Las chicharras no han parado de cantar y el cielo nublado anuncia
más calor.
Hoy es uno de esos días de verano de los de calma chicha: no se
mueve una hoja, que decía mi madre. Es una quietud rara, como de
bochorno, aire caliente del estío, pero aquí no sopla ni caliente, y mucho menos frío.
En realidad la calma chicha es la ausencia de viento que hace
desesperar a los marineros.
Mario Benedetti expresa mejor esta calma chicha,
porque define una quietud más amplia, esa de la que espero que
salgamos cuando pasen las calores:
Esperando que el viento
doble tus
ramas
que el nivel de las aguas
llegue
a tu arena
esperando que el cielo
forme tu
barro
y que a tus pies la tierra
se
mueva sola
pueblo
estás quieto
cómo
no sabes
cómo no sabes
todavía
que
eres el viento
la marca
que eres la lluvia
el terremoto.