Haru no es un libro al uso. Haru es un
libro para los sentidos y para el corazón.
Primero el tacto, su autora Flavia
Company puso especial cuidado en su construcción. Tarea difícil hoy
día debido al proceso de industrialización del libro. Pero si has
oído hablar a Flavia alguna vez, comprendes que con su poder de
convicción (cree a pie juntillas lo que dice), no sería nada
problemático complacerla.
Vuelvo al libro: su tacto rugoso, su
olor, la fácil apertura de sus páginas te dicen que es un libro vivido, aún sin haberlo leído.
Y entiendes el porqué de ese cariño
que puso su autora al hablarnos de él en su presentación en
Sevilla.
¿Cómo vive cada libro la persona que
escribe? Supongo que de diferente forma. Lo que me sorprendió es que
después de 35 años escribiendo dijera que con Haru había llegado a
“tocar la literatura”. Claro está, yo no lo había leído
todavía, quería antes de leerlo, que me hablara de él. Siempre me
ha gustado saber qué opina su autor de su criatura.
No voy a decir de qué va porque hay
mucha información con solo teclear su nombre.
Yo solo os digo que lo empecé el
viernes pasado por la tarde cuando llegué a mi pueblo: leí de ocho
a diez. Sábado: de cuatro a nueve, y domingo: de cuatro a ocho.
Total: once horas tranquilas, tomando
notas, saboreando sus frases que yo llamo frases-caramelo.
Encierran
tanta sabiduría que hay que chuparlas, extraerles todo el jugo, para
que cuando la vida nos brinde un olor como un dolor, porque Haru
también se huele y se duele, se identifiquen como en una sinestesia.
Haru es paz en las vicisitudes.
Haru es armonía en el desacuerdo.
Haru es vida, la de Haru y la tuya.
Haru te da las claves de cómo
afrontarla para disfrutarla haciendo disfrutar.
Pues eso, que lo disfrutéis como yo lo
he hecho.
Gracias, Flavia, por tu libro y por ser
como eres.