La abuela salió a buscar el sol. Iba con cuidado por
el empedrado cuando se paró en seco sorprendida:
-Ay, hija, no la pisé de milagro, de no haber sido por esa
sombra que me levantaba las orejas,
como advirtiéndome…
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8 comentarios:
Hermosa la viejita que camina y sigue atenta a la vida. Abrazo grande, Isabel.
Que bonito Isabel. Besos.
La sabia lección que esa diminuta planta y la abuela nos ofrecen,
no la aprenderemos en ninguna universidad.
Gracias, Isabel.
¡Hay que andarse con cuatro ojos, que dos no alcanzan!.
Me alegro de que te gustara François Devienne, un compositor no tan conocido como otros.
Besote.
Gracias Índigo, por estar aquí. Abrazo.
Teresa me agrada que te guste. Besos.
Loam, un gusto verte por aquí. Gracias y abrazo.
Pues a veces sí, Myriam.
Un abrazo.
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