No lo puedo remediar, pero mi vena de actriz (qué más quisiera
yo), me empuja a escoger entre tanto cine las películas que van de
eso “de cine o de teatro”. Y menos mal, porque son las únicas
con las que he acertado en el festival de cine de mi ciudad.
Hay tanta oferta sugerente, que suelo dejar las que se presentan
con más trayectoria porque luego las pasan a salas y hay otra
oportunidad de verlas. Pero esta vez no pude resistir ver
“El
tiempo de los monstruos”. A
Feliz Sabroso lo conocí en TV, en el
programa Versión española. En él habló del trabajo que estaba
haciendo con
Dunia Ayaso, su mujer, antes de fallecer.
Y ha sido estreno mundial aquí en Sevilla. Nos gustó mucho,
desde el cartel de la película que es un loops que se va repitiendo.
Y la peli, bueno, hasta han dicho que no tiene género. Su director,
al presentarla junto con los principales protagonistas, aseguró que
se entendía. Y se entiende, claro, incluso el tema remite a otras
pelis. O como leí que dijo Carmen Machi:
“cine en estado puro”.
En palabras de Sabroso: “Una
especie de comedia-legado de nuestra visión de la vida, muy coral y
en clave muy irónica, con un toque de humor surrealista con un grupo
de personajes que se reúnen para rodar una pretendida película y
acaban elucubrando sobre lo humano y lo cinematográfico”.
Y para terminar las pelis de actores,
“Olmo&The seagull”
(Olmo y la gaviota) Aquí es el documental (aunque éste no es muy
explícito, se intuye cuando la narradora interrumpe en la escena),
dentro del teatro. No me gusta contar nada, pero como el festival
terminó, voy a sugerirla. El teatro es es la vida de la pareja,
ensayan “La gaviota” de Chéjov y ella se da cuenta que está
embarazada de un hijo esperado.
Tiene que hacer reposo renunciando
así a su vida: el teatro. A través de primeros planos nos vamos
introduciendo en el mundo interior y el entorno de una mujer, de sus
emociones, del asombro, expectativas, miedos, de sus renuncias, de la
incomprensión que existe ante ese periodo de la mujer tan
complicado. Hay una escena que me gusta. Su pareja se queja de que está
cansado después de un día de ensayo, ella protesta porque no tiene
tiempo para ella, y él pregunta: y tú, ¿qué has hecho hoy? Pues
yo he terminado unas orejas, intentado las pestañas, y el hígado.
Interrumpí este post ayer al enterarme de los horribles atentados
de París, y, al escuchar que había un periodista herido, me vino a
la cabeza la escena de otra película que vi hace un tiempo
“Mil
veces buenas noches”. Juliete Binoche es una fotoperiodista en
zonas de conflicto. Como mujer tiene acceso para grabar cómo se prepara a
una joven para inmolarse. El director Erik Poppe que con su cámara
recorrió los conflictos más salvajes del mundo cuenta en el film
gran parte de su experiencia: el número de personas muertas en estos
lugares o las fotografías que, a pesar del riesgo que corren, muchos
medios no les dejan publicar. La película abarca también otros
temas muy interesantes, os la recomiendo.
Contemplar el horror, que también nos tocó, da miedo.