sábado, 15 de junio de 2024

629. Nada crece a la luz de la luna

 

De este libro me atrajo, no solo el título, sino su planteamiento inicial. De haberlo leído durante mi curso de Creación literaria, me hubiera servido de inspiración para hablar sobre “la chica del paraguas rojo”. Pero hubiera sido más banal. No como esta chica de la estación con su maleta roja que se va con un desconocido, pasean, entran en su casa y después de unas copas lo pone en una tesitura: 


“Podrás tener mi cuerpo. O mi alma. Tú eliges -dijo”. Y él elige conocerla, aunque ella le advierte que le llevará toda la noche contarle su historia. “Necesito tiempo, pues tengo que pensármelo para no mentir. Ya no quiero mentir más, ni callar más. Estoy muy acostumbrada a mentir, ¿sabes?” Página 19.


La lectura de Torborg Nedreaas atrapa en sus primeras páginas para introducirnos en el relato de la vida de una joven en un ambiente asfixiante, pobre, típico de posguerra, lleno de prejuicios y donde una historia de amor atraviesa el relato y deja casi sin respiración en su final. Recuerdo que tenía ganas de acabar su lectura, sin embargo, es un libro, yo diría, que necesario por las verdades que ignoramos si no nos tocan de cerca, pero que cada día siguen pasando.

5 comentarios:

Loam dijo...

"Podrás tener mi cuerpo. O mi alma. Tú eliges -dijo".

Cariño, no soy Salomón. Me quedo con ambos, mi amor no conoce cuchillo -le respondí.

Un saludo entero y verdadero.

Anónimo dijo...


e-emege

Los libros se alimentan de renglones, beben de sus historias y respiran el aroma de las páginas. Las lectoras suelen leer hasta la última página y cierran el libro. Por unos instantes, sus miradas están perdidas. Reflexionan sobre el contenido.

Besos.

Teresa dijo...

Creo que me gustaría este libro. Besos.

ethan dijo...

Es verdad que el planteamiento inicial atrae. También el título y su conclusión: las cosas necesitan del sol para crecer. Bellas metáforas para una lectura que promete buenas sensaciones.
Abrazos!

Isabel dijo...

Gracias por pasar por aquí, los comentarios siguen siendo el alimento de los blogs, aunque las redes lo ocupan casi todo, yo sigo prefiriendo este espacio.