sábado, 26 de noviembre de 2016

425. Palabras que no decimos

Hay palabras que no decimos
y que ponemos sin decirlas en las cosas.

Y las cosas las guardan,
y un día nos contestan con ellas
y nos salvan el mundo,
como un amor secreto
en cuyos dos extremos
hay una sola entrada.

¿No habrá alguna palabra
de esas que no decimos
que hayamos colocado
sin querer en la nada?     Roberto Juarroz, Poesía vertical


domingo, 13 de noviembre de 2016

424. Una semana “de cine”


Terminó el Festival de Cine Europeo de Sevilla y después de una semana intensa me gusta hacer un recuento.
Un festival de cine puede ser: un viaje a lo desconocido, una visita a mil historias de vida, una multitud de sensaciones y emociones, una carrera hacia el mejor sitio en la sala y hasta un maratón para combinar el quehacer diario con los horarios en el camino del disfrute.
Eso es lo que yo hago cada noviembre, disfrutar del cine en pantalla grande: pelis, documentales, cortos, presentaciones, charlas, coloquios...
Es tanta la programación, tan nueva y variada que, incluso, quieres compartirla. Puede ocurrir que invites a alguien y te diga: si es triste no voy, que “pa penas ya está la vida”.
Entonces, si ese alguien te interesa, le das otra vuelta al programa, reorganizas horarios, lees de nuevo todo lo publicado, aunque ya te sabes las sinopsis de casi todo, porque un festival de cine ¡por la gloria de mi madre! Es todo un master.
Una señora, en una master class precisamente, vio mi programa tan señaladito y me pidió consejo, la pobre no había acertado con nada que había visto. Por la tarde después de la sección de cortos que le recomendé, la vi y ni me miró. No se la veía contenta, seguro pensó “esto te pasa por preguntar”.

¿Qué quieres que te diga? Te tiene que gustar el cine a rabiar, como a mí. No seré yo quien os recomiende algo, a pesar de que mis gustos has coincidido este año con algunos de los premios otorgados, pero eso sí, ahí van las pelis que he visto por orden de preferencia:

domingo, 6 de noviembre de 2016

423. Azulejo y piedra

Me encantan las dos palabras del título y me gusta en ambas, al tacto, su textura. En el puente pasado visitamos por tercera vez el Museo de la Cerámica de Sevilla.
Es agradable la visita por varios motivos: historia, muestra, ubicación y entorno. Y me traje una imagen que no podía dejar de mostrar aquí.

  
Nos encontramos en la segunda planta del museo una exposición que termina hoy de Dalila Gonçalves titulada: Kneaded memory. El término según dice el folleto explicativo: “kneaded (amalgamado, amasado) no sólo hace referencia a la concepción material y técnica de estas piezas y, por extensión de todo el proceso cerámico, sino que alude a la virtud del recuerdo...”


Conviene recordar que los azulejos portugueses visten los exteriores e interiores de palacios, iglesias, casas, cafés...


Al contemplar estas piedras pienso que en arte siempre es posible ir más allá.