Durante
toda la mañana había caído sobre la ciudad una lluvia torrencial.
¡Ojalá se lleve los virus malignos, pensaste! Y por la tarde en la
salida permitida tomaste esta foto.
Como
si hubieran pasado varios inviernos te reconoces viendo las cosas de
otra manera. El río es más ancho, te bajas la mascarilla y lo
respiras. El aire es limpio y lo notas.
Has
estado tan triste por todo lo que pasaba a tu alrededor que, cuando
pudiste atravesar tu ciudad te sorprendiste porque esta imagen,
tantas veces contemplada, la veías de nuevo, como si estuvieras
viajando y descubrieras un río con tanta historia y tan bello en sus
orillas por vez primera.
14 comentarios:
El río, nuevo, que sorprende con su vieja belleza plena. A disfrutar de su luz y aparcar la pena.
Abrazo enorme y a cuidarse.
Pues sí, Índigo, dicen que las ciudades que las atraviesa un río son muy bellas, yo lo afirmo por las que he visto. Lisboa, la que más me impresionó por mágica.
Me alegro de que al verbo cuidar lo hayamos desempolvado. Es tan importante como la vida porque la preserva.
Te deseo lo mejor y a seguir caminando.
Gran abrazo.
El ver de nuevo paisajes cotidianos a los que les damos el valor de una primera vez resulta reconfortante después de días de no poderlo hacer.
Un abrazo Isabel
No puedo contemplar como fluyen las aguas y el río permanece. Mi ciudad no es atravesada por ningún río, no tengo esta fortuna urbana. Siempre me han parecido muy bellas esas ciudades con ríos y puentes donde los corazones románticos contemplan la avenida fluvial mientras cierran los candados que coloncan en las barandillas y lanzan las llaves al agua.
Saludos
Francesc Cornadó
Ojalá la tormenta de esta tarde se lleve los virus p'alante y nos deje en paz.
Besos
Se ve precioso. Besos.
Despúes de permanecer encerrada en mi "arca de Noé" también me pasó lo mismo. Todo era nuevo, un sinfín de sentimientos, emociones e ilusiones nuevas se enredaron en mi mente y todo cobraba un nuevo valor. Me emocioné, estaba viva y tenía que disfrutar. Mi ciudad, Sevilla, aún existía aunque entre mis cuatro paredes creía que todo había desaparecido: calles silenciosas, sin tráfico, ni gente ni siquiera niños gritando. Una dura experiencia de la que tenemos que sacar buenas conclusiones para el bien de la humanidad.
Un fuerte abrazo. Ave Peregrina
Gracias, Pilar, sí que reconforta. Gran abrazo.
Francesc, pensaba que era Barcelona tu ciudad, de todas formas esa tierra es bella y es la segunda mía porque viví en ella años y la amo.
Salud, mucha salud.
Ojalá, Tracy, aunque aún debemos ser cuidadosos que los virus tienen muy mala leche, jeje...
Abrazos.
Teresa, gracias y besos.
Pues sí, emege, ese sentimiento de vacío, sobre todo, en los pequeños negocios era triste. Espero y deseo que se pueda remontar esta insidiosa pandemia.
Gran abrazo.
Para mi gusto la vida tiene, un color y un sabor diferente.
Un a brazo
las zapatillas, apreciar todo eso es estupendo.
Abrazos.
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