“El arte no es como la vida. El arte no puede ser como la
vida, porque en la vida la mayor parte de las personas no saben lo que quieren.
Pero el actor debe saber siempre lo que quiere el personaje. ¡El personaje debe
tener siempre objetivos netamente definidos!”.
Y Chejov iba incluso más lejos. Decía:
“Para el actor, no basta con tener simplemente un objetivo,
ni siquiera sentir un tibio deseo de algo.
Debes visualizar el objetivo como si
se realizara constantemente..., es la visión del objetivo que se realiza lo que
crea el impulso para un intenso deseo. Esto es lo que le dará vida a tu papel”.