domingo, 28 de junio de 2009

domingo, 21 de junio de 2009

81. Libres parpadeos

¿Sabes cómo ocurrió?

Con un movimiento incontrolado de mi párpado derecho. Leía, sentada en mi butaca, cuando lo noté. Me levanté y me miré en el espejo del cuarto de baño.

Era curioso ver cómo tu párpado, sin que tú hicieras nada, parpadeaba a su aire como si hubiera decidido separarse de ti, cansado de proteger tu ojo cada vez más rojo. Con las pestañas danzando a modo de abanico me dijo: ahí te quedas y, ante mi asombro, se fue volando. Fue un contagio tan veloz como su marcha.

Si tus ojos desnudos te permiten echar una ojeada al cielo, puedes contemplar millones de párpados en desbandada. No quisieron seguir protegiendo nuestros ojos de tanta injusticia y maldad.

Y ahora, ¿qué?

lunes, 15 de junio de 2009

80. La soledad de los parques

Los parques, solitarios por el calor ambiental, alfombran sus caminos para que paseemos.

Las flores, abiertas al sol, nos dicen: no dejéis de mirarnos o moriremos.

miércoles, 10 de junio de 2009

79. Narciso

"Metamorfosis de Narciso", de Dalí

El viaje se hacía interminable, tenía que llegar a su destino a la hora prevista. Comenzó a nevar; era de noche, pero había luna llena y podía divisar a un lado y a otro las montañas cubiertas de nieve. El parabrisas giraba una y otra vez. Todo su cuerpo estaba en tensión agarrado al volante.

Creía que no iba a llegar nunca, pero allí estaba. Serían las seis de la mañana cuando se sentó exhausto en un sillón de piel negra. Enfrente del sillón unas cortinas de color naranja se abrían y cerraban cada quince minutos.
Al abrirse, dejaban al descubierto otra sala con un féretro cerrado. La tapa era de cristal. Narciso se acercó para ver su rostro, ¡era él mismo!

Aturdido se echó hacia atrás chocando con alguien que le dijo.
-Narci, ya es la hora. Tío te has quedado dormido y no quería despertarte, me daba cosa; oye, ¿seguro que quieres hacer esto? Tienes mala cara.
Una puerta a su espalda se abrió y se vio rodeado de una multitud en una iglesia.

Su novia lo esperaba al fondo.

viernes, 5 de junio de 2009

78. De A para X

Una historia en cartas y el libro que leo: palabras exquisitas de un mundo real.


Son esas palabras que al leerlas te dicen tanto que te dejan sin respiración, como suspendida y mirando por encima del libro sin ver nada, sólo para que su efecto no desaparezca.

Son esas palabras que retratan lo cotidiano, pero que, escritas de la mano de un observador que las fija, éstas vuelan del papel para atravesar tu pupila y llegar directamente al cerebro.


"Éste es un libro de una ira controlada, esculpido con el cincel de la ternura y una aguda visión política. Berger escribe con profundidad y precisión acerca de la libertad, la esperanza, el poder y el amor, y el terrible anhelo que nos invade cuando nos arrebatan al ser amado".

Arundhati Roy