viernes, 23 de abril de 2021

561. Un libro para cada momento

Siempre he leído así con varios libros empezados, los seguía leyendo todos a la vez y los escogía según el sitio, el estado de ánimo, el silencio, etc.

Ahora, cuando los veo esperando por la casa, el abandono es por otras causas; me aburren y no quiero perder el tiempo, pesan y a mí me gusta leer tendida para hacer una pausa entre líneas y acariciar el papel y, también, porque han cambiado mis prioridades en la lectura.

Ya no solo me interesa la historia, sino cómo se cuenta, porque las historias suelen repetirse, pero la forma de contarla es marca de cada escritor. Busco la forma en un libro como quien coge un tejido y lo palpa para comprobar el grosor, tacto, color, revés. Y ahí, en el revés compruebo..., como decía mi madre, “cuando quieras saber cómo está echa una labor, mira el revés de la prenda”.

He dejado de hacer listas y de poner libros que he leído, cada cual tiene sus gustos y sus preferencias. Sí que me digo: elige uno. Pienso en el autor/autora y, aunque me resultaría más fácil, serían muchos también.

Sigo pensando. “Debe ser aquel que te haya acompañado durante tiempo y por eso se haya quedado en tu recuerdo”. Y elijo tres por orden de antigüedad de lectura:

La regenta porque descubrí a Leopoldo Alas, Clarín y su maravillosa concreción en sus frases cortas.

Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite porque por su aparente sencillez deseé escribir como ella.

Años luz de James Salter, por el poder evocador de sus palabras y la capacidad para recrear atmósferas.

¿Y tú, a quién eliges?

FELIZ DÍA DEL LIBRO

domingo, 18 de abril de 2021

560. Estar o no estar

Imagínate: ser un árbol.
Una insignificante nada de verde al viento,
mancha en un camino con márgenes precisos.

Mis raíces, que sueñan con gusanos,
Las avispas que me sobrevuelan fugaces,
El tiempo pasa volando.

En fin – ser un árbol.
Estoy en pie, observo y presumo.
Ya no guardo sombra.
Un vino agrio.
 

Adaptación de la Égloga que podéis encontrar aquí.