domingo, 31 de mayo de 2020

535. Atmósferas


Durante toda la mañana había caído sobre la ciudad una lluvia torrencial. ¡Ojalá se lleve los virus malignos, pensaste! Y por la tarde en la salida permitida tomaste esta foto.
Como si hubieran pasado varios inviernos te reconoces viendo las cosas de otra manera. El río es más ancho, te bajas la mascarilla y lo respiras. El aire es limpio y lo notas.
Has estado tan triste por todo lo que pasaba a tu alrededor que, cuando pudiste atravesar tu ciudad te sorprendiste porque esta imagen, tantas veces contemplada, la veías de nuevo, como si estuvieras viajando y descubrieras un río con tanta historia y tan bello en sus orillas por vez primera.

14 comentarios:

ÍndigoHorizonte dijo...

El río, nuevo, que sorprende con su vieja belleza plena. A disfrutar de su luz y aparcar la pena.

Abrazo enorme y a cuidarse.

Isabel dijo...

Pues sí, Índigo, dicen que las ciudades que las atraviesa un río son muy bellas, yo lo afirmo por las que he visto. Lisboa, la que más me impresionó por mágica.
Me alegro de que al verbo cuidar lo hayamos desempolvado. Es tan importante como la vida porque la preserva.
Te deseo lo mejor y a seguir caminando.
Gran abrazo.

Sentir con Flores de Bach dijo...

El ver de nuevo paisajes cotidianos a los que les damos el valor de una primera vez resulta reconfortante después de días de no poderlo hacer.

Un abrazo Isabel

Francesc Cornadó dijo...

No puedo contemplar como fluyen las aguas y el río permanece. Mi ciudad no es atravesada por ningún río, no tengo esta fortuna urbana. Siempre me han parecido muy bellas esas ciudades con ríos y puentes donde los corazones románticos contemplan la avenida fluvial mientras cierran los candados que coloncan en las barandillas y lanzan las llaves al agua.
Saludos
Francesc Cornadó

Tracy dijo...

Ojalá la tormenta de esta tarde se lleve los virus p'alante y nos deje en paz.
Besos

Teresa dijo...

Se ve precioso. Besos.

emege-e dijo...

Despúes de permanecer encerrada en mi "arca de Noé" también me pasó lo mismo. Todo era nuevo, un sinfín de sentimientos, emociones e ilusiones nuevas se enredaron en mi mente y todo cobraba un nuevo valor. Me emocioné, estaba viva y tenía que disfrutar. Mi ciudad, Sevilla, aún existía aunque entre mis cuatro paredes creía que todo había desaparecido: calles silenciosas, sin tráfico, ni gente ni siquiera niños gritando. Una dura experiencia de la que tenemos que sacar buenas conclusiones para el bien de la humanidad.
Un fuerte abrazo. Ave Peregrina

Isabel dijo...

Gracias, Pilar, sí que reconforta. Gran abrazo.

Isabel dijo...

Francesc, pensaba que era Barcelona tu ciudad, de todas formas esa tierra es bella y es la segunda mía porque viví en ella años y la amo.
Salud, mucha salud.

Isabel dijo...

Ojalá, Tracy, aunque aún debemos ser cuidadosos que los virus tienen muy mala leche, jeje...
Abrazos.

Isabel dijo...

Teresa, gracias y besos.

Isabel dijo...

Pues sí, emege, ese sentimiento de vacío, sobre todo, en los pequeños negocios era triste. Espero y deseo que se pueda remontar esta insidiosa pandemia.
Gran abrazo.

Noite de luNa dijo...

Para mi gusto la vida tiene, un color y un sabor diferente.

Un a brazo

Isabel dijo...

las zapatillas, apreciar todo eso es estupendo.
Abrazos.