viernes, 24 de febrero de 2023

601. Ejercicios

 

Ejercicios



Un poema

como una gran batalla

me arroja en esta arena

sin más enemigo que yo


yo

y el gran aire de las palabras.


Blanca Valera, Valses,

México, 2012

viernes, 3 de febrero de 2023

600. Mesa de camilla

Tres mujeres estaban sentadas alrededor de una mesa de camilla. Dos hablaban hasta por los codos y no me dejaban estudiar. 

La que escuchaba era mi madre que, de vez en cuando, les  decía: chittt, la niña está haciendo los deberes, pero ellas ni caso. Seguían hablando de sus hijos con el tono cada vez más alto.


La mayor comentaba que no ayudaban en casa, ni con las tareas, ni económicamente.

La más joven le decía, entre otras cosas, que los hijos no son un negocio. Al escuchar esto último la cara le cambió a la mayor. Contestó enfadada y atacando. 

¡Pero están viviendo gracias a ti: los paristes, los educastes, le das lo que necesitan! Y, cómo te responden; con el olvido, ni te llaman.

Pero no se los reprocho como tú; yo nos lo quiero hipotecar, que parece que con lo que haces por ellos les pidas intereses.


Como el tono iba subiendo mi madre zanjó la cuestión con unas preguntas:

A ver, ¿los hijos piden nacer? No, ¿verdad? Están aquí porque lo elegimos como padres y los queremos y cuidamos porque ha sido nuestra elección. Es nuestra responsabilidad. Y la mía ahora es cuidar de mi hija, que haga los deberes 

y ayudarle si lo necesita.

Se levanta para invitarles a irse, pero la mayor no conforme, me mira y le pregunta a mi madre algo indignada. 

Y, ¿crees que ella te va a ayudar cuando lo necesites?

Ese será su problema, no el mío, contesta sonriendo. 


Cuando se fueron, comenté que había cosas que no entendía.

No te preocupes, dijo mi madre poniéndose el delantal, cuando seas mayor lo comprenderás, y más aún si tienes hijos. Y ahora que se han ido a lo tuyo.


Hacer los deberes en la mesa de camilla mientras mi madre trasteaba en la cocina era mi música preferida.