
viernes, 20 de febrero de 2009
sábado, 14 de febrero de 2009
jueves, 5 de febrero de 2009
63. Yo vengo del agua

A sólo sabe trabajar, correr y nadar. Sólo recuerda la primera letra de su nombre, un dolor muy, muy fuerte, sangre y, agua, mucha agua.
Ahora estoy aprendiendo cosas -dice A- cuido a Ingrid, una anciana bondadosa. Me ha enseñado los números y ha puesto una letra al lado de cada uno.
Dice que me llamo 1 7 23 5 4 1. Ella tiene el suyo tatuado en el antebrazo, pero yo lo he escrito en mi pie; me gusta más.
Ahora peino a Ingrid mientras lee un libro que se llama como un mes; el mismo en que yo llegué al sur de España. Le gustan mucho los almanaques; mira uno y dice que hoy es mi santo, yo no sé lo que es eso, pero ella ha cogido mi mano muy fuerte y me ha dicho.
-Águeda, Águeda “si el mundo se convierte en mar o te vuelves pez o te ahogas”.
-Hace tres meses que Ingrid se murió. Ahora no tengo trabajo; pero mientras encuentro otro, nado todos los días en el río y, por las noches, sigo aprendiendo a leer en el libro de Ingrid: Octubre, octubre. Hay cosas que no entiendo, pero en él están todas las frases que ella me repetía.
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