Dos de ellos son de primera lectura y el de en medio, segunda. Leídos casi de un tirón, como se suele decir, pero voy por partes porque son muy distintos.
De “Un detalle
menor” me
gustó el título, la portada, la sinopsis de la contraportada, el
tema y lo que leí de la autora que no conocía, y sí, no tardé en
leerlo. Primero porque tiene 151 páginas y segundo porque tenía la
esperanza de encontrar más emoción en un relato tremendo, pero
narrado con frialdad. El día a día, que acomete la joven Ramala en
la segunda parte, se hace algo lento por la dificultad que implica
desplazarse e investigar en Palestina bajo la ocupación militar
israelí. Pero un final abierto hace que se una todo el relato y que
se abra paso impactante en la mente del lector.
“Del color de
la leche” lo leí hace años y me apetecía leerlo de nuevo. Con el lenguaje
particular y sencillo de quien se está iniciando en la escritura, su
protagonista, Mary, nos va mostrando su situación día a día, su
experiencia y su insistencia en dejar constancia de ello. Además de
la dignidad con que afronta el ambiente desfavorable donde vive: la
Inglaterra rural de 1830, nos viene a demostrar que no están tan
lejanas las actitudes machistas y dictatoriales a través de siglos. Contagia esa rebelión suya que la autora de este
libro, Nell Peyshon insufla a su protagonista hasta en su
destino final. Este es un libro que no te deja indiferente.