viernes, 24 de septiembre de 2010

160. Peligro


Biografía

No cojas la cuchara con la mano izquierda.
No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta.

Eso, para empezar.

Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.

Eso, para seguir.

¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos?
La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica, te cerraremos las puertas.

Eso, para vivir.

No seas loco. Sé educado. Sé correcto.
No bebas. No fumes. No respires.
¡Ay sí, no respirar! Dar el no a todos los nos.

Y descansar: Morir.


Gabriel Celaya


Esperanza

Las imágenes (dibujos), como el poema pertenecen a la página de Gabriel Celaya, si pinchan es su nombre podrán disfrutar de ella.

sábado, 18 de septiembre de 2010

159.Trastocar


¿Paseamos sólo cuando andamos? Poner los pies en el suelo es toda una declaración de intenciones: pisar, aplastar, poner zancadas, dar puntapiés, patadas. A todo y a quien nos estorba.

Eso y echar la culpa a alguien o algo intangible, es algo que hacemos casi sin darnos cuenta.

Lo único que justifica una catástrofe es la fuerza de la tierra, ésta gobierna sola y cuando quiere reventar lo hace mediante volcanes, terremotos etc.

No voy a negar la crisis, los números cantan y la estamos sufriendo, pero si miramos atrás en el tiempo seguro encontraremos situaciones peores. Encontrar culpables es el mejor recurso para no hacer nada, para acostarnos en pos del destino o pensar que alguien proveerá.

El pesimismo genera más pesimismo y la crítica destructiva igual. Generalizar al hablar de los jóvenes cuando deberíamos aprender de muchos de ellos, que al menos intentan ser creativos, siendo su futuro más incierto que el nuestro, es destruir más aún. Y sobre los “ninis”, ese querer conseguirlo todo sin esfuerzo, ¿acaso podemos evadirnos de la responsabilidad de su educación?.

Mientras tanto las élites de todo tipo no hacen sino enredar. De esta forma es fácil llegar a una situación de no color, de dejar nuestras vidas en manos de otros. Como no contrarrestemos desatando nudos, nos veremos cada vez más envueltos en ellos.

viernes, 17 de septiembre de 2010

158. Complacencias

Quería haber subido antes algo que escribí hace unos días, y venía pensando que ya estaba bien de autocomplacencia y de felicitaciones.

Pero me vais a permitir que siga en ello, se está verdaderamente agusto, para enlazar el blog de enric batiste y agradecer la entrada de ayer, 16 de septiembre, que ha dedicado a mi alias "nadie".

viernes, 10 de septiembre de 2010

157. Caracoleando





Como hoy cumple este blog tres añitos quiero dedicarle esta entrada a mi fotógrafo, Manuel Alonso, que para eso es el autor y porque la serie lo merece.

sábado, 4 de septiembre de 2010

156. Aprender

Siempre hay que recordar que no hace falta aprender lo que uno ya es capaz de juzgar. Por tanto, si sólo se quiere juzgar, ya no se puede aprender nada más.

Rudolf Steiner

lunes, 30 de agosto de 2010

155. Mudanza

Ya sé que me he vuelto pequeña, lo sé, y encorvada, y tengo frío hasta en verano, pero no hace falta que me envuelvas tanto, no me voy a romper. ¿Qué hacen ahí esas bolsas? No pretenderás también que viaje con vosotros. No, yo no quiero viajar, aquí estoy bien.¿Un desalojo? Pero ¿qué estás diciendo? Yo no me voy de mi casa, eso sí que no, pero ¿qué os habéis creído?

Me pareció ver su rostro transformado, como si adivinara el cambio que habría de sufrir ese entorno tan suyo.

Ahora, algo más lejos y ya instalada tras el cristal del armario, mientras observa lo que escribo, va apareciendo en ella esa mirada suya tan dulce que siempre ha reflejado su fotografía.

viernes, 20 de agosto de 2010

154. Impaciencia


Siempre cometo el mismo error, al escribir no describo, creo que el lector va a vislumbrar las imágenes con sólo algo de diálogo. No tengo paciencia para leer descripciones con excesivo detalle. Sí, ya sé que eso es un arte, pero a mí me aburre porque me impide construir mi propia película de imágenes en mi cabeza.

Me encanta el cine y las historias escritas y trasladadas a él con maestría. Y reconozco lo difícil que debe ser porque hice un curso de guión que tampoco acabé por impaciencia.

Releo el relato “La lengua de las mariposas” del libro ¿Qué me quieres, amor? de Manuel Rivas porque tengo el guión de Rafael Azcona (fue Goya al mejor guión adaptado en 1999).

También veré después la película que dirigió José Luis Cuerda basada en el mismo relato que trata de nuestra historia, esa que todavía nos ocupa, vista por los ojos de un niño.
Este relato es tan real y profundo que los ojos del niño son los del autor al relatar algunas frases como “Iban atados de pies y manos en silente cordada”. No me imagino a un niño diciendo esto último, pero es tan fácil confundir las voces cuando estás metido en la historia. Es un relato conciso, pero a la vez tremendamente descriptivo por la exactitud de las palabras que emplea, pero no exento de la poesía de Rivas como “La mariposa chocó con la bombilla, que se bamboleó ligeramente y desordenó las sombras”. Concreto en un hecho de nuestra historia reciente, pero expansivo porque aún no hemos cerrado las heridas.
El guión de la película lo completan dos relatos más del mismo libro “Carmiña” y “Un saxo en la niebla”.

Dice Manuel Rivas que los relatos “nacieron como ventanucos delante del enorme muro opresivo de nuestra historia” y que Rafael Azcona “hizo una admirable vidriera donde la vida late con pasión y vuela con alas tan frágiles como preciosas”.

Ahora disfruto descubriendo pasos que van de un arte a otro agarrada a esos hilos que en su día no aprendí por mi impaciencia. Y pienso en la paciencia que muchos han tenido para no desatar la ira del nudo de la historia.

jueves, 12 de agosto de 2010

153. Fuerza


Es asombroso ver cómo sentía Leonardo da Vinci la forma arquitectónica.

“Un arco –dice-, no es más que una fuerza causada por dos debilidades, porque el arco... se compone de dos segmentos de un círculo y cada uno de dichos segmentos, muy débil en sí mismo, desea caer y, dado que cada uno resiste la caída del otro, ambas debilidades se convierten en una única fuerza”.

¿No sería correcto afirmar que Leonardo da Vinci “interpreta” el arco porque en su imaginación se encuentra “dentro” del arco?

“Sobre la técnica de actuación”
Michael Chejov

miércoles, 4 de agosto de 2010

152. Transpiración


De donde venía, los cuerpos no transpiraban. Por eso se asombró al mirar sus manos. Era como una malla tupida de nudos brillantes.
Se dejó caer desde lo más alto. Más que nada por ver si la malla lo sostenía.

lunes, 26 de julio de 2010

151. Recorrido

Cuando hace mucho calor, hay veces que te privas de pasear por los sitios que te gustan. Un día te decides, y sin miedo al sol, como si de una mañana de invierno se tratara, caminas por las calles recogiendo imágenes como un turista más, eso sí, de tu ciudad.


Y pasas por los caños de Carmona sin rumor de agua, pero sí en un tramo restaurados, para adentrarte por infinitas callejuelas del centro, siempre al azar.
El calor ya aprieta al sol y encuentras sombras en la calle Lirio donde vivió Diego Martínez Barrio, Sevilla 1883- París 1962, presidente de la II República Española.

Y te refrescas entre callejuelas sombreadas, si no por colgaduras verdes, sí por toldos para acoger al paseante y hacer más amenas las compras.
Ella, la giralda, te espera siempre erguida en una perspectiva espléndida para avisarte que ya es la hora de la cervecita, tirada bien fría para aplacar la sed, en alguna bodeguita de sus alrededores.
Entra un grupo de rubios/as maduritos al establecimiento, uno de ellos comenta: aquí venía yo a los dieciocho años a comer jamón y ahora he querido traer a mis amigos –le dice el hombre muy contento a la chica, posiblemente de origen rumano.

Y es que volver siempre se quiere, por eso la ciudad, que a esta hora del mediodía ya respira fuego, te ofrece el abanico desde el suelo hasta el cielo.

viernes, 23 de julio de 2010

150. The Visitor


De cómo los deseos y las frustraciones nos acompañan durante nuestra vida porque no tratamos con las personas adecuadas: o no nos quieren, o no nos entienden o ambas cosas.

Así es como se nos muestra Richard Jenkins, nombre real del actor protagonista que hace un excelente trabajo en esta película, al que vemos cambiar al enfrentarse a los verdaderos problemas que sufren los inmigrantes. Hasta entonces fingía trabajar, hacía cosas para estar ocupado, llevaba una existencia de mirar sin ver.

Y de pronto el tono cambia a la par que el ritmo y se enfrenta al asombro que produce la injusticia, hasta llegar a gritar, a no entender; él que casi no hablaba.

La he visto dos veces y la he grabado. No es una comedia, no, pero sí es la vida, es la realidad y aunque duela hay que ser consciente de que es así y hay que rebelarse.

lunes, 19 de julio de 2010

149. Verano


El verano no es sólo calor y vacaciones...
El verano nos brinda o, mejor dicho, nos impone algunos animalillos nada agradables, como esos dragones, todo mandíbulas, que son los mosquitos; o ella, que tanto juego tiene en la literatura desde que Kafka la eligió para metamorfosearse.
Quién no se ha encontrado con esta visita inesperada en la noche o en la calle. Yo además las leo, bien en fragmentos de libros o en un principio de relato brillante de mi amiga Rosa. Y mira por donde, en los textos no me dan tanto asco.

Carmen M.Gaite
El cuarto de atrás

“Pulso con recelo el interruptor, y a un metro escaso de mis pies aparece una cucaracha desmesurada y totalmente inmóvil, destacando en el centro de una de las baldosas blancas, como segura de ocupar el casillero que le pertenece en un gigantesco tablero de ajedrez; lo peor es que no se mueve, aunque es evidente que cuenta con mi presencia como yo con la suya, de ahí le viene la fuerza, su designio parece cortarme el paso. No sé el tiempo que nos mantenemos paralizadas una frente a otra, como intentando descifrar nuestras respectivas intenciones; yo, al cabo, descarto las del ataque y opto por las de la huida...”

Rosa G. Guerra
Brillo

“No veas tú, brillo, lo guapa que te voy a poner. Esto te pasa por volver como vuelves, todos los veranos y nunca se termina contigo. Ya te lo avisé, que no te comieras todo lo que vieras por el suelo; recuerdo perfectamente que por aquel entonces yo tomaba unas pastillas para el corazón y cuando estaba Nero, que es el perro, si se me caía alguna pastilla al suelo, rápidamente la recogía para que no se la comiera, pero claro, cuando Nero se fue llegaste tú, te llamé brillo porque, y a pesar del asco que da verte, resulta que siempre te he visto muy limpia y brillante...
No sé... pienso que te has ganado a pulso tu osadía, tu valentía, el buen uso que has hecho de tu fama de asquerosa, de ese llegar y saber estar sin que nadie lo note a sabiendas de las reacciones que provocas. Te digo todo esto porque ya después de tantos años, me resultas familiar. En el fondo siempre he envidiado lo que se dice de ti con seguridad y repetición: que sobrevivirías a un ataque nuclear y ese dato siempre lo he tenido en cuenta porque sobrevivir es muy poderoso y esto me ha hecho pensar que por este motivo, tienes que tener un carácter muy risueño: te tienes que reír de muchas cosas, sobre todo de nosotros, los de dos patas y que dicen que pensamos...”


Clarice Lispector
La pasión según G.H.

“La cucaracha con la materia blanca me miraba. No sé si me veía. No sé lo que ve una cucaracha. Pero ella y yo nos mirábamos y tampoco sé lo que una mujer ve. Pero si sus ojos no me veían su existencia me existía - en el mundo primario donde yo había entrado, los seres existen a los otros como forma de verse. Y en ese mundo que yo estaba conociendo, hay varias formas que significan ver: uno mira al otro sin verlo, uno posee al otro, uno come al otro, uno está sólo en un rincón y el otro está allí también: todo eso también significa ver. La cucaracha no me miraba con los ojos sino con el cuerpo”.