viernes, 19 de julio de 2024

631. Perder el tiempo

Me gusta el verano, siempre ha sido mi estación preferida y nunca me ha importado sudar. De hecho, mientras mis hijos aún pequeños dormían la siesta, yo aprovechaba para pintar el piso en vacaciones.

Pero lo que más me gustaba y me gusta es “perder el tiempo”, ese que dicen no existe y que cuando realmente lo perdemos es haciendo y haciendo cosas sin tomar conciencia de lo que hacemos. 


Reconozco que hay trabajos que mejor dirigir la mente lejos si se puede, porque son penosos, por no decir horribles. Impactan. Por ejemplo, los que relata Isaac Rosa en su libro, “La mano invisible” para describir los distintos oficios que realizan las personas. No es un documental, el autor se vale de un experimento a modo de performance donde asiste el público que puede comprobar desde el origen: el proceso que sufren los materiales, los alimentos que nos llevamos a la boca diariamente, las personas que los ejecutan, incluso lo que piensan y cómo se sienten sobre lo que hacen. Es tanta la documentación del autor y tan detallada que no lo he terminado. Lo haré, pero no es un libro para el verano, ni para desconectar de lo que sea que hagamos.



¿Perdemos realmente el tiempo cuando repasamos lo que nos rodea?

Cuando observamos también pensamos y si no, cómo casi sin darnos cuenta entran en nosotros sonidos, colores, olores, o impresiones que como en una sinestesia nos llevan por caminos, a veces, poco transitados.

A mí ahora, a transmitir lo que pensaba.

domingo, 7 de julio de 2024

630. Entre el mar y el cielo

Junio es un mes para disfrutar de los días más largos. En los días calurosos aprovechamos para hacer una escapadita a la playa. 

Me he traído el mar y el cielo, la soledad de playas casi desnudas para recordarlas así.

Deseaba mirar hacia un lugar donde no hubiera guerra, ni odio, ni mentiras, ni todo lo horrible de este mundo. 



sábado, 15 de junio de 2024

629. Nada crece a la luz de la luna

 

De este libro me atrajo, no solo el título, sino su planteamiento inicial. De haberlo leído durante mi curso de Creación literaria, me hubiera servido de inspiración para hablar sobre “la chica del paraguas rojo”. Pero hubiera sido más banal. No como esta chica de la estación con su maleta roja que se va con un desconocido, pasean, entran en su casa y después de unas copas lo pone en una tesitura: 


“Podrás tener mi cuerpo. O mi alma. Tú eliges -dijo”. Y él elige conocerla, aunque ella le advierte que le llevará toda la noche contarle su historia. “Necesito tiempo, pues tengo que pensármelo para no mentir. Ya no quiero mentir más, ni callar más. Estoy muy acostumbrada a mentir, ¿sabes?” Página 19.


La lectura de Torborg Nedreaas atrapa en sus primeras páginas para introducirnos en el relato de la vida de una joven en un ambiente asfixiante, pobre, típico de posguerra, lleno de prejuicios y donde una historia de amor atraviesa el relato y deja casi sin respiración en su final. Recuerdo que tenía ganas de acabar su lectura, sin embargo, es un libro, yo diría, que necesario por las verdades que ignoramos si no nos tocan de cerca, pero que cada día siguen pasando.

sábado, 25 de mayo de 2024

628. Verbos

Divisar
Observar
Ocultar
Reflejar

sábado, 11 de mayo de 2024

627. Descubriendo poemas

Cuando descubro poetas y leo sus poemas, a veces,

no los entiendo, pero me gustan por su sonoridad,

su ritmo o porque en ese escudriñarlos para intentar

comprender entreveo, vislumbro, como en un trasluz,

palabras que me dicen cosas, que me llevan a imágenes…



me llaman jacarandosa.

tengo un cerebro de confitura de glia.


lo visto con gro con dulce.

gelatina, aroma, volatín, desplome.



bajo las escaleras incrustadas en la roca.

me zambullo en el mar.


me arremango la perspectiva.

mirar singlero.


Berta García Faet, del poema ETZIBO

“Una pequeña personalidad linda”. Editorial: La Bella Varsovia.

martes, 23 de abril de 2024

626. Feliz día del libro

El día del libro siempre es especial para mí por muchos motivos, el principal porque amo los libros y me pregunto siempre: en este día con cuál te quedarías. 

No podría elegir uno, excepto por las sensaciones que me produce, incluso, me situo en el lugar en que lo empecé por vez primera, los olores etc.

Pero es, sobre todo, la sensación y uno de mis preferidos es “Años luz”.



No había leído a James Salter, no sabía nada de este autor. En las primeras páginas esa cadencia suya y elegancia en la forma, todo lo que dice entre líneas con esa maestría, me enamoró.

Después de leerlo ya no pude parar… Acostumbro buscar todo de las escritoras y escritores que me gustan, voy tirando del hilo y leo todo lo que encuentro, hasta sus libros preferidos. Mi personal biblioteca no son solo libros, sino la vida que hay en cada autora/or. Por suerte todo ocupa poco lugar aquí y puedo tener carpetas y carpetas con todo lo que me interesa como sobre qué les llevó a escribir, etc.


Dice Salter en una entrevista sobre su escritura:


“Viene de la vida, pero no es la vida. Es otra cosa. Es un poema de la vida. Viene un momento de la vida en el cual te das cuenta de que todo es un sueño. Solamente esas cosas que han sido escritas tienen una posibilidad de ser reales. Al fin, es lo único que existe – lo que ha sido escrito.”


Decía Walter Benjamín:


El trabajo en una buena prosa tiene tres peldaños: uno musical, donde es compuesta; uno arquitectónico, donde es construida, y, por último, uno donde es tejida.

Cuando releo “Años luz” de James Salter reconozco estos tres peldaños.

Más aquí.

sábado, 20 de abril de 2024

625. La soledad de los parques

Uno de los cuentos que más me gustan de Julio Cortázar es “Continuidad de los parques”.

Lo he recordado al pasear por ellos y disfrutar de su soledad, algo distinto esta semana por ser feria en Sevilla.



Hoy amaneció nublado, un respiro. Por suerte, el agradable sonido del agua en las fuentes sigue acompañándonos.

domingo, 31 de marzo de 2024

624. ¿Aventura?

Con estas lluvias las collejas han inundado el pequeño huerto. La colleja es una planta comestible que en tortilla tiene un sabor más suave que la espinaca. Eso sí, hay que entretenerse en cortar las hojas de los tallos y buscar algún intruso; como este caracol pequeñito que estaba escondido entre ellas, y que, si se atreve a saltar, puede que se vaya si es mucha su curiosidad o sus deseos de aventura.




martes, 19 de marzo de 2024

623. Libros y sus títulos

Me atraen los títulos y me gustaron los de Irene Solà que sintetizan tan bien sus historias.
En Canto yo y la montaña baila te lleva de la mano a jugar y mostrarte, desde distintas voces narrativas, un mundo diverso: paisajes, seres que los habitan, folclore regional, etc. Si te gusta escribir es un libro que despierta la imaginación y, en definitiva, cantas y vuelas con ella desde sus diversos puntos de vista.
En Te di ojos y miraste las tinieblas te ata una cuerda a la cintura y te lanza a un pozo a contemplar una saga de mujeres que van heredando el pacto con el diablo desde el pasado al presente. Te paras, respiras la lectura porque es dura y fuerte, pero no puedes dejar de leer. 
Y luego buscas todo lo referente a la autora que se ha documentado muy bien para que quien busca algo distinto, lo encuentre en sus libros y, los piense. Y que cita al final de sus páginas y en entrevistas.

Y de la frase a la palabra que en sí misma es un mundo o varios. 
Libre de Lea Ypi. ¿A quién no le puede gustar este título por muy manido que esté? Narra desde el punto de vista de una niña a través de su día a día y va contando su historia y la de su país. Hasta que su entorno se rompe y se derrumba. Como dice su autora, Lea Ypi, si te preguntas por la libertad suele terminar siendo ilusión y propaganda.  

Y sobre Hamnet de Maggie O’Farrell, publicado hace años, es un libro bien escrito y evocador. Es el relato del antes y el después de la muerte del hijo de Shakespeare. ¿Cuánto hay de ficción en estas obras, nos preguntamos? La autora comenta que un 98% aproximadamente. Pero ¿sabemos con certeza lo ocurrido en general en la historia, si cuando evocamos recuerdos y escribimos ya están modificados por la memoria?

domingo, 25 de febrero de 2024

622. Contrastes


No sufras árbol si el último soplo de un viento fuerte mostró tu esqueleto. Tu sabia pronto brotará y lucirás como todo en esta casi primavera que se anuncia desde ya.




viernes, 26 de enero de 2024

621. L a sombra y la flor

Mi sombra se diluye entre tus flores, quiero sentirme libre como tú, Sinapis.

Vives en campos baldíos abarcando el espacio, aprendiéndolo.

Sinapis es un género de plantas dentro de la familia Brassicaceae.​

Una de las especies que se encuentran en este género es la mostaza blanca (S. alba). La planta silvestre, es el popular jaramago. En la zona sur de España su presencia masiva denuncia campos baldíos, jardines descuidados o escombreras. Son hierbas anuales (raramente bienales).


https://es.wikipedia.org/wiki/Sinapis


viernes, 19 de enero de 2024

620. Mercados


Me llamo Mario y soy periodista. Me gusta ir por las mañanas a los mercados de Abastos y pasearme entre los puestos cuando no tengo ningún trabajo que entregar. He vivido en varias ciudades y al visitarlos, los comparo. Hay diferencias en su aspecto, pero no tanto en las conversaciones que escucho. Sobre todo a media mañana que ya han desayunado las amas de casa con sus amigas y aprovechan para hacer la compra.

La primera vez que comenzó esta afición mía yo esperaba en un puesto de charcutería y miraba con hambre esa variedad tan apetitosa, no sabía cual elegir para un bocadillo. Era mi primer trabajo en la redacción y mi primer día, además, tenía que administrar bien lo poco que iban a pagarme. Me dirigí a la señora que tenía a mi lado para que me aconsejara, pero advertí que con cara de enfado tiraba de algo. Pensé que al otro lado tenía al perro. No pude evitar exclamar:

¡Madre mía, pero si es un niño!   

Me miró enfurecida diciendo: ¿Un niño? Es un diablo que ya se me ha escapado varias veces mientras guardo las colas. Esto último lo dijo con retintín mirando a la tendera que charlaba animada con otras clientas. Como no le echaba cuenta siguió casi gritándome y tirando a la vez de la correa mientras el niño lloraba: 

-¿Y sabes? ¡Por poco me lo mata un conductor que iba como un loco! ¡Cómo se nota que nunca serás madre!

-Y usted qué sabe, señora, le contesté. 

Por los gritos que emitía todas nos miraron riéndose de mi respuesta.

Ahora, también me río, ese día salí pitando de allí y me quedé sin bocadillo.

Sin embargo, veo que se siguen usando esos cinturones con alargadera; hace poco vi una madre joven que hablaba por el móvil, su hija pequeña protestaba porque quería alcanzar algo y no podía.