Ricardo Piglia, ese
nombre lo escuché por vez primera hace años…, casi al final de un
curso de escritura creativa y su tesis sobre el cuento me
enganchó. No había leído nada de él pero como ya navegaba por Internet busqué todo lo que pude.
Eso pasa con algunos
escritores y es lo que más me gusta: la búsqueda, ese preguntarme
¿qué habrá querido decir?
-Un cuento
siempre cuenta dos historias.
-Un relato
visible esconde un relato secreto.
-Cada una de las
dos historias se cuenta de un modo distinto.
-Lo que es
superfluo en una historia, es básico en la otra.
-El cuento es un
relato que encierra un relato secreto, la historia secreta es la
clave de la forma del cuento.
-Lo más
importante nunca se cuenta. La historia secreta se construye con lo
no dicho, con el sobreentendido y la alusión. Usa con tal maestría
el arte de la elipsis que logra que se note la ausencia de otro
relato.
Y así sigue con su tesis, y es
ahí, en la maestría donde está el quid de la cuestión y para eso
Piglia nos remite a sus maestros y los caminos se multiplican en ese
aprendizaje que trato de buscar. Porque ¿no es quizás el cuento el
género más difícil?
Por
ese tiempo yo no había leído ningún libro de Piglia, pero sí comprobé en
sus entrevistas las vueltas que él daba a la forma de las
novelas. Una novela primero tiene que estar bien escrita
y además tiene que contar una buena historia.
Y hablaba en ellas también sobre la forma: "¿recuerdan
la escena de Anna Karenina en el tren leyendo y una luz en la cabina
que le ilumina el libro?", en lo que nos fijamos es en cómo el
autor ha construido esa escena.
Sí,
vale, pero ¿y la historia?, porque no son todas tan buenas como
está, en eso estaréis de acuerdo.
Escribo en la cocina de mi casa y veo una bonita forma, una orza de
cerámica que puede contener multitud de cosas; ahora sirve para
guardar útiles de cocina, pero en su tiempo guardaba el lomo de
cerdo en manteca “colorá” que provenía de la matanza del cerdo
que hacía una amiga de mi madre. Ese olor, sabor, residuos de
chicharrones que te encontrabas al terminar el contenido…
Las
buenas historias también se recuerdan como una sinestesia de olores
y sabores dependiendo de su forma y contenido, como las de Piglia.
Y,
claro, si intentas aprender
a escribir y te gusta investigar, ¿cómo no te vas a enamorar de sus
opiniones, de sus libros. Y es cuando lamentas que se vayan tan
pronto estas personas que tanto enseñan con su quehacer.
Para saber más
sobre su tesis sobre el cuento:
http://biblio3.url.edu.gt/Libros/T_s_cuento.pdf