viernes, 23 de diciembre de 2022

597. Navidad de colores

Deseo abrir una puerta a la esperanza para que todo vaya mejor y

como los deseos son múltiples, he deseado tirar tomates a 

quienes hacen que perdamos la ilusión de un  mundo mejor,

quienes mienten pensando que somos idiotas,

quienes no se respetan ni a ellos mismos,

quienes se creen los dueños del mundo o de su propio país.


Pero como esto no deja de ser un costurero, he traído telas

de colores para vestirnos de alegría y de felicidad,

porque las dos son otra forma de resistencia,

como dijo Almudena Grandes.


Os deseo todo lo mejor.

Muchas felicidades y abrazos.

viernes, 9 de diciembre de 2022

596. Llueve, ¡qué alegría!

Sí, por fin es la lluvia esperada que empapa y acumula. He escogido un texto y un poema de dos narradoras que me gustan para ilustrar esta entrada.


Leyendo a Isak Dinesen (seudónimo de Karen Blisen) en Memorias de África.


Cuando el sonido cada vez más acelerado pasaba sobre tu cabeza, era el viento en los altos árboles del bosque, y no la lluvia. 

Cuando corría a lo largo de la tierra, era el viento en los arbustos y en las largas hierbas, y no la lluvia.

Cuando susurraba y sonaba sobre la misma tierra, era el viento en los maizales -donde sonaba de una forma tan parecida a la lluvia que te engañaba una y otra vez y hasta cierto punto te compensaba, como si estuvieras viendo una representación de lo que deseabas-, y no la lluvia.

Pero cuando la tierra respondía como una caja de resonancia, con un ruído fértil y profundo, y el mundo cantaba en torno tuyo, en todas las dimensiones, por encima y por debajo, esa era la lluvia. Era como volver al mar cuando has estado mucho tiempo lejos de él, como el abrazo de un amante.


A Isak Dinesen


Tu voz, honda y serena, transparente

como el agua de ríos primordiales,

brota en la espesa noche y cae al alma

y cae al corazón.

Tu leve gesto

desde el fondo del libro alza su vuelo,

y es como si un paréntesis se abriera

en la africana tarde silenciosa.

Con los zapatos llenos de agujeros

te veo atravesando la llanura

o las rosadas calles de Nairobi

alta de luz y frágil como un ciervo.

Hermosa y digna vas tocando puertas, 

dulce reina arruinada y pesarosa.

En la página se oye tu suspiro

y tu infinito amor triza la noche,

llega hasta mí,

restaña mis heridas. 


Piedad Bonnett En consideración a la alegría  

Del libro de poemas Nadie en casa  

De la colección Un libro por centavos

domingo, 23 de octubre de 2022

595. "La ciudad" de Lara Moreno


No pretendo hacer una reseña al uso, pero sí comentar que esta tercera novela de Lara Moreno, La ciudad, es una novela necesaria. Además de su poesía y relatos publicados es la que más me ha gustado y degustado. Quiero decir que en vez de devorarla como un buen plato, la he pausado como una golosina por lo bien escrita y contada que está, a pesar de la dureza de algunas escenas. Es necesaria también porque a través de estas tres mujeres y sus vidas, temas como la violencia están muy bien tratados, nos ayuda a entenderlos mejor, y, a veces, solo con una palabra o detalle, la frase brilla.


Mi admiración por esta joven poeta y escritora se remonta a los comienzos de este espacio donde escribo. En mis búsquedas de principiante encontré un grupo de personas que se conocían entre ellas; cada una también con su blog, y estaban tan bien escritos y hablaban de cosas tan interesantes que aprendí y disfruté mucho de cada uno.

De hecho, lo que Lara le contesta a Guillermo Ortiz en esta entrevista, antes incluso de la publicación de “La ciudad” tiene mucho que ver con lo que también recuerdo:


¿Hubo algo parecido a una «generación blogger», cada uno con nuestro blog y nuestras historias?

¡Por supuesto! Y era maravillosa y me da mucha pena que se haya perdido (sonríe). Yo pasé de las cartas en papel al email y luego al blog. Ni las redes sociales ni el WhatsApp han sustituido a eso ni de broma. El tiempo que dedicábamos a eso ahora lo dedicamos a las redes sociales, pero no es, para nada, lo mismo. Los blogs eran como nuestras pequeñas revistas en las que nos autopublicábamos lo que nos daba la gana. Fue nuestra primera red social: yo me levantaba por la mañana y me ponía a mirar lo que había escrito Nano (Rafael Lassaletta) o cualquiera de los demás. Eso lo hemos perdido completamente y era bonito: en mi blog publicaba mis poemas, y cuando acababa me ponía a leer a los demás, sus pensamientos, sus historias, sus relatos de puta madre… 


No puedo estar más de acuerdo. Mi blog me ha dado muchas satisfacciones, entre ellas conocer a escritoras como Lara Moreno, Jenn Díaz, Aroa Moreno, etc…


Y para quien la quiera conocer y escuchar, solo con buscar:

 lara moreno pagina 2 en Google en el primer vídeo de 3,57 minutos. Explica su novela mejor que yo y, además, con una voz muy personal.

miércoles, 5 de octubre de 2022

594. Corrientes


Tú tienes la costumbre de los ríos:

pasar por las riberas sin mojarte, 

formar algún remanso en el camino

y luego hacerte bulla, catarata, 

arrasar con las plantas de la orilla

y arrojarte de golpe en los océanos.  


Poema de Elsa López, de Al final del agua en Plenilunio

martes, 13 de septiembre de 2022

593. La calita

Una mujer. Siempre balanceándose en una mecedora después de comer. Estos días y especialmente hoy, no duerme siesta. Es su cumpleaños y disfruta de una cala escondida en una playa. Se balancea, pensando en aquel lejano verano. La contempla embobada y disfruta.  

En la cala escondida había que seguir el caminito de piedras y dar pasitos cortos para introducirse en el agua, pero ella, que siempre ha sido previsora, llevaba unas zapatillas de goma que le protegían sus pies demasiado castigados por trabajos que ya no la ocupan.

Lo bueno de las calas es que pronto se pierde pie y se puede nadar; también, asomarse desde el mar a la contemplación de una costa distinta, abrupta y por eso más atrayente. ¡Qué placer! ¡Nadar hasta cansarse, tomar el sol, abandonarse! Recordarlo la relaja, incluso, ahora.

Y ahí sigue ella, cada día meciéndose y contemplando una foto antigua y ampliada que ni siquiera parece la cala de entonces, pero qué más da, si está todo en su cabeza.

Lo importante es la foto enorme colgada a modo de almanaque en la ventana cerrada de su habitación. Cada día y hoy con más motivo él la despliega para, cogidos de la mano, volver a viajar juntos.


miércoles, 31 de agosto de 2022

592. Parejas

 

Eran una pareja peculiar. Él era fuerte, impetuoso y arrojadizo. Se había quedado dormido en la pendiente y no la encontraba. Tiró de sus pies para correr a buscarla, pero su cabeza pesaba más que su ímpetu. Siguió y siguió intentándolo. En ese momento escuchó un traqueteo continuo y cuando acabó, por fin, pudo asomarse al otro lado...

y la vio. Como él, pero cansada, tranquila y precavida se tumbó hacia el lado opuesto y con el ruido del tren se quedó también dormida. El día se nubló y una fina lluvia los cubrió.

domingo, 14 de agosto de 2022

591. Soy tu boca


 No temas que no escupo, solo me alimento con los insectos que te molestan.

jueves, 28 de julio de 2022

590. El árbol

El árbol quiso crecer,

cerca de las piedras,

cerca del agua,

cerca de ella.

Pero se tuvo que conformar con su sombra.


viernes, 8 de julio de 2022

589. ¿Dónde está el árbol?


Le estaba enseñando a Perico la libélula o zapatero como la llamamos y me preguntó ¿dónde está el árbol? Le expliqué el porqué el vecino había quitado el pino; toda la familia era alérgica a las orugas.

En ese instante hizo aparición la voz potente del chatarrero en la calle. Iba, como de costumbre, con su carrillo de mano y solicitaba: hierro, cobre, y otros materiales para vender.

A pesar de su interés por el árbol, noto que el niño ya no me escucha. También se olvida de la libélula y las explicaciones que pensaba darle y me señala el camino de la cigarra.

-Claro, por eso corre que se las pela, para darle un chupetón a la tuerca, igual le falta hierro como a mí.

-¿Cómo?

-Sí, tía, es que tú no has visto que mi madre por la noche le clava una puntilla larga a una manzana, por la mañana se la quita y me hace comérmela a trocitos.

A J. M. esté donde esté.

lunes, 13 de junio de 2022

588. Piedras

 Piedras que nadan

Piedras que otean


Piedras que esconden


Piedras que gritan


Piedras que hablan

Ya sé, como todo el mundo, el abismo que separa la materia inerte de la materia viva pero me figuro también que una y otra podrían presentar propiedades comunes. Roger Caillois

https://www.uv.mx/gaceta/Gaceta70/70/pie/pie04.htm

viernes, 27 de mayo de 2022

587. Desesperada

 

Cuando encendí la televisión el fin de semana pasado lo primero que apareció en pantalla fue el rostro de Naomi Watts. En la película su expresión mostraba que estaba pasando el duelo por la muerte de su marido y luchaba con su hijo adolescente para que se levantara y acudiera a sus clases.

Como esta actriz es una de mis preferidas me quedé a verla y a pesar del tema (por algo su título que no conocía es “Desesperada”) me quedé sufriendo en el sillón. Ya había sufrido con pelis de ella como “ 21 gramos” o “Lo imposible” y disfrutado con otras de su extensa filmografía, pero quise ver como afrontaba este papel.

No es lo mismo correr por placer como empieza su costumbre diaria, que angustiada por lo que puede ocurrir con su hijo, y es tremendo, porque se muestra el cuestionamiento de una madre en una de las matanzas que una vez y otra ocurre en los colegios de Estados Unidos. La película también aborda las posibles causas de estos hechos que se repiten en el tiempo y que son varias, además del problema de las armas.

Y para que no olvidemos que la realidad supera a la ficción esta semana ha vuelto a ocurrir, si cabe, aún con más virulencia. Es un horror porque siguen muriendo inocentes mientras los culpables siguen mandando y ganando sumas vergonzosas de dinero.



sábado, 21 de mayo de 2022

586. Perfil


 Y yo que no veo el monstruo, bueno sí: tiene ojo, nariz y boca.

Pero, ahora que digo boca…, lo que veo es el perfil de las tortillitas de camarones como peinetas al aire. Esas que en Cádiz y alrededores saben hacer tan bien.

lunes, 2 de mayo de 2022

585. Como la vida misma

 

Como esas pisadas de los que se creen los amos de todos hacia los más débiles y ellos, igual que esa pequeña florecilla, empeñándose en sobrevivir.

Al lado esta grieta. Como si la tierra sintiera el mismo dolor que sentimos hacia la barbarie.

Y no puedo evitar pensar: y si…, porque ingenuamente me sigo preguntando cómo pueden dormir por las noches.

sábado, 23 de abril de 2022

584. Amor romántico

 El otro día estaba sentado en un banco del parque, lo suelo hacer cuando quiero despejarme de lo que estudio, que no viene al caso.

Delante de donde me encontraba dos chicas muy sonrientes de unos veinte años se encontraron y saludaron. Una de ella daba saltitos como de felicidad y la otra le preguntó:

¿Hoy es el día?

Sí, contestó sin parar de saltar, yo creo que me lo pedirá, me ha citado aquí mismo.

¡Qué romántico! Pues no te retrases, ya me contarás.

Como la chica de los saltitos señaló el parque y me apetecía dar un paseo, la seguí intrigado.

En un recodo me despisté, pero alguien chocó conmigo. Era la chica que venía de vuelta corriendo y casi gritando:

¡Un sitio horrible, seguro que es un ogro y conmigo no, que se case con otra!

Menos mal, justo a tiempo, pensé.

lunes, 11 de abril de 2022

583. Miradas

 

No todo es corona de espinas.



Hay olores,


sabores y


soles.

domingo, 20 de marzo de 2022

582. Sorpresa

 

¿Metáfora?

¿Actualidad?

¿Arte contemporáneo?

martes, 8 de marzo de 2022

581. Adrienne Rich, de poemas

 Para el expediente


Las nubes y las estrellas no libraron esta guerra

los arroyos no informaron a nadie

si las montañas arrojaron piedras de fuego al río

fue sin tomar partido

la gota de agua que se balanceaba levemente bajo la hoja

no tenía opinión política


Reparto de tareas


Las mujeres en las filas traseras de la política

todavía lamen hilo para pasarlo por el ojo

de la aguja, truecan huesos por plástico, rajan vainas

para venderlas como collares en los cruceros

hacen inmaculados vestidos de Primera Comunión

con planchas y vacilante agua caliente

todavía ajustan los microscópicos hilos dorados

en los chips de silicio

todavía dan clase, vigilan a los niños

desaparecidos en las callejuelas de fuego cruzado...


Entre los poetas míos… Adrienne Rich

Cuadernos de poesía crítica n.º 10


domingo, 20 de febrero de 2022

580. La carretera

A Sabrina le gustaba conducir su coche rojo por esta carretera a la vuelta de su trabajo. Escogía este tramo, sobre todo, en los cambios de estaciones porque la hilera de árboles que quedaba a su izquierda le parecía hipnótica. Le encantaba verlos mudar de un verde frondoso a unas venas esqueléticas y enrevesadas.

La última tarde que pasó por allí el paisaje lucía en casi toda su desnudez y transparencia. Sin embargo no fue eso lo que recordará siempre. Al girar en la primera curva a la izquierda un coche negro se le venía encima y al verlo se quedó paralizada.

Afortunadamente ni a ella ni a su coche rojo le pasó nada. Un coche que la seguía pulsó la bocina del suyo con tanta insistencia que el coche negro frenó en seco. Cuando Sabrina se repuso y volvió la cabeza la persona que la había salvado ya no estaba.

Ella nunca supo que era un compañero de trabajo enamorado de ella que, sabiendo lo despistada que era, la seguía cada día hasta ese cruce sin que ella lo advirtiera.

viernes, 11 de febrero de 2022

579. Casi primavera o casi verano

 

Ya no hay gotas de rocío

ni caudal en el río.

Las flores se abren  

y los jaramagos alcanzan el aire.

sábado, 22 de enero de 2022

578. Soy un pez

 

No os lo toméis al pie de la letra, pero sí, a veces me llaman raro porque soy diferente. Soy muy independiente. Por ejemplo, no me gusta cuando en uno de mis paseos oigo gritar a los pescadores desde sus embarcaciones:

-Lanzad la red que viene un banco de peces.

Ni en plural quiero yo que me llamen banco, entonces, me muevo rápido, planeo y me escapo. A veces me llaman “raro”. Me gusta ir por libre y no soporto que impidan mi libertad. Cuando me acerco a la orilla de noche y me asomo para buscar las constelaciones, veo con mis ojos planos la intención en algún paseante de cogerme con sus manos; me quedo quieto, veo su sonrisa y justo ahí me zafo.

Entonces quien se ríe soy yo porque se quedan mirando el agua y ya no estoy en ella porque soy un pez volador. De quien más huyo es de los japoneses, que persiguen sobre todo mis huevas para el famoso sushi y es que el humano es el mayor de los depredadores.

domingo, 2 de enero de 2022

577. Toyo Shibata

Quiero comenzar el año con un poema de esta poetisa japonesa que dice a su edad:

Una cosa que he observado al escribir poemas es que la vida no es solo triste y dura.


No te desalientes


Escucha…

no suspires diciéndote

que eres infeliz.

Ni el sol ni la suave brisa

muestran favoritismos.


Puedes soñar

con imparcialidad, ¿sabes?


Mírame,

aunque haya sufrido penalidades,

me alegro de vivir.


Tampoco tú te desalientes.   A Gracia.


Muchas gracias, Eli, por este libro que es una joyita.

Os deseo salud, salud, salud y feliz 2022.