de salud, paz y felicidad. Que el viento nos sea favorable. Abrazos.
sábado, 23 de diciembre de 2017
sábado, 9 de diciembre de 2017
458. Sorpresa
Lo encontré en un stand de la feria del libro de Sevilla hace años en una primera edición. Yo
estaba en esos días leyendo lo que decía John Berger sobre la
ausencia y, al
leer el título, no
dudé en comprarlo.
En
“La huella de las ausencias”, Miriam Palma, nos
habla
de Walada, una princesa omeya, única
hija de Muhammad III al-Mustafki, pero
también de su entorno que coincide con el esplendor y la decadencia
de la época en que vivió.
Y, como sucede con algunos libros, tuve al leerlo, ¡esa
sensación de que algo te traspasa! Esa
extrañeza de cómo, en tan poco espacio es capaz la autora de hacerme sentir a través
de un tiempo tan lejano, al abarcar
otras
vidas
y sentimientos.
¿Cómo
hablar de un libro que es la tercera vez que leo? ¿Qué es verdad
en un libro? La verdad se descubre cuando leemos, cuando el objeto libro deja de serlo, cuando en esas palabras te reconoces como mujer.
Entonces las preguntas no importan demasiado en este caso, porque detrás de las palabras escritas hay una persona que
siente, piensa y analiza de forma diferente a todas las demás. No sé
si eso es lo que llamamos estilo, pero el de Miriam, poeta como
Walada, sabe plasmar su vida y cautivar a quien se acerca a esta historia. Aquí no hay mitos, ni clichés, ni siquiera leyendas. Hay una vida
de mujer que busca, que quiere ser dueña de sus palabras, encontrar
su sitio, aprender
de otras, enseñar a otras. Su casa se convirtió en una escuela para
mujeres, salón literario que
vibraba por las noches con refinados ritmos, con las más osadas
hipérboles, con la versificación más virtuosa.
He
visitado Córdoba varias veces y en la última visité la Casa de
Sefarad-Casa de la memoria, en la que bajo el epígrafe: Mujeres de
Al-Andalus, pude contemplar un retrato de Walada. Y me acerqué a
Medina Azahara, porque
los buenos libros te impulsan
a la
búsqueda.
Allí
vi esta arqueta dedicada a Walada entre los restos recuperados de ese
esplendor que debió ser esta ciudad cuando las europeas andaban a
ciegas.
En
la arqueta de su madre, igual o parecida a la de la foto, guardaba
sus palabras, sus lamentos, sus poemas. Esos que Miriam ha sabido
descifrar para enhebrar una vida de mujer única, con
una prosa poética y delicada. Y
en todo ese camino, a veces, adverso que Walada recorre, lo hace mostrando a otras mujeres de su entorno y se pregunta:
¿cómo
escribirlas? ¿Qué metáforas usar para cincelar sus cuerpos en
poemas? ¿Qué ritmos, qué rimas, qué metros escoger para dar
cauces a los torrentes de sus voces?
Y
sucede, también, en
los sabores, olores, en los baños, un
mundo el del hamman donde se limpiaban hasta las almas.
A
Walada se la conoce por su relación con el poeta Ibn Zaydún y el
libro nos muestra su relación. A diferencia de otros libros, a
quien de verdad conocemos aquí es a la mujer, pero también, a
los
hombres de su entorno en
una
época convulsa.
Conocer a Miriam Palma y a su poesía fue otra búsqueda mía, y ha sido una sorpresa y un verdadero placer encontrarla en la editorial, Maclein y Parker, que,
con el
esmero
y cuidado que
les
caracteriza,
ha publicado
una
nueva edición de “La huella de las ausencias” corregida y
revisada.
martes, 28 de noviembre de 2017
457. Dos noches mágicas
domingo, 19 de noviembre de 2017
456. No tengo palabras
Para
agradecer a Diana P. Morales, mi profesora de Creación Literaria,
que enviara mi primera novela a la Editorial Maclein y Parker, Cecilia y Antonio, a los que también quiero agradecer desde este blog la publicación de mi libro, como todo el buen trabajo que hacen y que queda
demostrado en su recorrido desde que esta editorial independiente sevillana salió
a la luz.
Que
mi novela también la vea es una ilusión y un disfrute que habéis
hecho realidad. GRACIAS.
Cuando
entré por vez primera en el taller presencial de Creación Literaria
del Centro Cívico de La Buhaira de Sevilla, supe de inmediato que
iba a ser
feliz en él.
De momento me encontré con una profesora, Diana, que hablaba con
ilusión de su profesión, de cómo podíamos jugar y disfrutar con
las palabras, de todo el universo mágico que encierran y yo
aluciné.
Nos
hablaba de libros
familiares
para mí porque los había atesorado en la infancia de mis hijos y
eso añadía un aspecto más de disfrute:
Gramática de la fantasía de
Gianni Rodari, El barón rampante de
Italo Calvino y sus Ciudades invisibles, El guardián entre el
centeno de
J.
D. Salinger, y, más adelante El cuarteto de Alejandría de Lawrece
Durrell, etc.
De
esos años surgieron cantidad de palabras y enseñanzas de Diana que
no olvidaré; cuentos y esta novela que ahora se convertirá
en libro, gracias a uno de los juegos que hacíamos en clase: el
binomio fantástico de Rodari, (capítulo
4 del libro antes citado).
Dos palabras hacen falta para construirlo y que salte la chispa en
la mente que
dará lugar a una historia. A mí me tocaron “aventura” y
“rivalidad”. Opinar
del
resultado
de
este
libro que presento no
me corresponde a mí, pero sí espero
todo lo que de su lectura me haga seguir aprendiendo.
lunes, 13 de noviembre de 2017
455. Hoy lunes, teatro
Conflictos
Los conflictos
entre personajes están enmarcados, y condicionados, por una serie de
variables que enriquecen los matices y los perfiles de dichos
conflictos.
Aunque hemos mencionado anteriormente que la trama no es
una imitación de la vida sino de la acción (crear una trama es,
pues, introducir un orden determinado en el material que nos
suministra nuestra imaginación a partir del principio aristotélico
de que la trama es el alma del drama), no deja de tener como
referencia principal los comportamientos humanos.
De ellos toma los
materiales que necesita para una más compleja elaboración de los
personajes y sus relaciones.
Estas variables que intervienen en los
conflictos teatrales, modificándolos y enriqueciéndolos (de modo
similar a como intervienen en los conflictos de la vida real), son:
-La situación
(circunstancias dadas).
-Los estados de
ánimo.
-Las relaciones
emocionales.
-Las relaciones
sociales
-El carácter de
los personajes.
“La escritura
dramática”, José Luis Alonso de Santos
viernes, 3 de noviembre de 2017
454. ¿Hacia dónde vamos?
Bamboleo
De ropa tendida
como baile
de cuerpos vacíos.
Se avecina el
invierno.
Sujeta un poco de
luz.
sábado, 28 de octubre de 2017
453. Como el río Guadiana
¿Existe el río?
Sí, ¿verdad? Aunque se oculta, no desaparece. En estos días
pasados hemos visto al curso de la DUI hacer este mismo recorrido.
Mis felicitaciones a
todas las personas que vi votar la ley esperada con tanta ilusión, a
pesar de los golpes recibidos, las mismas que con la declaración de
ayer han visto su sueño cumplido.
Mis condolencias al
pueblo que pagará, pagaremos, la incompetencia manifiesta y
comprobada de los políticos.
La DUI existe como
el río, la historia lo reflejará. ¿Dónde desembocará? No lo
sabemos. Deseo y espero que sea en paz. Ya basta de incertidumbres y
de miedos inculcados. Señores, por favor, trabajen más
inteligentemente que para eso les pagamos.
Imagen tomada de Internet. Origen aquí.
lunes, 23 de octubre de 2017
lunes, 9 de octubre de 2017
lunes, 2 de octubre de 2017
450. Lo sabes
"Sabes
que vas perdiendo la razón en un debate, pelea o batalla en una
cuestión de importancia nacional cuando para afirmarte acabas
agrediendo a una abuela". J. K. Rowling
Fuente:
http://www.eldiario.es/rastreador/prensa-mundial-vuelve-ojos-Catalunya_6_692640732.html
sábado, 23 de septiembre de 2017
449. El campo
Vuelve el bochorno,
septiembre no se escapa sin pronunciarse con el calor del membrillo
fiel al refrán: “por el veranillo de San Miguel están los frutos
como la miel”.
Ya verás como
allí estás fresquita, le había pronosticado su tío a Elsa. La dejaba al cargo de su casa mientras él estaba de viaje. Un
mes le parecía mucho tiempo a ella alejada de la ciudad.
La tarde caía
cuando terminó de ponerlo todo a su gusto. Asomó la cabeza por la
puerta trasera que daba al jardín y a un pequeño huerto. Su gesto
imploraba un poco de aire y sí, una ligera brisa la acarició. ¡Por
fin!
Corrió a su
habitación y cogió su tablet que le permitía leer de noche. De un
salto se subió a la hamaca de tela que colgaba de dos barrotes de
hierro y se empezó a mecer. Sus ojos se cerraban, pero los abrió de
pronto porque los chorros de la piscina del vecino saltaron y un
grillo comenzó a cantar. Intentó leer pero no se podía concentrar.
La luz de la pantalla le iluminaba el rostro y un ceño fruncido
hablaba de su enfado.
El reloj cumplió su
programación, los chorros cesaron y el grillo se calló. Elsa
reanudó su lectura: “Caminar” de Henry David Thoreau. Influida
por ella decidió que eso es lo que haría al día siguiente. Se
llevaría entonces un libro para leer en algún descanso del camino,
pero en papel y del mismo autor, quizás debido al título creía
encontrar alguna indicación para emprender el vuelo, ella tan pegada
al asfalto.
Con el suave
balanceo cayeron de nuevo sus párpados, pero un ruido la despertó.
Levantó la cabeza de la hamaca y aguzó el oído por si se repetía.
Parecía un animalillo andando entre la hojarasca. Elsa, que se creía
valiente porque no le daban miedo los ratones, enfocó su tablet para
identificarlo. Nada. Se ayudó de un palo y movió las hojas secas.
Nada, pero como el ruido seguía intermitente, esta vez cogió el
palo de la fregona. Si era otra cosa más grande o larga le taparía
la cabeza con el mocho para no verlo y lo mataría con algo más contundente.
En vez de eso,
chilló pidiendo ayuda, una enorme cucaracha dentro de un recipiente
de plástico de forma acampanada luchaba por darse la vuelta arañando
las paredes y amplificando el ruido.
“Volar” lo edita
Pepitas de calabaza.
domingo, 10 de septiembre de 2017
448. Estamos de aniversario gordo
Sí, porque ya veis
los que cumple este blog.
Me encanta, además,
que el número de la entrada termine en ocho, aunque la entrada
número 500 hubiera sido más redonda, pero este verano he publicado
poco, por otras cosas que contaré en su momento.
Lo que sí quiero es
dar las gracias a todos y a todas por acompañarme con vuestros comentarios. Y, también, a quienes solo
han leído o no, y se han marchado.
A mí escribir en el
blog me sigue dando satisfacciones, aunque el uso de las redes está
más de moda y es más inmediato. Yo aquí me siento como en casa,
escribo lo que quiero y como quiero, a veces, con multitud de
errores, que agradezco, de paso, a quien se molesta en corregir, otra forma de aprender.
Cuando entro en la
red me da la sensación de que he salido a dar un paseo por una
ciudad y me voy encontrando con personas que conozco o no, y en mi
timidez solo acierto en decir hola y adiós. Una torpeza por mi parte
porque está demostrado que las redes sirven para más cosas.
Yo he aprendido
mucho de quienes me visitáis y pretendo seguir aprendiendo. Y no me
alargo más, solo deciros que seguiré aquí hasta que el cuerpo
aguante.
La foto es mía, me gusta celebrar las décadas, así que este aniversario se merecía encender mis propias velas.
GRACIAS Y ABRAZOS.
martes, 22 de agosto de 2017
447. Y los puentes
Para terminar con
esta serie alrededor del río, te dejo con un relato que te contará
el tren que pasa por el otro puente si pinchas aquí.
viernes, 18 de agosto de 2017
martes, 8 de agosto de 2017
445. El monte
Este podía ser muy bien un cuento de fantasmas.
Si en vez de tomar
las fotos por la mañana hubiera preferido las últimas horas del
día.
Pero no lo es, ya me
gustaría dejar volar la imaginación. Sin embargo esta realidad es
tan abrumadora que no deja paso a la fantasía.
En un principio fue
un pinar precioso con vistas al río y su afluente.
Y recién
construido uno de los mejores camping que he visto.
Ahora es la
metáfora de esta España del derroche y abandono.
sábado, 29 de julio de 2017
444. El río
Primeras horas de la
mañana y un verano más asomándome a él. La enea lo tiene casi
cubierto y le da un aspecto salvaje y descuidado. Lo atravieso por un
pequeño puente, hago fotos, avanzo hasta encontrar la casa de mi
abuela en la orilla de la que vengo. Está en alto, cuesta trabajo
mirarla de frente porque el sol me da en la cara. Casi cubierta por
árboles crecidos en años no distingo la ventana de la cocina por la
que nos asomábamos para contemplar las crecidas del río en
invierno.
Continúo el paseo, compruebo el abandono, la
despreocupación humana por la naturaleza, ésta se recupera si la
dejan pero nuestro paso por ella es corto para comprobarlo.
Pienso en la
intención: dar un paseo, pero el conflicto ha surgido sin evocarlo... No hay desenlace, el
tiempo, ese gran escultor, como decía Marguerite Yourcenar lo mostrará.
sábado, 22 de julio de 2017
miércoles, 5 de julio de 2017
442. Hacia la playa
Preguntarse
por la libertad es preguntarse
por
la longitud de la valla
y
sus hendiduras,
por
quiénes son los vigilantes,
por
quiénes quieren pasar al otro lado.
Avanzan:
sepulcros
a
merced de la corriente.
Avanzan:
como avanza el silencio.
Como
se pudre un cadáver.
David
Eloy Rodríguez, Miedo
de ser escarcha
martes, 20 de junio de 2017
sábado, 27 de mayo de 2017
440. Amor a primera vista
Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.
Wislawa Szymborska
Se me va de los
dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?
Alfonsina Storni
¿Quién la
recogerá?
El móvil. El objeto
más acariciado hoy día.
jueves, 11 de mayo de 2017
439. Actuar es un misterio
Dice Declan Donnellan en el libro “El actor y la diana”:
Actuar es un misterio, como también lo es el teatro. Nos reunimos
en un espacio y dividimos éste en dos mitades, una de las cuales
actúa historias para la otra. No conocemos sociedad alguna donde
nunca sucedan estos rituales, y en muchas culturas tales eventos son
el propio centro de la sociedad. Hay una obstinada necesidad de
presentar representaciones actuadas, desde los culebrones televisivos
hasta la tragedia griega.
Un teatro no es solo un espacio literal, sino también un lugar
donde soñamos juntos; no sólo un edificio, sino un
espacio que es tanto imaginativo como colectivo. El teatro nos
provee de un marco seguro dentro del cual podemos explorar
situaciones peligrosas desde la comodidad de la fantasía y la
protección de un grupo.
Actuar es un reflejo, un mecanismo para el desarrollo y la
supervivencia.
Un bebé nace no sólo con la perspectiva de “madre” o
“lenguaje”, sino también con la anticipación de “actuar”;
el niño está genéticamente preparado
para copiar comportamientos de los que será testigo.
Pero ¿cómo podemos desarrollar o entrenar nuestra habilidad para
actuar?
Nuestra calidad como actores se desarrolla y se entrena por si
misma sencillamente cuando le prestamos atención.
Siempre hay un vacío entre lo que sentimos y nuestra habilidad
para expresar lo que sentimos.
En vez de afirmar que X es un actor con más talento que Y, sería
más exacto decir que X está menos bloqueado que Y.
El talento, como sucede con la circulación de la sangre, ya se
está bombeando. Sólo tenemos que disolver el coágulo.
sábado, 29 de abril de 2017
438. Los otros
Ellos,
como dos gotas de agua, siempre entran al bar del pueblo y salen
riendo como si fuera el primer sonido aprendido de su venida al
mundo. Un sonido raro y metálico que sale de su estática sonrisa desde el mismo instante de su creación. Ocupan cada mañana los mismos asientos y el camarero les pone
a su lado la aceitera. Hay personas que,
mientras desayunan ojeando la prensa, no leen porque todo el tiempo
los observan.
Ellos,
tan cuidadosos en su mantenimiento, ponen las tiras de la suerte
sobre el estrecho mostrador inferior destinado a los bolsos, pero eso
sí, envueltas en plástico por si alguna gota de aceite se
escapa mientras se engrasan. Después pasan por las mesas y venden todas las
papeletas allí mismo.
Hace
días que no vienen y los clientes del bar comentan lo triste,
descabalado y oscuro que ha quedado su sitio; tanto se quejan, que el
camarero ha intentado quitar los taburetes. Tarea inútil, unos
tornillos desconocidos que hacen de imanes los mantienen anclados al
suelo.
Ellos, mientras los
echan en falta, andan como locos descacharrados por la playa sin
cansarse nunca. Sólo se asustan cuando pasa algún camión y creen
que los van a llevar a reparar.
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