sábado, 20 de julio de 2013

309. S.A.M.H.

Nombrar al poeta del pueblo es como hacerlo de algo nuestro, es hablar de la poesía que me explicó, además de lo contado por padres y abuelos, cómo fue esa odiosa guerra que condujo a la destrucción y al atraso cultural. 
Con motivo de la publicación del periodico que acompaña al disco de Niño de Elche, he podido al leerlo, retrotraerme a esos sentimientos de rebeldía como en una sinestesia.
Me alegra este disco y la publicación porque Miguel Hernández a pesar de su grandeza ha sido ninguneado. Como dice Antonio Orihuela “Basta asomarse al desastre que ha supuesto el intento malogrado y deslucido del centenario de sus nacimiento, enfangado por los partidos políticos y las varias administraciones públicas...”
Es una apuesta valiente este trabajo, y si ya es un placer escuchar a Niño de Elche, no lo es menos leer esta edición especial que viene con el disco, donde la seriedad que se requiere al recordar al poeta se mezcla con el humor de la denuncia inteligente.
Pero mejor lo comprueban directamente en el enlace porque estos artistas comparten sus saberes y sus proyectos:

viernes, 12 de julio de 2013

308. A veces, cuando duermo

me gustaría:
hablar con los ojos
mirar con los oídos
pintar con la nariz
oler por las manos
sentir con los pies
escribir con la lengua
besar con la piel...

miércoles, 3 de julio de 2013

307. Guardo...

la imagen de un tren, un tren antiguo que acarreaba carbón. Los de ahora no son iguales. Guardo ese sonido familiar: un traqueteo, un latir monótono y acompasado. Es un sonido que si cierras los ojos ya estás dentro del vagón mirando por los cristales, y, mientras contemplas el vértigo de las cosas, imaginas, o ves cómo se ensimisman los demás. 
En cada mirada hay una historia, hasta en la de los que sólo viajan para cerrar los ojos. Puede que de esta manera, esa realidad con la que no estamos conforme pase rápido, igual que los paisajes desde el tren.
De eso saben mucho las ventanas de los trenes. He estado de viaje y esta vez ha sido en tren, me apetecía mucho, aunque ahora la velocidad ha sustituido al traqueteo.