domingo, 18 de febrero de 2018

464. Como yo


Hoy tengo ganas de escribir porque he encontrado mi cuaderno perdido que lleva mi nombre: JIMENA

Lo último que conté fue mi experiencia con el yoga. Uf, lo dejé pronto. Ya hago yo bastante ejercicio aquí, y más desde que mi señora tuvo que poner mis papeles en regla, porque eso sí, ella conmigo está más que contenta y su nuera aún más. Es linda su nuera, nada más saberlo me regaló un móvil en el que no sé qué hizo, pero puedo oír a mi señora desde cualquier parte de la casa y es grande esta casa, dos pisos unidos por una escalera circular que no sé yo cómo no me he caído más de una vez limpiándola de rodillas. 

Menos mal que antes de morir el marido de mi señora pusieron un ascensor. Siempre que lo nombro me viene a la cabeza su imagen. Tirado en el suelo estaba cuando entré a limpiar su despacho. Tenía el teléfono en la mano. En el entierro alguien dijo: el infarto seguro le dio cuando se enteró de la gran bajada la bolsa.
Los que tienen tanto no me extraña que mueran de eso, en cambio, nadie sabe de los suicidios que hay por tanta necesidad, esos no salen en las noticias, de esos sólo habla el boca a boca de la miseria.

De eso, de las invisibles, quería yo hablar y siempre me voy a otra cosa, porque esta mañana mientras estaba en el váter cogí una revista de mi señora, como tarda tanto en hacer lo suyo, tiene un revistero repleto en el cuarto de baño. Abrí una al azar y vi a Opra vestida de negro como todas las demás artistas en los Globos de oro, ¡lo que me gusta a mí verlas! Pero de negro… oich, con lo bonito que está el colorido de los modelos tan variados y bonitos que enseñan… Me he quedado de piedra con lo que decía Opra: que su madre fue una mujer de la limpieza, ¡como yo! Y nombraba a otra mujer de color que la violaron, que se llamaba…, me acuerdo del apellido, Tailor.

Y digo yo, ¿ahora se acuerdan?, ¡ni que no hiciera tiempo que violan, asedian, y abusan de mil maneras de nosotras! Claro que no es lo mismo si lo hacen a ellas. Me imagino que por eso el luto, eso sí, lleno de encajes y hasta una mariposa blanca llevaba una en el vestido negro. Mariposas como las que deben llevarse el alma de tantas mujeres asesinadas y eso que dicen que estos países son civilizados. Pero bueno, como dice el refrán “más vale tarde que nunca” para protestar.
¿De qué irán en los Oscar?

viernes, 9 de febrero de 2018

463. Ya que estamos…


Con nieve, poemas y leyendo a Emily...


El agua se aprende por la sed;
la tierra, por los océanos atravesados;
el éxtasis, por la agonía.
La paz se revela por las batallas;
el amor, por el recuerdo de los que se fueron;
los pájaros, por la nieve.

Emily Dickinson, “El viento comenzó a mecer la hierba” en Nórdica Libros, con unas bellísimas ilustraciones.