domingo, 29 de diciembre de 2019

520. Noche naranja


En la noche más larga de este año que termina, el 21 de diciembre (solsticio de invierno), tuvo lugar un evento en el Espacio Santa Clara de Sevilla al que asistimos y resumo en este último post del año.


Al entrar vemos la instalación Injertos, en la que su autora explica detalladamente la situación actual de los cítricos de la ciudad de Sevilla. Así como los injertos que se pueden hacer de otras especies con los naranjos amargos y su resultado, todo muy visual y bien documentado.


Y al pasar al jardín bordeado de naranjos en su zona principal donde se encuentra la torre de Don Fadrique, conocida como "la torre encantada". La noche iluminada nos deslumbra con olores y sonidos en las distintas instalaciones que rodean el jardín:

naranjas que cuelgan,
naranjas que iluminan,
naranjas que se abrazan,

naranjas que portan niños y mayores y que depositan para formar la palabra Tacet (del latín tacet, "él calla", "él queda en silencio"). Silencio que interrumpe el concierto de campanas de todos los tamaños que pueblan el espacio.


Con que nos deleita Llorenç Barber, músico, compositor, teórico, musicólogo y artista sonoro español.


Y como las luces que trepan por los árboles, nos envuelven los sonidos ancestrales y los olores en una noche para el recuerdo, mágica e irrepetible.


OS DESEO UN BUEN AÑO Y QUE SE CUMPLAN VUESTROS SUEÑOS

Más información:
https://www.abfab.fun/2019/12/noche-naranja.html

sábado, 21 de diciembre de 2019

519. Las cosas difíciles


“La gente se figura que algunas cosas son el colmo de la dificultad, y por eso aplauden a los trapecistas, o a mí. Yo no sé qué se imaginan, que uno se está haciendo pedazos para tocar bien, o que el trapecista se rompe los tendones cada vez que da un salto. En realidad las cosas verdaderamente difíciles son otras tan distintas...” El perseguidor” de Julio Cortázar sobre la vida de Charlie Parker

Como la salud, que nos toque la lotería o simplemente que sepamos, sin buscar tréboles de cuatro hojas, ser felices con las pequeñas cosas de nuestras vidas.

Amplia la foto para ver mejor mis deseos.

domingo, 24 de noviembre de 2019

518. Como la vida misma


El teatro no puede morir. Forma parte de la vida misma; todos somos sus Actores.
Y aunque fueran abolidos y abandonados los teatros, el teatro seguiría en la vida, insuprimible. Y siempre sería espectáculo la misma naturaleza de las cosas. Hablar de muerte del teatro en un tiempo como el nuestro, tan lleno de contrastes y, por tanto, tan rico de materia dramática, entre tanto fermento de pasiones y sucederse de casos que conmueven la vida entera de los pueblos, choque de acontecimientos e inestabilidad de situaciones y la necesidad, cada vez más perceptible, de afirmar, al final, alguna certidumbre nueva en medio de un tan angustioso ondear de dudas, es verdaderamente un contrasentido.
Luigi Pirandelo, cita de “La función por hacer”, adaptación libre de Miguel del Arco y Aitor Tejada, basada en la obra “Seis personajes en busca de autor” de Luigi Pirandelo.

Creo que cuando mejor estoy es cuando escucho. Lo que más me gusta de interpretar es escuchar. No solo en el teatro, también en el cine o las series de televisión. Soy escuchadora por naturaleza. ¿Quién construye tu personaje, sino el otro?
Blanca Portillo

El teatro es un arte colectivo y solo funciona bien cuando el grupo lo hace. Un protagonista no existe sin la mirada del resto de los personajes. Es muy difícil que un protagonista esté bien si alrededor no hay una serie de gente que esté a la altura y sepa transmitir al público la envergadura de ese personaje. Cuando un grupo funciona bien es cuando el espectador se olvida de que está viendo teatro. Las quiebras aparecen cuando uno empieza a ver que se lo sabe todo, que no hay riesgo, ni grietas, ni vértigo. Nunca nos relajamos, no nos lo permitimos. El día que empiece a pasar nos disolveremos.
Miguel del Arco

domingo, 17 de noviembre de 2019

517. Mujeres cineastas


Se acabó el Festival Europeo de Cine de Sevilla y me apetece hacer un recuento de parte de lo visto. Dentro de la amplia oferta de cine hecho por mujeres y de las retrospectivas de las directoras: Joanna Hogg y Lene Berg, asistimos a sus últimas películas, dos miradas diferentes, dos maneras de hacer cine.                                                                                                                                                       

De la primera vi hace años ‘Archipelago’ y me sorprendió la estética, la naturalidad, los colores y el tema de la película y la última ‘The souvenir’ (El recuerdo) sigue en esa linea, pero aquí utiliza el cine dentro del cine en un bello ejercicio intimista de autoficción. Cuenta su experiencia como cineasta con 19 años, práctica que lleva a cabo mientras estudia en la escuela de Cine. Durante ese tiempo, años ochenta, transcurre también la relación tormentosa que tuvo con su pareja. Asistimos primero al coloquio y luego a un encuentro con la directora. A las preguntas, Joanna nos contó que no suele hacer ensayos con sus actores; los prepara, les plantea la escena, pero deja libertad a la hora de filmar. De hecho en sus guiones apenas hay diálogos para no encorsetarlos. Prefiere ver qué sucede en el set improvisando. Contestó que tuvo muy presente, por ser una historia personal, controlar el sentimentalismo y comentó que no quiere ver de nuevo la película para no mover el recuerdo. En la foto con sus actrices, Tilda Swinton y su hija en la vida real, Honor Swinton Byrne.

Otra forma de hacer cine es la de Lene Berg. Esta vez fuimos primero al encuentro en la librería Caótica y luego a su última película, False belief (Falsa creencia). En ella narra la experiencia negativa y kafkiana que tuvo su pareja, un editor afroamericano, por parte de su propio vecindario de Harlem con acusaciones falsas y racistas. Está contada por su principal protagonista y objeto de la persecución, con diálogos con Lene Berg y por medio de “collage” para explicar las personas que intervinieron en el juicio. Esta especie de documental viene a demostrar y denunciar el racismo y los prejuicios, instalados en las personas, además de los intereses económicos de la gentrificación que se ha instalado en las ciudades, también las nuestras, y la sociedad de “vigilancia” que nos anula.

Women Make Film, son cinco secciones y muchas lecciones de cine hecho por mujeres. Directoras en su mayoría ocultas que el director irlandés, Mark Cousins, en 14 horas de metraje y mediante trozos de películas de diferentes directoras va explicando la técnica usada en ellas. Es un viaje impresionante e instructivo, más de mil secuencias de películas rodadas a lo largo de 13 décadas.
Por problemas de horarios sólo pudimos asistir a la primera sección de unas tres horas de duración. 

Y para terminar, otro encuentro en la librería Casa Tomada con la realizadora Mamen Diaz y las actrices de la película ‘Violeta no coge el ascensor’. Fue una gozada escuchar el proceso que fue para ellas lanzarse de cabeza a hacer una peli, en Agosto y en Madrid, y experimentar disfrutando de la creación que va unida al trabajo y el esfuerzo económico que supone hacer cine con escasos medios. La foto es de la posterior presentación en la sala, mi móvil es malillo.
¿De qué va? Pues de ellas mismas, de su cotidianidad, de sus inseguridades para enfrentarse a un mundo con todo lo que se les ofrece tanto de positivo como negativo. Porque tampoco lo tienen fácil, aunque se hayan criado con más holgura que generaciones anteriores. Es una adaptación y una especie de homenaje a un film, Hannah Takes the Stairs de Joe Swanberg, (máximo exponente del cine mumblercore). El Mumblecore apuesta por la naturalidad y el realismo más absoluto, utilizan a veces actores amateurs. El guión no suele ser nada artificioso, ni contar con efectos especiales: cuanto más se parezca a la vida real mejor.
Muchos cineastas de este movimiento tienen sus primeros referentes en la Nouvelle Vague de los años 60, con Eric Rohmer y John Cassavettes, considerado el padre del cine indie, y artífice de títulos como 'Una mujer bajo la influencia' ('A Woman Under The Influence', 1974) con una Gena Rowlands, pareja de Cassavettes, maravillosa, junto a Peter Falk.

domingo, 10 de noviembre de 2019

516. "De repente, el paraíso"


Primera película a la que asistimos en el Festival de Cine de Sevilla con una incidencia nunca vista: overbooking por haber vendido entradas, también al publico, en la sección de acreditados. Subsanada la cuestión, nos cambiaron a otra sala más grande y disfrutamos de la cinta.
It Must Be heaven, De repente, el paraíso, rodada en Nazaret, París y Nueva York, se llevó el premio de los críticos de la FIPRESCI y la Mención Especial del Jurado en el Festival de Cannes 2019 y fue seleccionada para representar a Palestina en los Premios Óscar de 2020.
Elia Suleiman, guionista, director y protagonista de esta película, desde la primera escena nos prepara y confunde para arrancarnos la sonrisa, a la vez que con su ironía nos irá mostrando, siempre en clave de humor, lo absurdo y temerario del mundo en que vivimos. Ese absurdo lo refleja en su entorno más cercano con las escenas que va mostrando de su Nazaret natal, pasando por París y Nueva York para buscar la financiación de su película. En su muda observación y desde su extrañeza pone de manifiesto lo más relevante y negativo para criticarlo. Una mirada sutil y aguda que dice mucho con muy poco para mostrar lo que le interesa.
Es también una narración personal y semi autobiográfica, con imágenes y canciones hermosas. Suleiman, heredero del cine mudo no habla, sólo contesta “soy palestino” a un taxista en Nueva York.

Lo que sabemos o lo que creemos afecta a cómo vemos las cosas” dice el escritor británico John Berger, cuya obra Modos de ver le abrió literalmente al mundo a Suleiman. Berger, al que le unía una larga amistad, tuvo una profunda influencia en el inicio de su recorrido profesional y le dedica el film en los títulos de créditos.

domingo, 3 de noviembre de 2019

515. De silencios


Existen dos tipos de silencio. Uno que se produce cuando no se pronuncia ni una sola palabra. El otro se hace notable cuando se está hablando demasiado. Esta abundancia verbal trasluce un lenguaje que fluye por debajo. 
El discurso que oímos incesantemente es un aviso del que no está siendo pronunciado. Este segundo silencio oculto es una elusión permanente, una falsa astucia, una fingida cortina de humo que oculta la verdad de quien habla tanto. 
Cuando el verdadero silencio se produce, nos sobra hasta el eco, pero a la par quedamos completamente desnudos. Una manera de analizar ese discurso verborreico, es preguntándonos, si no será una estrategia del orador incansable, para evitar quedarse desnudo ante los otros.

Harold Pinter

El lenguaje político, tal como lo usan los políticos, no se adentra en ninguno de estos territorios dado que la mayoría de los políticos, según las evidencias de que disponemos, no están interesados en la verdad sino en el poder y en conservar ese poder.

Para conservar ese poder es necesario mantener al pueblo en la ignorancia, que las gentes vivan sin conocer la verdad, incluso la verdad sobre sus propias vidas. Lo que nos rodea es un enorme entramado de mentiras, de las cuales nos alimentamos.

Harold Pinter. 

domingo, 13 de octubre de 2019

514. Madres


De mis lecturas de este verano, he escogido estos cuatro libros porque sus protagonistas cuentan sus historias a partir de la relación con su madre. Me resultó curioso que en los tres escritos por mujeres hay algo en común: esos roces entre madres e hijas, que pueden llegar a cierta ferocidad como resalta uno de los títulos.
El más suave es el de Soledad Puértolas, “Con mi madre”. Ese “con” es un no querer separarse del todo después de su muerte. En el duelo que conlleva la recuerda y va desgranando desde su niñez momentos vividos que van y vienen de su madre a ella y viceversa. Y esas reflexiones en las que expresa tan bien lo que sentimos cuando se van.

No recuerdo bien lo que me dijo por teléfono, pero me dolió y le contesté “eres de piedra”.
Saber lo que hay en la ausencia. Vivir sabiendo que nunca conoceré del todo a mi madre y que sus motivaciones más profundas le pertenecen exclusivamente a ella.

Jenn Díaz entra de lleno con su título, “Madre e hija”, en las relaciones entre ellas y esos pasadizos oscuros que hay en las familias. Con una prosa sencilla y cuidada se pregunta y afirma: ¿Por qué una madre tendría que esperar algo de una hija? La decepción no te deja ver nada, es un sentimiento de tracción, se te mete en las venas y te pasa por todo el cuerpo; es como una infección que te deja sin fuerzas.


El título que más intriga: “Apegos feroces” son las memorias de Vivian Gornick. Caminar por las calles de Manhattan con su madre conduce directamente a los reproches entre ambas. Vivian, desde su niñez, describe su entorno más próximo, las vecinas de su madre:

Astutas, irascibles, iletradas o tan feroces como mi madre. Nunca hablaban como si supiesen. La charla no dejaba títere con cabeza. No había dulzura en ninguna parte. En la cocina había volumen e intensidad. Se podía vivir.
Y afirma: Nunca aprendí a cocinar, ni a limpiar, ni a planchar.
De la relación con su madre: Nuestras broncas hacían saltar la pintura de las paredes, resquebrajarse el linóleo del suelo y temblar los cristales de las ventanas. Llegábamos casi a las manos y más de una vez nos acercábamos a la catástrofe.
Para concluir: Ya no andamos a la gresca. Hay como una constante en esos paseos: Conflicto – paseos – solución.

A nada de esto hace mención Javier Pérez Andújar en sus “Paseos con mi madre”. No hay un sólo momento de acritud en la relación con su madre. Aunque también es una memoria personal, Javier utiliza esos paseos hablar principalmente de la ciudad y la periferia de Barcelona. Su mirada se expande como un cronista de lo exterior. Relata con exactitud y al detalle la vida de personas como sus padres y abuela que tuvieron que emigrar. Las conquistas y las decepciones, porque quien no encuentra su lugar en el mundo nunca podrá sentirse ni siquiera bien. Y lo cuenta con ironía, con denuncia, pero sobre todo con lirismo. Hace esa realidad algo más llevadera para que al leerla no duela tanto.
Mientras los trenes arrastraban hacia la lejanía de Barcelona su luz y su ruido, esperaba yo con mi abuela, siempre callada como si se hubiera dejado las palabras en Granada. Sentada siempre en la silla verde de anea. Aguardaba deseando que volvieran mis padres del taller, de la fábrica, de la sastrería...

jueves, 3 de octubre de 2019

513. Colores

Otoño en la sierra Norte de Sevilla.

Y como de todo hay, esta imagen que me dejó sin palabras, pero sí con una sonrisa.

domingo, 15 de septiembre de 2019

512. Prohibido prohibir



El chaval, más bien raquítico, esperaba su turno en la ferretería para comprar una alcayata. Desde el suelo no divisaba bien el cartel plastificado y doblado por una esquina. 
¿Prohibido tomar, amar, llamar...? Esto último le pareció una burla.

El dependiente, que asustaba por su mirar desconfiado con la cabeza gacha y los ojos hacia arriba, tuvo que ir a buscar algo en el almacén para un cliente. Curioso y aventurero, el chaval, como si de una montaña de puertas se tratara y sin escuchar las advertencias de la gente que había, escaló sus aldabas para descifrar lo que ponía. 

Al llegar arriba el cigarrillo encendido que llevaba en la boca se le cayó sobre la camisa y ésta comenzó a arder. Se soltó asustado, pero le dio tiempo leer lo que ponía: “Prohibido fumar”.

lunes, 2 de septiembre de 2019

511. Historias


Contar historias es algo que nos caracteriza, oral o por escrito desde, yo diría que siempre. Hoy día hasta los políticos se adueñan del relato, que no puede ser tal, cuando a través de él nos mienten descaradamente.

Hay un tema que me llamó la atención hace años: la narración transmedia; para resumir, no es más que una estrategia narrativa que cuenta una historia que comienza en un libro, sigue en un videojuego, luego pasa a un cómic, una serie de televisión, etc.

Esta narración se extiende a través de distintas plataformas, un ejemplo de ellas serían las Apps, aplicaciones para el móvil que cada día están más presentes, como la saga de Harry Potter creada por la autora J.K. Rowling, donde el usuario puede entrar dentro de este mundo y vivir su propia experiencia dentro de Hogwarts. Para no ir más lejos La guerra de las galaxias, la saga más taquillera de la historia también se cuestiona por algunos como narración transmedia. A saber qué hará la multinacional Disney que compró al cineasta George Lucas su productora de cine y televisión Lucasfilm en 2012.

Pero lo que yo venía a contar, a propósito de las historias, es algo que me ha sorprendido. Al tirar una botella de vino tinto ayer, me doy cuenta de que el tapón está escrito y alrededor de él se cuenta algo: 
"A través de la radio, la luz y la canción, el abuelo recuerda su tierra y pide a sus nietos que vuelvan a ella y allí sigan haciendo vino". 
Es una historia más de la que vemos en el formato anuncio y que tanto prolifera, pero me hizo gracia en el tapón de la botella a modo de mensaje y que, cómo no, conservé. Así que para muestra, el tapón.


Para más información: https://es.wikipedia.org/wiki/Narrativa_transmedia

domingo, 18 de agosto de 2019

510. Porque un cielo...




...en un infierno cabe.



domingo, 11 de agosto de 2019

509. La roja


Sí, roja como la mesa es este verano la pala matamosca que su padre le ha comprado. Ni que decir tiene que el niño no deja insecto con cabeza.
Este que ve, parece un moscardón y hace que su carita muestre un instinto de agresividad en aumento. Mientras su padre ufano lo anima; su madre, a la que no le hace gracia que a ella también le propine algún paletazo, “de broma”, como se justifica siempre el niño.
En un abrir y cerrar de ojos, lo agarra por los tirantes de niño-hombre, le quita la pala, lo vuelve hacia ella y le dice con “todo el cariño”:



-¡Déjalo, que está aprendiendo!

viernes, 2 de agosto de 2019

508. Hablé con ella

¡Cómo me sigas contestando así te vas a ir a vivir debajo de un puente!
Y eso mismo le pasó a la vendedora de sombreros de paja, pero como me contó ­-sólo para simplificar, dijo- no la echó su madre.


Se enamoró perdidamente del hombre equivocado, un aventurero que la conquistó con su labia y para que se durmiera la envolvía en sábanas de leyendas lejanas.

Hasta que el mismo puente, además de cobijarlos, fue conociendo a cada uno. Tanto sentimentalismo para despertar compasión en ella le chocaba
Adelantándose a su vejez, el puente se desprendió de su piel.  Sucedió una noche que a él, bañado en alcohol, no le salían las palabras.

Ahora, cada vez que alguien pasa por debajo puede ver el perfil de ella dándole la espalda y el de él desdibujado.

Y ahora, también, comprendo la felicidad del rostro de la vendedora cada mañana al vender su mercancía a quien pasa.
Por cierto, me compré el sombrero.

miércoles, 31 de julio de 2019

507. La vendedora de sombreros de paja


Siempre está ahí, montando su tenderete de lona cuando paso por su lado cada día de camino a la biblioteca. En fechas vacacionales los productos aumentan: mantones, delantares, abanicos, etc. 
A primeras horas de la mañana ya se nota que el termómetro subirá en este sur extremo. Hasta una hormiga, tan diligente y atareada siempre, arrastra hoy con lentitud su pesada carga a través de las hendiduras de las baldosas exagonales. No obstante el río de gentes no para, es un ir y venir de turistas que parecen no temer la temperatura creciente; ni siquiera dejan las mujeres en las maletas sus vestidos de gasa de doble falda y mangas hasta el codo, uf, hasta comentarlo da calor. 
Un nuevo tenderete con paneles cubiertos de pendientes colgados y cegados por el sol desprenden su brillo. Titilan como estrellas en la noche y eso me recuerda que no he visitado todavía la exposición “Con A de Astrónomas” en la Casa de la Ciencia. Me acerco en un hueco del trabajo y me gusta lo que veo:

"Con A de astrónomas" repasa diversos temas de esta ciencia, como el Sol, el Sistema Solar, la formación y evolución estelar, las galaxias, la cosmología y la instrumentación astronómica, y, además, recoge la presencia de astrónomas en la cultura (literatura, cine, etc.) y la relación entre su trabajo y los momentos más importantes en la historia de la lucha por la igualdad de género.

Mientras hago fotos no dejo de pensar en la vendedora de sombreros resistiendo los contrastes de temperatura invierno-verano a la intemperie, y no es joven. Me gustaría fotografiarla también, pero está siempre tan atareada que me sabe mal interrumpirla. Me hago preguntas sobre su vida y, por qué no, mañana pienso comprarle un sombrero aunque no los uso por si me quiere contar algo.

lunes, 15 de julio de 2019

506. Brujas del tren diabólico

Desde la primavera hasta final de verano todos los pueblos se engalanan todavía para recibir su feria. A mí me encantaba montarme en el tren diabólico en brazos de mi padre y que él intentara quitarle la escoba a las brujas, pero desde que me llevaron a vivir a la ciudad y vi su tremenda calle del infierno, las temí. Era bien pequeña cuando allí conocí dos brujas de verdad o así las creía yo.
Una era nuestra vecina. Una mujer mayor vestida de negro con faldas largas y la nariz como si se la hubieran afilado con un cuchillo poco a poco. Era lo que asomaba primero por la rendija de su puerta cuando escuchaba abrir la nuestra. A veces, simulaba que barría el rellano porque sabía la hora en que yo salía para ir al colegio, y al verla corría escalera abajo sin esperar el ascensor. Creía que si me quedaba a saludarla como me decía mi madre, me subiría a la escoba y seguro que, por su forma de mirarme, me tiraría de lo más alto de la azotea.
La otra era mi profesora. Era mayor, pelo blanco bien peinado a ondas, bien arreglada y muy estirada ella, sobre todo, al hablarnos. Con dos manías que yo conociera: una a la vista, en vez de echarse en la cara una crema hidratante y normalita, se ponía aceite y cuando te besaba… uf, no quiero ni recordarlo. En mi primer día de cole me estampó un beso en la cara y me sentó de golpe en la primera banca, dos cosas que no me gustaron.
El orden era la segunda manía. Una vez estaba tan enfadada porque no encontraba algo, que dijo a voz en grito: ¿A quién se le ha ocurrido abrirme los cojones? Por los cajones, claro. Fue horrible tenerla tan cerca y, más tarde, un disfrute que me cambiaran de colegio.
Ahora no las llamaría brujas, calificativo como otros que nos han inculcado a través de generaciones por, incluso, muchas madres influenciadas. Ese calificativo y sus representaciones vino muy bien desde los siglos XVI y XVII para quemar en la hoguera a muchas mujeres que estorbaban, como dice Silvia Federici en su ensayo “Caliban y la bruja”. Según Federici, “La caza de brujas sirvió para perseguir a una serie de creencias y prácticas populares. Fue un arma para derrotar la resistencia a la reestructuración social y económica”, una historia que la autora conecta con nuestro presente en distintas partes del planeta.

miércoles, 3 de julio de 2019

505. Voces en la ribera del mundo


“Contar es escuchar” decía Ursula K. Le Guin en un texto que escribió en la década de sus 70 años. También decía que la imaginación es la herramienta más potente del ser humano.
A Diana P. Morales, autora de estas voces, le sobra imaginación y la profesionalidad de más de veinte años de experiencia como profesora de escritura. No es fácil escribir relatos de este género que compongan un todo redondo como sucede en este libro. 
Hay que tener una visión periférica como la suya y poder abarcar la escritura de tantas voces e historias como las que ha escrito para mirar con visión de futuro la realidad; no sólo esta en la que vivimos, sino la que se avecina si seguimos destruyendo el planeta. 
Hace falta, además de imaginación, documentarse bien porque es este género los datos deben estar contrastados. Todo lo que ocurre en estos relatos es ciencia ficción, pero puede no estar tan lejos de suceder. No es un libro pesimista, al contrario, es realista y tiene humor, eso tan necesario en situaciones extremas para relativizarlas. 
Es, además, poético y esperanzador. Los personajes se quedan en nuestro imaginario por como son, tienen ternura y sensibilidad. Son solidarios y demuestran que el ser humano también tiene las capacidades para cambiar el mundo si se lo propone. Y no digo más, si gustáis, leed la contraportada que lo explica muy bien. 
              
Para saber más: 
https://dianapmorales.com/2016/07/blog/mapa-de-la-ciencia-ficcion/

miércoles, 19 de junio de 2019

504. Canijo

A Fernando Mansilla, autor de este libro, lo conocí en la presentación del mismo, primero en el Teatro Central el 6 de Noviembre de 2013. Su voz grave al leer algunos párrafos, junto con la composición musical que el grupo Pony Bravo creó para evento fue muy poético

Posteriormente, en la Feria del Libro de Sevilla, me dedicó este libro interesante y curioso por el recorrido que hace a través de los distintos barrios del centro de la ciudad; allí, adonde circulaba el narcotráfico, además de la historia novelada de las familias que intervenían.

La limpieza de esos barrios, justo antes de la Expo de 1992 y la violencia policial con que se efectuó se refleja muy bien en la película “Grupo 7” de Alberto Rodríguez con guión de Rafael Cobos.

No digo nada más del libro porque en las direcciones que añado abajo lo podéis leer.

Voy a cerrar el ordenador y borrar el historial como hago siempre, pero me paro y pienso que igual que en este acto se va una vida. Así nos vamos, a veces como con un clic, como borramos el historial, de un solo golpe y rápido como el borrado. 

Ayer por el blog de Reyes me enteré de la muerte de Fernando Mansilla.

Menos mal que quedan los libros y las personas que nos recuerdan. 
Aquí se puede adquirir el libro: