¡Cómo me sigas contestando así te vas a ir a vivir debajo de un puente!
Y eso mismo le pasó a la vendedora de sombreros de paja, pero como me contó -sólo para simplificar, dijo- no la echó su madre.
Se
enamoró perdidamente del hombre equivocado, un aventurero que la
conquistó con su labia y para que se durmiera la envolvía en sábanas de
leyendas lejanas.
Hasta
que el mismo puente, además de cobijarlos, fue conociendo a cada
uno. Tanto sentimentalismo para
despertar compasión en ella
le chocaba.
Adelantándose
a su vejez, el puente se desprendió de su piel. Sucedió una noche que
a él, bañado en alcohol, no le salían las palabras.
Ahora, cada vez que alguien
pasa por debajo puede ver el perfil de ella dándole la
espalda y el de él
desdibujado.
Y
ahora, también, comprendo
la felicidad del
rostro de la vendedora
cada mañana al vender
su mercancía a quien pasa.
Por
cierto, me compré el sombrero.
6 comentarios:
Hiciste bien. Abracísimo.
Y te contó su historia. Besos.
Índigo, lo hice en un impulso, ahora lo rectificaría. Pero bueno, toda historia se merece un final.
Abrazos.
Sí, Teresa, las historias surgen de lo más inesperado: un recuerdo, una foto. Me gusta fotografiar los lugares y los viejos quizás más, guardan en sus muros relatos de tiempos pasados y presentes.
Muchos besos para ti y que pases un feliz agosto.
Cuanto me ha gustado este post y ¿sabes por qué? es muy sencillo: por conectar con las personas, comunicarse, hacer un alto y cruzar con ellas algunas palabras, hacer que se sientan humana y hacerles ver que tienen voz como cualquiera que pasa por delante de ella, personas que caminan normalmente cabizbajos manipulando un artefacto o hablando a través de una pequeña máquina que cada vez le aleja más de los suyos.Hay por ahí muchas historias dignas de ser escuchadas que darían mucho juego para transcribirlas.¡Uf! si yo te contara...
Besotes y nuenverano. Ave Peregrina.
Ay, emege, en eso de comunicar eres maestra. Tienes para escribir otro libro de cómo conectas en tus viajes.
Gran abrazo.
Publicar un comentario