viernes, 2 de agosto de 2019

508. Hablé con ella

¡Cómo me sigas contestando así te vas a ir a vivir debajo de un puente!
Y eso mismo le pasó a la vendedora de sombreros de paja, pero como me contó ­-sólo para simplificar, dijo- no la echó su madre.


Se enamoró perdidamente del hombre equivocado, un aventurero que la conquistó con su labia y para que se durmiera la envolvía en sábanas de leyendas lejanas.

Hasta que el mismo puente, además de cobijarlos, fue conociendo a cada uno. Tanto sentimentalismo para despertar compasión en ella le chocaba
Adelantándose a su vejez, el puente se desprendió de su piel.  Sucedió una noche que a él, bañado en alcohol, no le salían las palabras.

Ahora, cada vez que alguien pasa por debajo puede ver el perfil de ella dándole la espalda y el de él desdibujado.

Y ahora, también, comprendo la felicidad del rostro de la vendedora cada mañana al vender su mercancía a quien pasa.
Por cierto, me compré el sombrero.

6 comentarios:

ÍndigoHorizonte dijo...

Hiciste bien. Abracísimo.

Teresa dijo...

Y te contó su historia. Besos.

Isabel dijo...

Índigo, lo hice en un impulso, ahora lo rectificaría. Pero bueno, toda historia se merece un final.
Abrazos.

Isabel dijo...

Sí, Teresa, las historias surgen de lo más inesperado: un recuerdo, una foto. Me gusta fotografiar los lugares y los viejos quizás más, guardan en sus muros relatos de tiempos pasados y presentes.
Muchos besos para ti y que pases un feliz agosto.

emege-e dijo...

Cuanto me ha gustado este post y ¿sabes por qué? es muy sencillo: por conectar con las personas, comunicarse, hacer un alto y cruzar con ellas algunas palabras, hacer que se sientan humana y hacerles ver que tienen voz como cualquiera que pasa por delante de ella, personas que caminan normalmente cabizbajos manipulando un artefacto o hablando a través de una pequeña máquina que cada vez le aleja más de los suyos.Hay por ahí muchas historias dignas de ser escuchadas que darían mucho juego para transcribirlas.¡Uf! si yo te contara...

Besotes y nuenverano. Ave Peregrina.

Isabel dijo...

Ay, emege, en eso de comunicar eres maestra. Tienes para escribir otro libro de cómo conectas en tus viajes.
Gran abrazo.