“La caza” es
una película de Thomas Vinterberg, el director danés cofundador de
Dogma. Ha querido con esta cinta regresar al principio de su carrera,
él lo llama la visión pura, yo lo llamo “frescura” porque es lo
que se nota nada más comenzar a verla. Hay una naturalidad en ella
que al principio agradeces si te has informado previamente del tema
que trata. Yo no lo hice y eso que me gusta, pero esta vez fui a ciegas y resultó mejor. Por eso no quiero dar más detalles, para eso están
los críticos de festivales o la prensa, hay que ir con cuidado porque, a veces, te la destripan a las
primeras de cambio.
Lo que yo resalto es que se trata de un tema
candente tratado desde otro punto de vista muy interesante, porque
permite estudiar varios aspectos de las personas: lo cerca que se
está del amor al odio; de la razón al sinsentido.
Su director dice
también que es “Una historia
susceptible de muchas interpretaciones, algo que espera que el
espectador detecte al ver el filme”. Y eso es precisamente
lo que me gusta porque permite el coloquio. Continuar más allá del
FIN con la historia, mejor dicho, con las buenas historias.