Porque el recuerdo no se acaba en un
día, porque están sus libros para estar presente y porque en las
páginas que hablaban de él y de sus libros no vi éste al que le
tengo un especial cariño.
Porque cuando no tenemos la suerte de
poder conocer al autor, al menos yo, si me gusta mucho, lo encuentro
en otros formatos que no el de la novela, que también.
En unas navidades, uno de mis
hijos me regaló este libro. Yo estaba en ese momento tomando un
curso de creación literaria y fue una fuente de ideas, disfrute y
conocimiento del autor, de su humor y sabiduría.
Además de su merecido descanso, vaya
mi agradecimiento permanente porque además de inventar historias nos
despierta la imaginación. Os dejo con sus palabras:
“Lo que más me importa de este mundo
es el proceso de creación. ¿Qué clase de misterio es ése que hace
que el simple deseo de contar historias se convierta en una pasión,
que un ser humano sea capaz de morir por ella; morir de hambre, frío
o lo que sea, con tal de hacer una cosa que no se puede ver ni tocar
y que, al fin y al cabo, si bien se mira, no sirve para nada?”
Gabriel García Marquez