Me apetece, en
esta paz que se infiltra, hacer fotos de las plantas más que
escribir.
Ellas son agradecidas y, aún en esta
época, florece la hierba luisa, además de perfumarte si la
acaricias.
O el incienso que se arrima a la que no
va a tener flores nunca y no sé cómo se llama.
Hoy es un día apacible, idóneo para
recuperar fuerzas con unas buenas migas en preparación.
Y el primer rabanillo, que no quieren
llegar tarde al aperitivo, empuja para ser arrancado.
24 comentarios:
Ese rábano está deseando que lo cojas, jaja! y La Hierba Luisa está divina!!!
Las migas... qué ricas, aunque a mí me cuesta digerirlas.
Besos
Fotografiar es mirar, más que escribir que es pensar. A veces necesitamos sólo mirar y llenarnos. Así lo cuentan los místicos...
Me ha encantado lo que dices y me ha encantado el comentario de Eastriver: sólo mirar y llenarnos: ¡qué bello! Contemplar y dejarse llevar por la contemplación, siendo parte de lo que contemplas... Un abrazo grande, Isabel.
Así se goza de la vida: mirando, acariciando, preparando, recuperando (fuerzas), arrancando... comiendo...
Besos
Esplendorosas...
Hay que dejarse guiar por la apetencia y si te apetece mirar y mimar con la mirada a tus plantas, a ello, que el alma sabe la apetencia para cada momento.
También el cuerpo habrá disfrutado con las migas.
Las pequeñas cosas, esas que son tan importantes y nos sostienen a diario con infinita humildad.
Un beso, tocaya.
Precioso, Isabel. Nos gusta que compartas tus miradas. Yo, si no te importa, las comparto con facebook.
Besos
Precioso, Isabel. Nos gusta que compartas tus miradas. Yo, si no te importa, las comparto con facebook.
Besos
Hasta aquí me llega la serenidad de tu ambiente. De veras, transmites mucha paz.
Gracias por tu aroma, montón de besos
Una planta no deja de ser una palabra por compartir... Creo.
Un abrazo
Me gusta compartir tus miradas,
una amalgama de colores, sabores y olores que tus imágenes transmiten
a la perfección.
Un abrazo.
Me encanta tu mesa y tus fotos. Besos.
Creo que en la época otoñal, acogemos con gran placer todo cuanto nos rodea: la novedosa lluvia tras los cristlaes, las plantas aromáticas nos deleitan, un buen plato de migas que nos reconforta y un bocadito a ese rabanillo que nos aporta recuerdos del frescor de las costumbres veraniegas que dejamos atrás. Un menú envidiable para estos días.Reflejos de paz y tranquilidad en el hogar de la costurera. Un fuerte abrazo. Ave Peregrina.
Por estas montañas el otoño es un invierno atacado de timidez; la nieve es inmadura y el frío adolescente, pero ambos cumplen a la perfección su objetivo: hacer frío y complicar la conducción de autobuses. En el huerto sólo resisten las coles y las zanahorias. En lo que concierne a mi Mula, si normalmente no dice nada, cuando llega el otoño menos.
Entenderás que tu entrada y tus fotografías me hayan provocado una leve añoranza, por no llamarla envidia.
Un beso casi invernal.
Me encantan las migas andaluzas.
Una pequeña broma para Josep.
La Mula si habla. Es tu culpa si no entiendes sus rebuznos :))))))
Un abrazo
Joooo, qué chulo!
Para escribir, primero hay que mirar y oír mucho.
Me encantan, amiga!
Ya sabes que adoró este tipo de fotos y la del rabanillo es mi preferida.
Un beso
¡Cómo me gustan las migas! Y en mi tierra en España no se comen mucho... una pena.
Gracias, he encontrado casa. Sigo buscando trabajo, y mientras tanto estoy llevando un taller de español y ayudando en un café con tareas administrativas de manera voluntaria :)
(voy a ponerme un poco al día paseando por tu blog)
Un abrazo
Me di cuenta enseguida que la primera era la Hierba Luisa. En casa tengo una de estos ejemplares que siempre tengo que podar porque se hace inmensa y el perfume de sus flores es especial.
Elvira, el rabanillo en su punto y las migas estuvieron rotundas y con el día lluvioso, como debe ser. Yo las sirvo con naranjas para que se disuelvan mejor, jejeje...
Más besos para ti.
Eastriver, llenarnos de algo bello para no perecer entre tantas cosas que me exasperan.
Gracias y besos.
Índigo, gracias y otro abrazo para ti.
giovanni, es un goce primario además de barato, que viene muy bien. Besos.
Dario, y eso que no las puse terminadas con su huevo frito al lado, jeje...
Gracias.
Isabel, la vida está llena de esas pequeñas cosas cotidianas, y menos mal...
De eso se trata de saber disfrutar con ellas, como de tu opinión.
Abrazos.
Susana, claro que no me importa, yo en las redes es que no estoy muy puesta, sólo entro para saber de vosotras y decir un me gusta lo que publicáis. Más besos para ti.
virgi, ¡qué bien! Estoy encantada con tu apreciación.
Gracias y abrazos.
Jan, una planta es un ser vivo que te alegra la vista, te perfuma, adereza tus guisos y te oxigena con su fotosíntesis. Además es una buena excusa para compartir palabras. Gracias por las tuyas y otro abrazo.
Maria Dolors, ayer cambié el título, tenía otra entrada con el de miradas.
A mí me gusta mucho que las compartas, las tuyas son maravillosas; invito a todos a pinchar en tu nombre, se quedarán extasiados.
Un fuerte abrazo.
Isabel, muchas gracias.
Más besos para ti.
Ave, en tu volar seguro has apreciado los distintos y ricos manjares de esas bellas tierras. Hoy te mando besos con algo de sol que ya apetecía con tanto remojo que llevamos.
Josep, eso se arregla dirigiendo el autobús hacia el sur, igual baja sin sentir.
Te aseguro que frío sí, pero no resbalará por la nieve. Otro abrazo invernal de lo abrigadita que estoy.
Aquí, qué pena que no las pudieras probar, es la especialidad de Manolo y siempre le gusta hacerlas cuando llueve o tenemos muchos a la mesa. Besos.
NáN, gracias, y también comer, jejeje...
Abrazos
Marta, qué bien, mas besos para ti. Espero que estés bien.
Lucía, debes echar de menos muchas comidas, a mí me pasaría estando lejos y más ahí. Me acuerdo que cuando fuimos sólo comíamos en restaurantes italianos. Gracias por tus variados comentarios.
Muchos besos y cuídate.
Pilar me alegra que ya seamos dos las que disfrutamos de esta planta que tiene tantas aplicaciones.
Gracias por pasar y besos.
Hace años que no como migas...
Las comía de niña cuando íbamos al pueblo de mi abuela a Castellar de la Muela, y era un plato que me trae recuerdos de infancia.
Y de esa mirada y la observación, nace sin duda, la palabra.
Un beso, Isabel.
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