Cosido en zigutat por tus costuras el templo natural y tan humano, esta naturaleza que edifica sus curvas en la vida en espiral creciente que se envuelve y despliega su fuerza de crecer por voluntad. ¡Virtus, nueva energía tan antigua naciendo de la tierra pertinaz!
Pilar, como a muchas que hasta tienen perros y guardias de seguridad. Risas y beso.
giovnni, tú la filmas muy bien y tu mujer la dibuja, así que lo debes saber bien. Otro abrazo para vosotros.
Elvira, me he quedado asombrada al buscar qué tipo de cardo era esta planta de todos los que hay, y a pesar de que los he revisado uno por uno no he encontrado uno igual. Claro está que soy una inexperta en estos temas, yo sólo se admirar la naturaleza. Otro beso.
Eastriver,siempre he admirado a Gaudí y estoy de acuerdo contigo.
Ofelia, quizás sepas qué tipo de cardo campestre es, estaba en un terreno baldío, pero embellecido por él, suerte que al fotógrafo no lo vieron las avispas que estaban laborando en el tronco. Más besos.
Lo sorprendente -además de su belleza-, es su funcionalidad: son así por pura necesidad de sus habitantes, ni más ni menos.
No les ocurre como a nosotros -los humanos- siempre recreando habitáculos -muchos de ellos bellísimos-, pero en los cuales sabemos no está la felicidad completa.
Montse, y además hay una gran diferencia en esos habitáculos, quizás la misma que encontré en este mismo diseño que nos ofrece la naturaleza. Un fuerte abrazo.
Al ver las fotos me maravillo. Me quedo mirando y me seduce la perfección del avispero.
Si me quedo pensando, recuerdo aquellos días.
* Aparecieron por el pajar del pueblo donde voy, una familia de erizos. Dos adultos y tres crías. Una delicia. No tenía la cámara y decidí hacerles un corral con ladrillos e ir corriendo a casa a por la cámara. Metí la mano entre los agujeros de uno de los ladrillos y un avispero entero, se metió por la manga de mi camiseta. No había nadie más. Me golpeé con las manos todo lo que pude y me quité la camiseta. El dolor era fortísimo y la hinchazón rapidísima. Un pecho lo tenía normal y el otro como el de Pamela Andersón o más. Me subí al coche y me fuí al ambulatorio del pueblo cercano. Me inyectaron como para un caballo y me pusieron oxígeno y suero, por si acaso fuera alérgica. Llegaron a contar 42 mordiscos y había más. Algunas marcas, no han desaparecido. Setenta y dos horas dormida me tuvieron. Eso sí, el médico, agradable y divertido, me dijo: "¿Te han dado alguna vez más de 42 mordiscos a la vez? A mí, me encantaría"
Desde aquel año, me pregunto si algunos de aquellos "avispos" sería Ricardito Gere, disfrazado de negro y amarillo.
Felicita la fotógrafo por esas maravillosas fotos.
Eres una especie de piloto de pruebas del ser humano, "Aquí me quedaré", tú te arriesgas por hacer una foto y los demás ya sabemos lo que no hemos de hacer.
Qué bellas fotos, Isabel. Cómo nos hemos desequilibrado en la pareja naturaleza/civilización.
Siempre me han fascinado los panales: esa perfección en la estructura hexagonal de las celdas, esa dedicación frenética de las abejas o de las avispas a su melífica labor... Y las plantas, qué sorprendentes son algunas.
Miguel, ¿será porque la consideramos seres vivos como nosotros?
Aquí, un ladrillo de gafas le llamamos y son peligrosos, bueno qué te voy a contar; me imagino, porque yo con menos picaduras las he sufrido mucho, ni me atrevía a subir a tender a la azotea, siempre había avisperos entre las tejas. Serán muy laboriosas ellas, pero también muy puñeteras. Felicitado está. Besos
Pues fíjate, NáN, que me dio por poner el título pensando en los edificios que hacen algunos arquitectos rizando el rizo y el otro extremo de las viviendas colmenas que son, me parece a mí, poco habitables. La naturaleza siempre tiene modelos a seguir, el seguirlos o no dependerá de la idea del profesional. Gracias y un abrazo.
Fátima, tan variada que siempre se descubre algo nuevo.
Aquello me pasó, Nán, por desconocer que una colmena o un avispero, se instala donde le da la gana. Hoy que soy una cosmo -paleta, no me hubiese pasado.
Y ya de paso, AVISO. Cuidado con los buzones de correos que se colocan al aire libre. Es otro de sus lugares favoritos. No Hay que eliminarlos con un spray. Las avispas se están acabando. Se abre por la noche el buzón, se saca con un guante de lana o de goma y se depositan en otro lugar.
30 comentarios:
Cualquiera se acerca a estas casas!!!!
Un abrazo sin espinas
La naturaleza es preciosas e intrigante.
Un abrazo grande
Estoy con Pilar: son poco acogedoras, con pinchos vegetales o animales. Pero son bellas, eso sí.
Un beso
Gaudí miró la naturaleza antes de construir. No me extraña. La inspiración la tenemos al lado...
No sé porque no me son ajenas. Quizás algún día recuerde.
Besos arquitectónicos**
La naturaleza nos sorprende con sus esculturas y tú con esas fotos.
Otra metáfora de la tentación
La naturaleza es la mejor de las arquitectas.
El tópico lo dice,
tus fotos lo demuestran:
no hay mejor arquitecto
que la Naturaleza.
Un abrazo.
Cosido en zigutat por tus costuras
el templo natural y tan humano,
esta naturaleza que edifica
sus curvas en la vida en espiral
creciente que se envuelve y despliega
su fuerza de crecer por voluntad.
¡Virtus, nueva energía tan antigua
naciendo de la tierra pertinaz!
Un beso desenvuelto en esta vuelta
Al hilo del tu etiquetado, yo diría pura y sorprendente realidad, son fantásticas las fotos.
Un beso.
Pilar, como a muchas que hasta tienen perros y guardias de seguridad. Risas y beso.
giovnni, tú la filmas muy bien y tu mujer la dibuja, así que lo debes saber bien. Otro abrazo para vosotros.
Elvira, me he quedado asombrada al buscar qué tipo de cardo era esta planta de todos los que hay, y a pesar de que los he revisado uno por uno no he encontrado uno igual. Claro está que soy una inexperta en estos temas, yo sólo se admirar la naturaleza. Otro
beso.
Eastriver,siempre he admirado a Gaudí y estoy de acuerdo contigo.
Ofelia, quizás sepas qué tipo de cardo campestre es, estaba en un terreno baldío, pero embellecido por él, suerte que al fotógrafo no lo vieron las avispas que estaban laborando en el tronco. Más besos.
Araceli, cierto, y además se crea a sí misma. El merito es todo del fotógrafo, yo sólo me ocupo, eso sí, sin retocar nada, de mostraróslas.
Un abrazo.
Jesús, una tentación bastante peligrosa, pero ¿cual no es?
Vero, por supuesto, y no se pelea entre ella. Risas
Alfredo, y que lo digas, lo dices muy bien. Otro abrazo.
enric, como siempre, es bien hermoso lo que dices, como parte de tu naturaleza.
Gracias y besos.
Paloma, has añadido muy bien la palabra. Gracias y besos.
Hola, Isabel. La naturaleza es la escuela de la mirada, me parece a mí.
Saludos
Lo sorprendente -además de su belleza-, es su funcionalidad: son así por pura necesidad de sus habitantes, ni más ni menos.
No les ocurre como a nosotros -los humanos- siempre recreando habitáculos -muchos de ellos bellísimos-, pero en los cuales sabemos no está la felicidad completa.
Abrazos, Isabel.
Montse.
¡qué maravillas crea la naturaleza¡
y nosotros incapaces, muchas veces, de admirarla.
Un beso
José Luis, a mí también me lo parece.
Saluditos
Montse, y además hay una gran diferencia en esos habitáculos, quizás la misma que encontré en este mismo diseño que nos ofrece la naturaleza.
Un fuerte abrazo.
Elena, toda la razón.
Muchos besos.
De todas formas, por qué será que nuestro primer impulso al completar esos pinchos o ese avispero es salir corriendo o darle una patada...
Al ver las fotos me maravillo. Me quedo mirando y me seduce la perfección del avispero.
Si me quedo pensando, recuerdo aquellos días.
* Aparecieron por el pajar del pueblo donde voy, una familia de erizos. Dos adultos y tres crías. Una delicia.
No tenía la cámara y decidí hacerles un corral con ladrillos e ir corriendo a casa a por la cámara.
Metí la mano entre los agujeros de uno de los ladrillos y un avispero entero, se metió por la manga de mi camiseta. No había nadie más.
Me golpeé con las manos todo lo que pude y me quité la camiseta.
El dolor era fortísimo y la hinchazón rapidísima. Un pecho lo tenía normal y el otro como el de Pamela Andersón o más.
Me subí al coche y me fuí al ambulatorio del pueblo cercano. Me inyectaron como para un caballo y me pusieron oxígeno y suero, por si acaso fuera alérgica.
Llegaron a contar 42 mordiscos y había más. Algunas marcas, no han desaparecido.
Setenta y dos horas dormida me tuvieron.
Eso sí, el médico, agradable y divertido, me dijo:
"¿Te han dado alguna vez más de 42 mordiscos a la vez? A mí, me encantaría"
Desde aquel año, me pregunto si algunos de aquellos "avispos" sería Ricardito Gere, disfrazado de negro y amarillo.
Felicita la fotógrafo por esas maravillosas fotos.
Besos
Eres una especie de piloto de pruebas del ser humano, "Aquí me quedaré", tú te arriesgas por hacer una foto y los demás ya sabemos lo que no hemos de hacer.
Qué bellas fotos, Isabel. Cómo nos hemos desequilibrado en la pareja naturaleza/civilización.
Siempre me han fascinado los panales: esa perfección en la estructura hexagonal de las celdas, esa dedicación frenética de las abejas o de las avispas a su melífica labor... Y las plantas, qué sorprendentes son algunas.
Atrayentes aunque al mismo tiempo te hagan huir.
Sin embargo, espectaculares.
Miguel, ¿será porque la consideramos seres vivos como nosotros?
Aquí, un ladrillo de gafas le llamamos y son peligrosos, bueno qué te voy a contar; me imagino, porque yo con menos picaduras las he sufrido mucho, ni me atrevía a subir a tender a la azotea, siempre había avisperos entre las tejas.
Serán muy laboriosas ellas, pero también muy puñeteras.
Felicitado está.
Besos
Pues fíjate, NáN, que me dio por poner el título pensando en los edificios que hacen algunos arquitectos rizando el rizo y el otro extremo de las viviendas colmenas que son, me parece a mí, poco habitables. La naturaleza siempre tiene modelos a seguir, el seguirlos o no dependerá de la idea del profesional.
Gracias y un abrazo.
Fátima, tan variada que siempre se descubre algo nuevo.
Indecisa, en ese atraer esta su misterio.
Besos.
Aquello me pasó, Nán, por desconocer que una colmena o un avispero, se instala donde le da la gana.
Hoy que soy una cosmo -paleta, no me hubiese pasado.
Y ya de paso, AVISO. Cuidado con los buzones de correos que se colocan al aire libre. Es otro de sus lugares favoritos.
No Hay que eliminarlos con un spray.
Las avispas se están acabando. Se abre por la noche el buzón, se saca con un guante de lana o de goma y se depositan en otro lugar.
Besos
curiosas formas, el arte es muy amplio y se extiende más allá de los museos...
Espinas y aguijones... a veces es bueno, cuando nos protegen de los que intentan hacer daño... pero otras nos pueden aislar...
Qué bonitas fotos de cosas tan dañiñas, jeje.
Saludos :)
Aquí, gracias por el aviso, es verdad que se están acabando.
Beso
Bohemia, a la vuelta de la esquina si miramos bien.
Manuel, visto de esa manera es difícil acercarse. Bienvenido.
Lucía, ¿no te gusta la miel?
Yo de pequeña he masticado hasta los panales cubierto de ella. De lo más natural y delicioso.
En la naturaleza hay un arquitecto eximio... sólo tenemos que mirar mejor. un abrazo,
Marisa, sí y mirar mejor a veces.
Gracias por tu visita.
Un abrazo.
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