domingo, 24 de diciembre de 2023

618. Una puerta a la ilusión


 Con esperanza de:

PAZ FELICIDAD y ALEGRÍA

Felices Fiestas

miércoles, 13 de diciembre de 2023

617. Como encerrada con un solo juguete


Aquel verano se alargaba demasiado, pero de pronto llegaron las lluvias. En un adosado todo se oye. Un vecino protestaba porque la piscina le estaba rebozando. La vecina del otro lado porque tenía albañiles en el patio y la azotea y no podían acabar las obras. Fueron tormentas localizadas que no duraron mucho, pero torrenciales, tanto que, desde mi cocina y en silencio escuchaba el tintineo de las goteras de su techo en las palanganas. A veces, según la intensidad, parecía un concierto acuático. 


Estos adosados tienen detrás un espacio que cada vecino emplea como quiere. Yo tiendo una hamaca entre dos postes de hierro y leo tan a gusto. Pero ese día no podía porque una conversación de mi vecina, con alguien que parecía una amiga, me lo impedía. Hablaban de los albañiles cuando ellos, en su ir y venir vaciando escombros, estaban en la azotea.


-Míralos, decía mi vecina ¿te parecen hermanos? Ay, hija, ¡un poquito de imaginación, por favor! Tú misma dices siempre que tus hijos también son distintos. 

-Sí, la noche y el día. ¿Y qué me quieres decir con eso? 

-Te cuento: El más bajo es achaparrado hasta en los andares; le gusta cantar y se crece si lo miran, seguro que se cree el amo del mundo. El otro día, cuando miraba los dibujos de su cuerpo, pensé que era un hombre hecho para el verano, porque tenía de cintura para arriba un tatuaje tan variado que parecía una camiseta de colores. -Oye, que te estás durmiendo y no es la hora de la siesta.


-Perdona, pero será la cerveza que me has puesto, sigue, por favor.

-El más alto, es su hermano mayor. Ese lo tiene todo, seguro será el preferido de su madre porque es responsable y trabaja fino hasta en los detalles. Como este: mira como me ha puesto estos azulejos. Chist, ahí llega, ¿ves? -Hola, dijo más alto y volvió a su cuchicheo.


Me acerqué a la pared que nos separaba para escuchar mejor.


-Siempre saluda, pero no abandona su trabajo. Observa sus andares ¿tu has visto alguna vez un albañil que hasta su porte sea elegante? Es serio, formal y su mirada es limpia, tanto como su sonrisa…

-Para, ¡hija, no te embales!, que estás cogiendo un camino… A mí lo que me ha llamado siempre la atención de los albañiles es su forma de hablar entre ellos, no hay quien los entienda.

-¡Ah, no! Este, el más alto, habla hasta claro y no me mires así. ¿No decías cuando entraste que parece que llevo días encerrada con un solo juguete? Ahí lo tienes, solo observo lo que veo y me parece más sugerente que mirar la tierra que van dejando y las telarañas que se están acumulando.

-Niña, tú estás majara perdida. Me voy, que se me hace tarde.

Y entraron en la casa. Y me dejaron sin final para mi cuento…  

sábado, 18 de noviembre de 2023

616. Los nombres de las cosas

De vez en cuando, después de estar leyendo libros intensos por la temática, necesito algo más ligero en la forma y en el fondo, aunque la ligereza no significa que no diga nada. Debajo de las palabras se puede esconder la ironía, la denuncia y un humor muy peculiar.  Todo eso se mezcla en este libro que sorprende por la libertad, la ausencia de normas en los diálogos y su naturalidad.

Me gustó al verlo en la librería: el título, la portada de Paul Klee, que dice mucho de lo que hay en el interior, y la sinopsis, de la cual copio el primer párrafo.

“Todos los jueves, tres amigos se reúnen en un bar. Uno es director de cine y parece difuminar constantemente el límite que separa lo real de lo imaginario. Otro es novelista, aspira a la máxima libertad posible en la escritura y en la vida y tiene tantas caligrafías como amigas. El tercero trabaja en un ministerio y siente que no sabe casi nada de su esposa ni de su hijo”.

Estos amigos hablan de sus cosas que, como hacemos nosotras, se entremezclan por la necesidad de poner en común la vida de cada uno. En el libro estas conversaciones están ordenadas en treinta y seis temas, que el narrador concluye o entrelaza con los puntos de vista de cada personaje.


domingo, 29 de octubre de 2023

615. Saramago siempre

 Porque ante el horror y las preguntas que nos hacemos, él siempre tiene respuestas.

…resulta mucho más fácil educar a los pueblos para la guerra que para la paz. Para educar en el espíritu bélico basta con apelar a los más bajos instintos. Educar para la paz implica enseñar a reconocer al otro, a escuchar sus argumentos, a entender sus limitaciones, a negociar con él, a llegar a acuerdos. Esa dificultad explica que los pacifistas nunca cuenten con la fuerza suficiente para ganar... las guerras.

José Saramago

De la entrevista:

https://ctxt.es/es/20231001/Politica/44391/Javier-Ortiz-Jose-Saramago-Israel-apartheid-Palestina-Gaza-nazismo-segregacion.htm


lunes, 23 de octubre de 2023

614. Escribir

 ESCRIBIR            

No hay ninguna
pretensión
en este intento,

si antes era así,
ahora

viene y queda
el gesto

igual a

cuando niña
dibujaba

por placer
y no dormía
hasta pintar

lo que pensaba

y era un mundo
que se hizo
con los años

garabato,
torcedura.    

Yolanda Pantin "Lo que hace el tiempo"

miércoles, 20 de septiembre de 2023

613. Lluvia

Ya huele a otoño. No por la lluvia que ha caído en algunos sitios de la Vega del Guadalquivir, sino porque la tierra estaba tan sedienta, que ella contenta, nos devuelve ese olor cada vez más gratificante.

Aquí ha llovido como nos dice Pessoa al principio de su poema a la lluvia:


Llueve en silencio, que esta lluvia es muda

y no hace ruido sino con sosiego.


El otoño, que llegará este fin de semana, también me huele a poemas, quizás porque la poesía me lleva a regiones tranquilas.

Yo no sé escribir poemas, me pasa como cuando miro una pintura que solo me hace sentir cosas. 

En uno de esos sentires escribí un poema a mis hijos porque la ignorancia sigue siendo atrevida.


Hoy no hay foto, la pondré cuando llueva a cántaros.


miércoles, 13 de septiembre de 2023

612. Luz

 Frágil



La luz que cae sobre algo



para exaltar ese algo


que recibe la luz


y era nada, o poca cosa,


en la sombra, es un poema



y en segundos deja de serlo.


Yolanda Pantin, “Lo que hace el tiempo” 




martes, 29 de agosto de 2023

611. SOL

Todo con mayúscula. 

En el sur y en la llanura del interior no se ha podido tomar sin riesgo de quemarnos.

Pero ahí están ellas, las libélulas.


Ni porque me acerque a tender la ropa se van, me acompañan y puedo apreciar su belleza.


Les encanta subirse a la horqueta que formamos con varias cañas secas para elevar el cordel.

Más: https://es.wikipedia.org/wiki/Anisoptera

lunes, 14 de agosto de 2023

610. Agua

                                                     

Una mano y en ella tu anillo.

Manos pequeñas…, y recuerdas. 

“Ven, súbete a la silla”, te pedía siempre que volvías de la 

calle sudando y sofocada de jugar.

“Primero el jabón” (el verde que aún se encuentra en 

alguna que otra tienda de pueblo), y tú lava que te lavas esas

pequeñas manos debajo del chorro de agua del fregadero.

“Ahora los pulsos” y te cruzaba los puños para que el agua

los cubriera y refrescara.


Aún lo haces, pero ahora cuidas ese oro líquido que es el agua.


sábado, 29 de julio de 2023

609. La claridad

Una mirada. Un gesto. Una palabra suelta. Una frase que sale volando sin poder retenerla y ahí estás tú, guisando, pero no como siempre. Hoy es un día especial. En la habitación hay un cuerpo rodeado por cuatro cirios, el de un hombre mayor. Vendrán familiares, amigos y tú te imaginas un entierro como el de las películas donde todos comen algo para reponerse. Y habrá gestos de todos los colores y conversaciones también. 


Al darle la vuelta a los trozos de pollo para que se doren escuchas a una hija que ha venido para echarte una mano. Está desayunando en la cocina, casi a tu lado. Entre bocado y bocado susurra una y otra vez “menos mal que ella me cuidó”. Sonríe y al notar tu asombro te dice: “está bien que se vayan los que nos hacen daño”.


Y tú comprendes el porqué ese hombre tan feo y tan muerto te daba tanto miedo.

Y te alegras, también, por fin va apareciendo la claridad que deja atrás años de negrura.

sábado, 15 de julio de 2023

608. Un paseo sonoro o noches de ensueños

Imagina. Pisas y suena una música elegida por ti. O te sientas de noche para asistir a un concierto en el jardín de un Palacio de Sevilla. Contemplas y escuchas un recorrido por todas las músicas del mundo; incluidas hasta canciones del lugar donde has vivido y que te han acompañado en tu niñez, como las que tu madre o padre cantaban durante las faenas. Es todo un espectáculo de imágenes y sonidos de remezcla musical que se van desplegando en la gran pantalla de un escenario para, en el mapa del mundo extendido, poder comprobar de dónde vienen esas músicas tan diversas.  


Es el proyecto que crearon Rubén Alonso y Esperanza Moreno hace años y que ha recorrido parte de ese mundo que muestran y, también, diversificado como talleres educativos con otros colaboradores como Fran Torres en colegios etc. Ahora están en el ecuador de dos semanas de talleres para niños y familias en Caixa Forum.

sábado, 24 de junio de 2023

607. Zarcillos

Ha comenzado el verano, una estación que a Sara le gusta. Hace viento y sus largos pendientes bailan, le hacen cosquillas y eso también le gusta. Es su primer día de vacaciones y contempla su ciudad como si la viera por primera vez.

Anuncian una ola de calor y, aunque ella no presta oídos al miedo; como viene de un largo paseo, se cobija en la sombra de un árbol a esperar que el semáforo se ponga en verde. 

Mira hacia arriba y se sorprende. Se pregunta qué árbol es el que luce unos zarcillos, como decía su abuela, tan hermosos. 

Y pronuncia en voz alta el principio de la égloga de Stefan Hertmans. 

Imagínate: ser un árbol 

Pues si tengo que elegir, yo quiero ser este.

viernes, 2 de junio de 2023

606. Ilusiones

 Se despertó y no sabía dónde se encontraba. El día

anterior había conducido muchas horas para ver a sus

amigos, compartir vivencias y actualidad. Mientras ellos

recogían los restos de la cena se tumbó en la hamaca y

el frescor de la noche hizo el resto. Clareaba el día y

en ese no saber ni la hora, ni en qué lugar se había

despertado vio la lámpara cuya luz le molestaba y se

incorporó medio dormido. Buscó el interruptor de perilla

como recordaba. Incluso introdujo la mano entre las

hojas de la parra y la dama de noche.

Nada, qué había sido aquello, se preguntó. 

¿Una ilusión o más bien la desilusión de no hallar lo que

buscaba? Recordó las conversaciones y, en especial, el

perfume de las flores como aderezo expandiendo su

olor en la noche. 

¿Ilusiones? Lo más importante era no perderlas, aunque

el trasiego de la vida las apagara, de momento. 















viernes, 12 de mayo de 2023

605. Jacarandá

 

Cada año por primavera repito como un mantra

este nombre:

J, A, C, A, R, A, N, D, A

Me gusta pronunciarlo con acento o sin él.

Si miro al cielo ahí están sus racimos abiertos y

el esplendor de sus flores.










Si miro al suelo,

cuando sus flores se desprenden del árbol,

se unen en una alfombra que da pena pisar.






Ojalá llueva para que siga su ciclo

porque cada año son todo un regalo de color.


Más: https://es.wikipedia.org/wiki/Jacaranda_mimosifolia

domingo, 23 de abril de 2023

604. Felices lecturas


Este libro es una pequeña joya, es para detenerse en todas las puntadas sin hilo que da su autora; se adelanta a su tiempo, expresa sabiamente todo lo que podemos sentir en cualquier época. Su prosa es tan rica, poética y sugerente que es para leerlo más de una vez porque, eso sí, hay que prestar atención.

El blanco Faro, lejano, austero, se hallaba en medio; a la derecha, hasta donde alcanzaba la mirada, desvaídas e incesante, con delicados pliegues, se veían las dunas de verde arena, con sus flores silvestres sobrevolándolas, que parecían correr perpetuamente hacia algún deshabitado país lunar.

Esta era la vista que su marido amaba, dijo, deteniéndose, mientras sus ojos se volvían aún más grises.


En estas "Conversaciones sobre la escritura" de 101 páginas se condensa la sabiduría de su autora en tres apartados: narrativa, poesía y ensayo.

En el primero dice Ursula:

Yo oigo lo que escribo.

Y en esta cita de una conferencia suya nos explica:

Por debajo de la memoria y la experiencia, por debajo de la imaginación y la invención, por debajo de las palabras hay ritmos ante los que la memoria, la imaginación y las palabras se ponen en marcha; la tarea de quien escribe es ahondar lo suficiente para sentir ese ritmo y dejar que ponga en marcha la memoria y la imaginación para que estas encuentren las palabras. 

Y a continuación nos cuenta:

Eso lo aprendí de Virginia Woolf, que lo dice con unas palabras bellísimas en una carta a su amiga Vita, en la que explica que el estilo es ritmo, “la onda en la mente”, la onda, el ritmo están antes que las palabras y hacen que las palabras encajen.

viernes, 7 de abril de 2023

603. Una luz que arde

 



Si todos los colores son el blanco,

cómo decir el gesto, la ventana

o es nube encendida

sobre el río que es luz

que no se nombra y arde

y pasa y es olvido.   


Ángel Campos Pámpano,

La ciudad blanca (1988)

domingo, 19 de marzo de 2023

602. Buscando el calorcito

La abuela salió a buscar el sol. Iba con cuidado por 

el empedrado cuando se paró en seco sorprendida:

-Ay, hija, no la pisé de milagro, de no haber sido por esa 

sombra que me levantaba las orejas,

 como advirtiéndome…

viernes, 24 de febrero de 2023

601. Ejercicios

 

Ejercicios



Un poema

como una gran batalla

me arroja en esta arena

sin más enemigo que yo


yo

y el gran aire de las palabras.


Blanca Valera, Valses,

México, 2012

viernes, 3 de febrero de 2023

600. Mesa de camilla

Tres mujeres estaban sentadas alrededor de una mesa de camilla. Dos hablaban hasta por los codos y no me dejaban estudiar. 

La que escuchaba era mi madre que, de vez en cuando, les  decía: chittt, la niña está haciendo los deberes, pero ellas ni caso. Seguían hablando de sus hijos con el tono cada vez más alto.


La mayor comentaba que no ayudaban en casa, ni con las tareas, ni económicamente.

La más joven le decía, entre otras cosas, que los hijos no son un negocio. Al escuchar esto último la cara le cambió a la mayor. Contestó enfadada y atacando. 

¡Pero están viviendo gracias a ti: los paristes, los educastes, le das lo que necesitan! Y, cómo te responden; con el olvido, ni te llaman.

Pero no se los reprocho como tú; yo nos lo quiero hipotecar, que parece que con lo que haces por ellos les pidas intereses.


Como el tono iba subiendo mi madre zanjó la cuestión con unas preguntas:

A ver, ¿los hijos piden nacer? No, ¿verdad? Están aquí porque lo elegimos como padres y los queremos y cuidamos porque ha sido nuestra elección. Es nuestra responsabilidad. Y la mía ahora es cuidar de mi hija, que haga los deberes 

y ayudarle si lo necesita.

Se levanta para invitarles a irse, pero la mayor no conforme, me mira y le pregunta a mi madre algo indignada. 

Y, ¿crees que ella te va a ayudar cuando lo necesites?

Ese será su problema, no el mío, contesta sonriendo. 


Cuando se fueron, comenté que había cosas que no entendía.

No te preocupes, dijo mi madre poniéndose el delantal, cuando seas mayor lo comprenderás, y más aún si tienes hijos. Y ahora que se han ido a lo tuyo.


Hacer los deberes en la mesa de camilla mientras mi madre trasteaba en la cocina era mi música preferida.