jueves, 27 de enero de 2011

181. Flores verdes


Claudia no daba crédito, sin darse cuenta estaba dando por segunda vez puntadas a su vida al mismo tiempo que las daba sobre la tela.

Ella, que jamás había vuelto la vista atrás, que la memoria la usaba como una biblioteca de consulta, y que cuando escuchaba a algunas personas contar algo pasado con nostalgia o melancolía siempre la aburrían.

Creía firmemente que había que vivir en el aquí y ahora; lo sucedido pasó, del mañana no se sabe nada, y por mucho que lo programemos, en cuestión de segundos puede cambiar.

Con cada puntada en la randa (calado que se hace para unir bordes o dobladillos y afianzarlos), un nuevo recuerdo. ¿Sería producto de la edad o de esa labor que ahora estaba reciclando?

Levantó la vista y lo vio claro, la luz del sol iluminaba hasta la vuelta de hilo en la aguja como en una pirueta. Esa pirueta o vuelco con que algunas veces nos sorprende la vida.

Alguien abrió el frigorífico y comprobó que ese pitido era el único sonido que se conservaba de la vieja casa, ahora transformada. Todo había cambiado, la luz natural iluminaba todos los rincones de esa antigua oscuridad repetida en las casas de los pueblos.

Y esa luz, que iluminaba también su vida, hizo que reparara en un detalle: las flores de la labor no eran de su color. Ella había bordado estas flores en su niñez y elegido los colores.

Claudia sonrió, flores y margaritas verdes ¿por qué no?

Para Rubi y Espe por la luz regalada.

27 comentarios:

El Aviador Capotado dijo...

…¿por qué no? Usted escribe muy bien.

Elvira dijo...

¡Claro que sí! Margaritas verdes. Y muy de acuerdo con el aviador.

Besos, costurera de palabras

Dol dijo...

Y rosas y rojas y amarillas...

Francesc Cornadó dijo...

Pasan las estaciones y cada día es un recosido de recuerdos.
Al final lo que importa es el color del bordado.
Salud costurera.

Francesc Cornadó

manolotel dijo...

La costura siempre me ha parecido un engorro, pero su jerga me llamaba mucho la atención. Siempre había querido saber lo que era una randa (la sisa es lo que te tira cuando la camiseta es corta ¿no?.

Ignoro si todavía se hacen aquellos cursos de "corte y confección" de CCC, o, de cualquier otra firma de cursos por correspondencia.

¿Siguen existiendo los cursos por correspondencia? No creo; en un solo DVD caben 5 años completos.

¿Existe la revista Burda o solo se venden ya los patrones? (he llegado a ver una mesa de esas que se hacen el doble de grandes cuando vienen invitados cubierta por completo de esos papeles finos con formas increibles, y de una utilidad que aun me sorprende).

La parábola es de una gran sencillez (como debe ser, por supuesto) y se lee con placer porque a través de la costura se evocan esos dos trazos: el ayer, el hoy, de los cuales se alimenta nuestra identidad; nuestra propia consciencia como ser humano. Un hilo muy sutil pero llevado con habilidad hasta ponernos delante de la realidad donde, al fin, nada es lo que creemos pero si lo que queremos.

Me ha encantado. Un besote.

LA ZARZAMORA dijo...

Un relato que cala y te ha quedado bordado.
Besos, Isabel.

Ofelia Gasque Andrés dijo...

Querida costurera,
has bordado las palabras como borda la naturaleza sus colores, con creatividad e imaginación.
Besos del color del arcoiris***

Isabel dijo...

Muchas gracias, Aviador y Elvira, pero solo estoy aprendiendo y me gustan también las críticas constructivas, ¡cómo si no avanzar en este arte tan difícil!

Reyes, todos los colores, alegrar y alegrarnos, de eso se trata.

Francesc, a veces te vienen las historias con un rayo de sol, el astro rey lo ilumina todo.
Salud y gracias.

manolotel, a mí también, la costurera o modista era mi madre y, claro, algo heredé y es util, sobre todo en momentos en que el reciclado se impone.
Fijaté que, ahora que hablas sobre la jerga, busqué la definición de randa en varios diccionarios y te liaban tanto que, solo por el hecho de haberla practicado y saber de lo que hablaba, preferí la mía.

No sé nada sobre estos cursos, pero sí que alguna vez practiqué con el Burda, me gusta el dibujo y me maravillaba como estaban organizados los patrones.

Hay oficios antiguos como la costura, la cocina, etc. que dan para mucho y pueden llegar a estirar tantos hilos a la hora de escribir que enredan, como ahora, nuestras palabras en un abrazo cómplice.

Isabel dijo...

Ofelia, no había visto tu comentario al contestar.
Gracias por lo de la creatividad, pero solo coso palabras con modestia, como era mi intención al empezar con el blog.
Besos de colores.

Freia dijo...

Siempre que volvemos la vista hacia la infancia con ternura encontramos que los olores, los colores, los sabores eran los más maravillosos del mundo, aunque ahora, con ojos de adulto, no sean los más adecuados. A mí me gustaba el olor de la gasolina cruda y el sabor de la tiza. ¿Por qué no va iba a poder Vd. bordar las margaritas verdes? Al fin y al cabo, Paolo Uccello pintaba los caballos azules y nadie se metió con él aunque ya era bien mayorcito...

Sí señor.¿Por qué no?

Un abrazo trenzado, Isabel

Isabel Barceló Chico dijo...

En toda vida hay un momento en que nos paramos a reflexionar y a valorar lo que tenemos. Si no miramos nunca al pasado ¿cómo sabremos qué camino hemos recorrido?

Querida amiga, respondiendo a tu pregunta, mi novela "Dido reina de Cartago" fue escrita en mi blog, directamente, como me propongo escribir la nueva. Sería un placer contar contigo como personaje. Un abrazo.

Isabel Mercadé dijo...

Me ha gustado mucho este relato, aparte de lo bien contado tiene algo tan esperanzador en su nostalgia. ¿Sabes que en algún lugar leí que hay varias actividades que estimulan la creatividad? Una de ellas al parecer es la costura. No sé si en tu caso lo experimentaste así, o la costura es sólo una metáfora. No importa. Precioso el relato y la luz y las margaritas verdes.

Miguel Baquero dijo...

Un imagen preciosa que da pie a muchs fantasñias poéticas, como que el sol asimismo estuvirea hilando un pequeño bordado con sus recuerdos. Delicado y precioso

virgi dijo...

Coser y bordar da una gran serenidad. Cuando lo haga la próxima vez, te recordaré, querida Isabel.
Las puntadas de la vida son mucho más complicadas.
Besitos de colores.

Paloma Corrales dijo...

La filosofía de vida de Claudia es ejemplar, consultar sólo el pasado como banco de experiencia y vivir y el presente (carpe diem).

Me ha encantado, transmite serenidad y sabiduría.

Besos.

Enric Batiste dijo...

Flores y margaritas verdes nuevas
que inspiren los recuerdos recreados...

Y un beso de labor de creación

Lucía dijo...

Me gusta la actitud de este personaje. Pero también hay que hacer alguna concesión, de vez en cuando, a la melancolía y la nostalgia.
Bonita historia.

Besos

momo dijo...

bordar todo un campo lleno de flores y cielos con esttrellas y...unas alas , es lo que yo mme bordaria en este momento ..Un abrazo

Isabel dijo...

Freia, qué bueno, saborear y recordar esos gustos infantiles.
Gracias y mil besos por compartirlos.

Isabel, toda la razón, muchas gracias por el ofrecimiento, iré a ver qué tal va esto y sabes que el placer sería para mí.

Bel, me alegra te guste. Figúrate, con lo bien que escribes.
Lo que más me importa al escribir es que sea de verdad, aunque estemos hablando de ficción a medias. Los hilos se enredan como las palabras, pero cuando conseguimos desliar el ovillo es como un momento de inspiración.

Miguel, me gusta mucho tu interpretación y me anima.

virgi, más complicadas, es verdad, pero pienso que quizás la calma que hay que emplear para la costura es la misma que tendríamos que usar en la vida, ¿no crees?
Besos también para ti.

Gracias, Paloma, de eso se trata de armonizar. Más besos.

enric, creando, vamos a ello como tú. Besos

Lucía, claro que sí, si tu yo te lo pide...
Gracias y besos.

momo, bordemos con palabras todo lo que se nos antoje que para algo tenemos la fantasía. Otro abrazo.

Musaraña dijo...

Esa luz! Y tus preciosas letras! Luz en mi pantalla, y sonrisa en mi rostro!

Un beso

ethan dijo...

Acabo de terminar "El tiempo entre costuras", vuelvo a tu blog: "el costurero" y leo el post.
Me dan ganas de ponerme a coser, aunque no sepa jajaja.
Saludos!

Noite de luNa dijo...

A mi entender, cambiar es bueno, clarea el horizonte.

Entretejiendo palabras y costuras.
Una delicia de lectura con un fondo de nostalgia
Falta el naranjo...

Besos

NáN dijo...

¿Y que es lo que hay que hacer?, pregunta el novicio.
Quédate sentado y en silencio, contesta el maestro.

A veces, las cosas son así de fáciles. Aquietados, el pasado fluye. Quizá es por eso que cuando alguien hace algo muy bien, se le dice "lo has hecho bordado".

Paula dijo...

gracias por tu visita y por tus palabras

sabes que sé coser?? y muy bien, además (es uno de mis secretos...)

Isabel dijo...

Gracias, Musaraña, me alegra arrancarte una sonrisa. Besos

Ja,ja, ethan, demasiados hilos, ¿no?
Saludos

Aquí, cuando escribí este texto estaba encargado y ya luce en la entrada. Besos.

NáN, esa quietud tan necesitada es verdad que, a veces, la da alguna manualidad.
Es una actividad relajante, aunque algunas ponen de los nervios por laboriosas. Gracias.

Paula, una coincidencia más añadida. Me alegro.

UVA dijo...

Querida maestra, parte de esta tarde disfrutando con tu costurero y el atraso que llevo.
Qué bonito lo que relatas. Me sirve esa reflexión sobre el presente. También es gustoso mirar y solazarse con el pasado. Creo que tu lo haces cuando ves esas margaritas.
Me encanta tu dedicatoria a quienes te han regalado LA LUZ.¡QUÉ BUENA GENTE!Besitos.Uva

Isabel dijo...

Uva, por fin te encuentro por aquí, no soy maestra de nada, yo solo aprendo de ti, de todas, y te recuerdo cuando mi pensamiento vuela hacia delante o hacia atras, pero eso ya lo sabes.
Un fuerte abrazo.