miércoles, 31 de agosto de 2011

212. Evolución

¡Zas!

Martín, si sigues prestando más atención al vuelo de esa mosca que a mi explicación en clase, te estamparé esta paleta de madera en tu pequeño culo. -Eso me dijo mi maestra con los ojos saltones, la piel pringosa y pegando en mi pupitre un golpe tan fuerte que me hizo botar del asiento.

¡Zas! ¡Zas!

Cómo me gusta cuando al segundo paletazo el cuerpo sale despedido, y la cabeza se queda enganchada en un agujero de la red de mi matamoscas de diseño italiano. Los ojos son igualitos que los de la gruñona profesora de mi infancia.


La imagen está tomada de internet.

35 comentarios:

Mar dijo...

AGgggggg! Casi me muero de asco cuando he visto esta foto! Sí algunos disfrutan matando moscs y otros insectos y viendo cómo se parten. No lo entiendo. Mi hermano disfrutaba apuntándolos con un tirachinas y... los vidrios quedaban los restos de lo que había sido un insecto volador. He visualizado el recuerdo con este texto tuyo. Además de una clase soporifera.
Un abrazo

ethan dijo...

Evolución... y metamorfosis, al menos en el pensamiento, como se convirtió la maestra en la mosca, de cazador a cazado. Buen relato!

Susana Camps dijo...

Caramba, qué contundencia... Desde luego no es un relato que deje indiferente. No recuerdo otro dedicado a las moscas ni tan sutilmente vinculado a la venganza.
Abrazos.

Elvira dijo...

A mí no me pasa eso, jaja! Se chafa la mosca y se pega toda ella a la paleta o sale despedida entera.

Buen relato, Isabel. Besos

Isabel Martínez Barquero dijo...

Un micro tierno, aunque la foto...
Bonito, Isabel.
Abrazos.

(P.S.- En cuanto a lo que me preguntaste sobre si he visitado el Museo de Julio Romero de Torres en Córdoba, no lo he hecho, pero me encantaría ir. A ver si algún día puedo escaparme para allá)

Josep Vilaplana dijo...

Recuerdo que los curas de mi lejanísima infancia revoloteaban a mi alrededor como moscas sin alas. A diferencia de estos molestos insectos, el invierno no podía con ellos. Debe de ser por este motivo que me convertí en un cazador sin escrúpulos -pala no uso, pero me he especializado con los suplementos de economía de El País-

Un abrazo en vuelo.

virgi dijo...

De mosca a humano.
Vaya un salto evolutivo.
Me has hecho sonreír.
Besos

Freia dijo...

¡Caray, Isabel, la veo a Vd. Un poquito sádica! Jajaja.

Un abrazo fuerte,

VERONICA LEONETTI dijo...

A mi me fascinan tantos ojos al mismo tiempo.
Pero si que hay un par de profesoras de la infancia a las que prefiero no recordar.

Pilar Vidal Clavería dijo...

Uff!!! me ha recordado la contundente frase: te estamparé contra la pared, ciertamente paralizaba.

Besos

Sue dijo...

Jajaja!
Dan mucho asco pero los insectos son fascinantes y la base de la conservación natural. Sin abejas, por ejemplo, el planeta estaría muerto.
Yo de pequeña no los mataba, los cuidaba y coleccionaba. Ahora tampoco pero supongo que el antimosquitos alguno se habrá cargado...

La foto me ha recordado a Kafka...

Un abrazo Isabel.

Myriam dijo...

jajajjajajajaja

Un beso, Isabel, inicio mis vacaciones hoy. Ya.......

Marta dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marta dijo...

¡Madre mía!
Esa foto tan de cerca de esa mosca me ha dejado así: %D
Jajajaja
¡Demasiado cerca para mí!

La historia genial. Igual de impactande a la vez que divertida.
Volveré por aquí!!
Un abrazo!

http://vivoenunmongui.blogspot.com/

Tempus fugit dijo...

¡Ojazos tenía tu profe! :)



besos

NáN dijo...

Mirar moscas parece una actividad esencial de tu vida, aunque la evolución te haya transformado de paleteada en paleteadora.

Buenísima contraposición.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Todos somos un poco bichos evolucionados...

Saludos y buen fin de semana.

andandos dijo...

Contada de manera directa, sin remilgos, con poca crueldad, aunque la mosca no debe de pensar lo mismo que yo.

Saludos, Isabel

LA ZARZAMORA dijo...

Me hiciste pensar al leerte en este poema de Prévert... Le cancre.

Le cancre

Il dit non avec la tête
Mais il dit oui avec le coeur
Il dit oui à ce qu'il aime
Il dit non au professeur
Il est debout
On le questionne
Et tous les problèmes sont posés
Soudain le fou rire le prend
Et il efface tout
Les chiffres et les mots
Les dates et les noms
Les phrases et les pièges
Et malgré les menaces du maître
Sous les huées des enfants prodiges
Avec des craies de toutes les couleurs
Sur le tableau noir du malheur
Il dessine le visage du bonheur.

Jacques Prevert

Pobres profes!!!

Besos, Isabel.

alba dijo...

Yo tuve una profesora mala que tenía cara de caballo y relinchaba y nos daba coces con la palabra. Afotunadamente, también tuve profesores-pájaro que me enseñaron a volar. :)
Un abrazo.

Isabel dijo...

Mar, lo siento, sé que es fuerte, pero este verano estoy conviviendo con ellas, esas pesadas moscas y tenía que inventarme algo. Si analizas cómo matarlas, esta forma que escoge Martín, el protagonista, es la más rápida.
Otro abrazo para ti.

ethan, evolución en cuanto a la mosca de la fruta, he leído que se estudian enfermedades como Parkinson o el Alzheimer a través de ella. Gracias y saludos.

Susana, estuve pensando si ponerle venganza como título, pero me parecía más fuerte todavía.
Besos.

Elvira, es un alivio encontrar que hay quien las mata también, me estaba pareciendo que sólo yo tenía instinto asesino, jaja...
Besos.

Isabel, tierno supongo lo dirás con sentido irónico y sí la foto es...
Me gusto porque los ojos tamién los utiliza para planear la huida, junto con la estrategia de su vuelo.
Besos

Isabel dijo...

Josep, muy bueno, esos ni con agua caliente.
Yo este verano me estoy convirtiendo en una experta en moscas. Son un agobio, cómo no, he leído que cada diez dias hay otra generación, así que de todas formas somos depredadores...
Gracias y otro abrazo, pero sin paleta.

virgi, si has sonreído a pesar de como está el patio, me siento recompensada.
Besos.

Freia, sí, toda la razón. ¿Alguna vez ha estado Vd. guisando y las moscas quitándole la vez a los demás en cuanto a probar la comida? Y eso sin saber dónde se han posado antes.
No me averguenza decir que soy una maestra en acabar con ellas, incluso enseño a los más jóvenes, porque no es fácil, no se crea.
Un abrazo.

Vero, a mí también, y por lo demás, sí ¿quién no ha tenido alguna que otra experiencia parecida?
Besos.

Pilar, es cierto, esa frase ya forma parte del imaginario.
Un abrazo.

Sue, como he dicho antes, me ha sorprendido mucho todo lo que he averiguado sobre las moscas. Y, sí, necesarios, pero ¡qué pesadas son!
Besos.

Isabel dijo...

Myrian, me alegro de que te haya hecho gracia.
Felices vacaciones y besos.

Marta, impresiona un poco, sí.
Vuelve cuando quieras, no tendría sentido escribir sin vuestros comentarios.
Besos.

De cenizas, y que lo digas (risas).
Más besos para ti.

NáN, eso le pasaba a Martín, pero es verdad, ¿quién de pequeño no ha obsevado el vuelo de las moscas o el andar de las hormigas? Es todo un aprendizaje.
Gracias y besos.

La sonrisa, cierto. Siento el retraso en contestar, pero como los fines de semana no se acaban, que pases bien el próximo.

Isabel dijo...

Zarzamora, grcias por tu tierno poema, no lo conocía.
Abrazos.

(*, hubo un tiempo en que había sólo un profesor para todas las asignaturas, y eso habría que recordarlo más de una vez porque lo de ahora aunque no estemos contentas es mucho mejor. Tú tuviste la oportunidad de volar. Lo describes hermoso.
Besos.

Isabel dijo...

José luis, me salté el orden.
Gracias por tus observadoras palabras. Me temo que no le doy tiempo a pensar.
Saludos.

Miguel Baquero dijo...

Una pequeña venganza, sí señora. Y yo no sé si soy un pequeño homicida frustrado, pero soy de los que disfrutan con un matamoscas en la mano persiguiendo a los malditos insectos voladores

Isabel dijo...

Miguel me alegra verte de vuelta. Yo la verdad, lo que es disfrutar no, pero las persigo y las pongo verdes a las que no son, claro.

Isabel Barceló Chico dijo...

Ja, ja, no le des ideas a doña Espe, que es capaz de regalar matamoscas de diseño italiano a todos los escolares de Madrid para que se carguen a sus maestros... Besitos, guapa.

Isabel dijo...

Isabel,no pretendo, jeje...
A los maestros cuidarlos y a muchos hacer que se actualicen, la paleta confío haya quedado en el olvido. Espero no quede ninguno/a como el de Martín.

Un gusto verte por aquí después de tus vacaciones. Ya hay ganas de ver cómo evoluciona tu historia que nos tiene atrapados.
Un abrazo.

Ofelia Gasque Andrés dijo...

No he podido evitar recordar que Don Alfredo cumplía diariamente sus amenazas con reglas de distinto tamaño en nuestras manos y cabecitas. Hasta que a los doce años le devolví lo que daba. Directa al despacho del Director, mi madre a mi lado y nunca mas volvió a estampar nada en nuestros cuerpos.
Lo peor es que era lo normal.
Ojalá hubiese sido solamente un gruñón.
Ahora estoy viendo su cabeza adornada con un diseño Armani.
Como siempre, inspiradora.
Un gran abrazo guapa***

Lucía dijo...

Jajaa. Qué animal más puñetero y pesado, ¿verdad? Y qué comparación más graciosa, jaja.

Besos

Inma Cañete dijo...

Ese flashback tan bien utilizado!!

Isabel dijo...

Ofelia, me encanta tu comentario porque corrobora lo que existía... Te alabo a ti y a tu madre por hacerle frente.
Gracias y un fuerte abrazo.

Lucía, ¡cómo lo sabes!
Menos mal que te ha hecho gracia.
Me encanta esta diversidad de opiniones.
Besos.

Ladelmedio, es lo que justifica, en cierto modo, el posible trauma y por ello la venganza.
Besitos.

emege-e dijo...

Yo también suelo ir de caza con mi "papamosca" al mediodía.Según he leído "la mosca invade todas las literaturas y, claro, donde uno pone el ojo encuentra la mosca", de la obra "Movimiento perpetuo" de Monterroso. Amiga, por nuestra inquietud hacia el mundo de las letras creo que deberíamos firmar la paz con estos animalitos. Un cariñoso choque de alitas.

Isabel dijo...

emege, lo del papamoscas me ha hecho gracia. Pues, venga, a seguir cazando a las pesadas.

Besos.