No os lo toméis al pie de la letra, pero sí, a veces me llaman raro porque soy diferente. Soy muy independiente. Por ejemplo, no me gusta cuando en uno de mis paseos oigo gritar a los pescadores desde sus embarcaciones:
-Lanzad la red que viene un banco de peces.
Ni en plural quiero yo que me llamen banco, entonces, me muevo rápido, planeo y me escapo. A veces me llaman “raro”. Me gusta ir por libre y no soporto que impidan mi libertad. Cuando me acerco a la orilla de noche y me asomo para buscar las constelaciones, veo con mis ojos planos la intención en algún paseante de cogerme con sus manos; me quedo quieto, veo su sonrisa y justo ahí me zafo.
Entonces quien se ríe soy yo porque se quedan mirando el agua y ya no estoy en ella porque soy un pez volador. De quien más huyo es de los japoneses, que persiguen sobre todo mis huevas para el famoso sushi y es que el humano es el mayor de los depredadores.