domingo, 2 de octubre de 2016

419. Golpes de pecho

Andaba yo hoy tendiendo la ropa en mi azotea y comenzaron a sonar las campanas de la iglesia llamando a misa como todos los domingos.
Y vino a mi memoria una imagen de mi niñez unida a mi extrañeza de ver cómo se golpeaban el pecho en esa fibrilación arrebatadora.


Y no pude evitar pensar que igual a muchas personas hoy les daba un infarto de felicidad, al comprobar que todo podía seguir y seguir sin cambios en el horizonte.

Firmado: Yo no soy Susanita  

6 comentarios:

ÍndigoHorizonte dijo...

Yo tampoco, Isabel. Yo tampoco lo soy.

Esto es...

Isabel dijo...

Indigo, para coser primero hay que saber coger la aguja y no lo han demostrado. Es de vergüenza que estemos como estamos. Hasta la tijera la han usado fatal.
Abrazos.

virgi dijo...

Son unos desvergonzados y ahora parece que no han hecho nada.
Bueno, aquí vengo, querida Isabel y te dejo un abrazo grande.

Isabel dijo...

virgi, para mentir como mienten la ética se les fue escalera abajo desde hace bastante tiempo.
Me alegra mucho tu visita.
Un fuerte abrazo.

Ernesto. dijo...

Sí, más que coser y cortar lo que realmente sucede, y quieren, es un remiendo a la totalidad que creen ser… Pero que ya no son!

Y no es difícil observarlo más allá de los juegos de manos con que insisten en mantenerse. Y que se les mantenga!

No hay personaje “publico” que no salga en los medios con la casi imposible tarea de decir lo que no sienten y ocultar lo que quieren.

Que está partido en dos, sin duda. Que vayan a recomponerlo, difícil. Que es un punto de inflexión en la sociedad, el tiempo lo dirá.

Un abrazo.

Isabel dijo...

Es tiempo de limpieza, Ernesto, como en los pueblos en esta época del año, para que el invierno nos coja limpios de polvo y paja, jejeje...
Gracias por tu tiempo.