jueves, 26 de marzo de 2020

530. Mandos


Estos días estamos inundados por todos los medios de cómo limpiar esto o aquello, pero no he oído ni visto dar instrucciones sobre los varios “mandos” que hay en las casas: tele, etc. Y mira que tienen botoncitos que, en circunstancias normales, ni nos fijamos en la suciedad que encierran al pasar por todas las manos.

Hablando de mandos, digo esto de paso, porque “zapeando” escuché una opinión referente a las actrices que al casarse no ejercieron más su profesión: “Era una actriz estupenda, pero se casó y el marido la retiro”.
Esto no es nuevo, hace no tanto era común y no sólo en las actrices que, según opinaban sus maridos, estaban más expuestas. Celos y, sobre todo, sentido de la propiedad sobre la mujer que muchos confundían con protección y más cosas que encierra la frase, “el marido la retiró”. No hacía falta que la amarrase a la pata de la cama, la retiró, la quitó de en medio como una silla o cualquier otro objeto manejable (por ejemplo, el mando de la tele).

Queda bastante, sí. Por eso en estos días, en los que sólo se vaticinan los divorcios, no dejo de pensar en la "negra estadística". ¿Cuántas más habrá cuando acabe este "encierro"?

¿Para qué tanto dinero gastado en armamentos? 

sábado, 21 de marzo de 2020

529. ¿Primavera?


Divagaciones

Por fin he comprendido
Que todo es pasajero
Lanzo a volar mis yoes
Y aguardo
Vigilante
El porvenir
Sin misterio la vida
Sería irrespirable.

Claribel Alegría



martes, 17 de marzo de 2020

528. Un domingo de cine


En estos días de encierro impuesto estoy haciendo lo que más me gusta:
Ver cine, leer libros que requieren algo más de atención, leer cosas de teatro, escribir y, como no, perder el tiempo como decía mi madre: mirando las musarañas.


Por el tema que trata PETRA podía haber sido una tragedia griega o una película dramática y sentimentaloide.

Sin embargo, su director, Jaime Rosales, como viene haciendo desde el principio de su carrera, hace un tratamiento del tema y la forma que la convierte en todo un arte. Con sólo unas pinceladas esboza lo que va ocurriendo dejando huecos al espectador para que complete la historia, en su versión de la misma. Una película que se alarga porque te deja pensando como un buen libro.

LOS AÑOS MÁS BELLOS DE NUESTRA VIDA
Llego tarde al sofá y me pongo a verla nada más empezar. Lo primero que veo es un rostro envejecido, el de Jean Louis Trintignant mucho más que en la peli “Amor”, ya viudo (recordemos que en “Amor” trata también de la eutanasia, por amor precisamente) y en una residencia de ancianos.


Las residencias son como cárceles, sólo se piensa en huir” dice a la protagonista, su amor de juventud, Anouk Aimée.  Claude Lelouch los dirigió en “Un hombre y una mujer” y las imágenes de los mismos protagonistas, jóvenes, amándose y envueltos por la melodía que se hizo famosa, se intercalan en blanco y negro en “Los años más bellos de nuestra vida”. 
Esta cinta mide el tiempo y lo agranda. 
A la vez que vemos la belleza física perdida, muestra la grandeza del recuerdo y la memoria que lo magnifica todo. De ahí el título de la cinta actual, en la que, quien hacía de hijo pequeño en la anterior y ahora mayor, busca a ese amor perdido de su padre para que lo visite, con objeto de que recupere o no pierda más memoria, porque es lo único que recuerda. Un mismo director para estas dos historias a cual más bella. 

EL AMOR MENOS PENSADO
No es una gran película, como alguien pudo ver la noche del domingo en Versión española. Cuando esto sucede, Cayetana se rodea de personas que hacen sustancioso el coloquio posterior como Juan José Millás y Gemma Nierga en este caso, que, dicho sea de paso, presentaron sus libros.

Es una historia más que responde al esquema: Amor, desamor, libertad, desencanto y reencuentro. Como siempre que se tocan estos temas, nos vemos interrogados, y de nuevo buscamos respuestas, incluso, en nosotros mismos.
El matrimonio está siempre al borde del abismo” comenta Millás en su tono pesimista, pero no exento de realidad. Más que comedia me pareció un drama con toques de humor irónico que sus protagonistas, Ricardo Darín y Mercedes Morán, estupendos como siempre, bordan, como también la actuación de los secundarios.

domingo, 8 de marzo de 2020

527. Un hombre entrañable


Sí, porque también los hubo, los hay y los habrá. Y yo quiero traer hoy a uno en el día de la mujer, José Luis Cuerda, uno de los más grandes directores que ha dado el cine español.
Y no por llevar la contraria, sino porque si contamos cada vez más con hombres que se sumen a nuestras reivindicaciones haremos más fuerza.
Y porque no hay que perder el sentido del humor. Ahí van algunas frases que le dedica a su nieta en sus, “Memorias fritas” que me parecen geniales:

Venimos a este mundo como venimos. Hechos una pena. Y sin conocimiento. Nadie nos pregunta si nos apetece. Si nos conviene. Si es el momento oportuno. O el lugar. O la compañía. Hay familias en las que no interesa nacer bajo ningún punto de vista. Y vidas que no vale la pena vivir porque, pena tras pena, son un martirio.
¿Hubiera preferido yo una Manuela que naciera con el análisis hecho y la conclusión tomada de que venía a un cenagoso valle de lágrimas? Para nada.
Le advertí que ese comportamiento suyo era inadecuado, que no sabía lo que le esperaba, que este mundo estaba sembrado de trampas. Siguió sonriendo. A los pocos meses gateaba a gran velocidad.
Me llevé una alegría: «Sabe huir», deduje. Menos mal. Gran consuelo. Cuando, semanas después aprendió a negar, con enérgico zarandeo de cabeza, casi todas las propuestas que se le hacían, dije: «Ya está. Ya sabe lo fundamental». Decir que no.

Manuela, va por ti. Que este que será tu pasado te produzca, visto a distancia, tantas risas como cabreos nos mete en el cuerpo a los que hoy lo padecemos.