbao

martes, 1 de junio de 2010

142. A veces...


Buscamos

cada noche

con esfuerzo

entre tierras pesadas y asfixiantes

ese liviano pájaro de luz

que arde y se nos escapa

en un gemido.


Idea Vilariño “Buscamos”