Lo primero que hago al levantarme es mirar por la ventana de su cocina. Aún no he escrito nada sobre ella, la dueña del costurero, en este tercer Septiembre que ya se marcha hacia el otoño.
Tres, dos, uno, más, aún más, mucho más; ya se borra el día, el día que empiezan a no recordar: 50.000 personas ya, sólo en Andalucía.
Los números no saben contar, los números sólo sirven para quedar “monos” en las estadísticas, esas que dicen cuánto cuesta en euros, no curar, sino soportar una enfermedad. Eso sólo lo saben los que la padecen o quizás lo mejor de todo es que lo saben sólo a ráfagas; cada vez menos, hasta desaparecer, las ráfagas y ellas.
Ya no lloro a moco tendido, sólo unas lágrimas luchan a veces por salir cuando, mirando por su ventana, oigo unos pasitos suaves a mi espalda en el silencio de los sábados, me giro y no hay nadie.
Vuelvo a contemplar la parra enredándose en el naranjo, como abrazándose; aunque sólo tengan en común frutos exquisitos. De nuevo mi memoria reproduce los sonidos de una voz que me llama: ¡niña!
Tres, dos, uno, más, aún más, mucho más; ya se borra el día, el día que empiezan a no recordar: 50.000 personas ya, sólo en Andalucía.
Los números no saben contar, los números sólo sirven para quedar “monos” en las estadísticas, esas que dicen cuánto cuesta en euros, no curar, sino soportar una enfermedad. Eso sólo lo saben los que la padecen o quizás lo mejor de todo es que lo saben sólo a ráfagas; cada vez menos, hasta desaparecer, las ráfagas y ellas.
Ya no lloro a moco tendido, sólo unas lágrimas luchan a veces por salir cuando, mirando por su ventana, oigo unos pasitos suaves a mi espalda en el silencio de los sábados, me giro y no hay nadie.
Vuelvo a contemplar la parra enredándose en el naranjo, como abrazándose; aunque sólo tengan en común frutos exquisitos. De nuevo mi memoria reproduce los sonidos de una voz que me llama: ¡niña!
Y es ahora cuando las lágrimas brotan porque, después de llamarme, me acariciaba su beso de buenos días acompañado siempre de su sonrisa.
tus labios
tus labios
remanso de paz entre dos altas cumbres
tus labios
tus labios
caricia suave, rosa en flor
tus labios
tus labios
paz en movimiento, sonrisa infinita
tu beso,
tu beso,
aleteo de mariposa sobre mi mejilla volando lejos ...
a ella, mi madre.
a ella, mi madre.