viernes, 24 de junio de 2011

205. Orden, desorden


Felicidades, papá.
Nombrar la felicidad, eso quiero, porque repetirla la fija. Cuando escribes algo, lo imprimes en tu cerebro al pasarlo del pensamiento a la página. 

Nombrar la felicidad, rebelarme contra el dolor. Parece que estamos inmersos en catástrofes continuas, no importa que no ocurran a nuestro lado, las sentimos igual por las imágenes que nos llegan. En esta época que nos ha tocado vivir están cambiando cosas, siempre cambian a más o menos ritmo. El de ahora es frenético, tanto, que hoy necesito esta paz de las cosas tranquilas; tú las inspirabas, y por eso he decidido escribir para ti. Sé que te gustaría y te alegraría este recuerdo.
Hemos llegado a tu casa, será siempre la vuestra; una casa que cambia, llena de luz que va pasito a pasito reforzándose. Cambian las apariencias de los lugares y de las cosas, pero no las vivencias, éstas se quedan, si no en el espacio nuevo, sí en cada uno de nosotros, como guardadas en una cajita que nos permite destaparlas cuando queremos.
La felicidad entra por los sentidos y el olor es uno de ellos, tan fuerte que te transporta. El olor del melón, la menta, el jazmín..., guardo olores, papá, el tuyo en tu neceser con todas esas pequeñas cosas que encerrabas en él, tu pequeño mundo.
Los olores, el espacio, la luz, las sombras, esos objetos nuevos que se introducen en la cotidianidad y que van haciendo historia. Encontrar un sitio para una mecedora desde donde observar las ramas de la morera mecida por el aire; contemplar los rayos de sol entrando por las cavidades del muro nuevo que parece vivo gracias a la luz que lo atraviesa.
Es en ese deconstruir y construir, en estas dos palabras transcurre nuestro tiempo. Un tiempo de cambios, también de incertidumbre para quienes tenemos hijos, tus nietos. Observar la vida, escucharla, apreciar cualquier cambio estacional. A eso dedicabas gran parte de tu tiempo encerrado en el cuarto de trabajo, del que solo queda esta ventana verde que aquí luce: reciclada. Porque reciclar era lo tuyo, y también enseñar a tus nietos a construir juguetes de madera para luego ver cómo jugaban, siempre con miedo de que se hicieran daño. Esa paz tuya, ese amor por las cosas bien hechas, tu lema de siempre; ese desorden en tus cosas también, no todo ha de ser perfecto, la perfección no existe y lo sabías. Te retirabas cuando querías para ver pasar la vida, al margen, y así te fuiste, a tu gusto.
Hoy quiero felicitarte, es tu día y felicitarme por sentir y disfrutar de todo lo que puedo.
Tengo una cajita nueva para guardar la felicidad, ya lo sabes. Te quiero.

viernes, 17 de junio de 2011

204. La voluntad


La voluntad, ese rasgo tan impresionante y expresivo del personaje en escena, a menudo es totalmente olvidada por el actor durante la preparación de su papel.

El doctor  Friedrich Rittelmeyer escribió:
Existe una voluntad fuerte, que fácilmente se vuelve renqueante, y existe una voluntad prolongada, que crece ante los obstáculos.
Existe una voluntad flexible, una voluntad rígida, una voluntad consciente, una voluntad somnolienta, una voluntad contraria, que siempre desea que las cosas sean distintas a como son; una voluntad social, que trabaja con todas sus fuerzas cuando siente que otros la comparten, y una voluntad aislada, que pierde su alegría cuando otros la consienten.
Existe una voluntad recta, una voluntad torcida, una voluntad externa, una voluntad interna, no espiritual, una voluntad materialista, una voluntad egoísta.

¿Qué es realmente la voluntad? ¿No es acaso un deseo mayor que otro?

A menudo tratan de entenderla desde el punto de vista de la "fuerza de la voluntad", pero Chejov nos hacía desear que algo sucediera o nos pedía que proyectáramos o irradiáramos voluntad. De forma gradual, nos hacía entrar en el ámbito de la voluntad. Después de un tiempo, la "voluntad" se convertía en una clara experiencia.

Mala Powers sobre Michael Chejov.

jueves, 9 de junio de 2011

203. Bocas


Ni me comas, ni me claves, ni me llames.

Lo que quiero es que me ames.

lunes, 6 de junio de 2011

202. Certezas

¿Habéis leído alguna vez algo escrito por alguien y suscribir continuamente lo que dice?

A mí me acaba de pasar. Gracias a Fernando Valls y su último post en su blog "La nave de los locos" acabo de acceder al blog de Antonio Muñoz Molina y leer esto:

"El orgullo vacuo del ser ha dejado en segundo plano la dificultad y la satisfacción del hacer".

Esto es solo una perla, pero todo el post en una cadena de verdades que, curiosamente, todo el mundo que conozca un poco los entresijos del poder las sabe, pero que casi nadie las grita a los cuatro vientos.

Por si no sale el enlace: http://antoniomuñozmolina.es/2011/05/hora-de-despertar/

jueves, 2 de junio de 2011

201. Florecillas



Si vas al campo las encuentras libres, en el estío de eriales y cunetas de caminos de cualquier lugar. A veces forman manchas como corralitos. Es curioso ver una oscura flor estéril en su centro. Según algunos autores es una adaptación que mejora su polinización. Una vez polinizada se recogerá hacia su interior para proteger las semillas.

umbelífero, ra

  1. adj. y f. De las umbelíferas o relativo a esta familia de plantas.
  2. f. pl. bot. Familia de plantas angiospermas dicotiledóneas de hojas simples y alternas, flores blancas o amarillas en umbela y fruto de una sola semilla:
    la zanahoria y el perejil son umbelíferas.