lunes, 19 de julio de 2010

149. Verano


El verano no es sólo calor y vacaciones...
El verano nos brinda o, mejor dicho, nos impone algunos animalillos nada agradables, como esos dragones, todo mandíbulas, que son los mosquitos; o ella, que tanto juego tiene en la literatura desde que Kafka la eligió para metamorfosearse.
Quién no se ha encontrado con esta visita inesperada en la noche o en la calle. Yo además las leo, bien en fragmentos de libros o en un principio de relato brillante de mi amiga Rosa. Y mira por donde, en los textos no me dan tanto asco.

Carmen M.Gaite
El cuarto de atrás

“Pulso con recelo el interruptor, y a un metro escaso de mis pies aparece una cucaracha desmesurada y totalmente inmóvil, destacando en el centro de una de las baldosas blancas, como segura de ocupar el casillero que le pertenece en un gigantesco tablero de ajedrez; lo peor es que no se mueve, aunque es evidente que cuenta con mi presencia como yo con la suya, de ahí le viene la fuerza, su designio parece cortarme el paso. No sé el tiempo que nos mantenemos paralizadas una frente a otra, como intentando descifrar nuestras respectivas intenciones; yo, al cabo, descarto las del ataque y opto por las de la huida...”

Rosa G. Guerra
Brillo

“No veas tú, brillo, lo guapa que te voy a poner. Esto te pasa por volver como vuelves, todos los veranos y nunca se termina contigo. Ya te lo avisé, que no te comieras todo lo que vieras por el suelo; recuerdo perfectamente que por aquel entonces yo tomaba unas pastillas para el corazón y cuando estaba Nero, que es el perro, si se me caía alguna pastilla al suelo, rápidamente la recogía para que no se la comiera, pero claro, cuando Nero se fue llegaste tú, te llamé brillo porque, y a pesar del asco que da verte, resulta que siempre te he visto muy limpia y brillante...
No sé... pienso que te has ganado a pulso tu osadía, tu valentía, el buen uso que has hecho de tu fama de asquerosa, de ese llegar y saber estar sin que nadie lo note a sabiendas de las reacciones que provocas. Te digo todo esto porque ya después de tantos años, me resultas familiar. En el fondo siempre he envidiado lo que se dice de ti con seguridad y repetición: que sobrevivirías a un ataque nuclear y ese dato siempre lo he tenido en cuenta porque sobrevivir es muy poderoso y esto me ha hecho pensar que por este motivo, tienes que tener un carácter muy risueño: te tienes que reír de muchas cosas, sobre todo de nosotros, los de dos patas y que dicen que pensamos...”


Clarice Lispector
La pasión según G.H.

“La cucaracha con la materia blanca me miraba. No sé si me veía. No sé lo que ve una cucaracha. Pero ella y yo nos mirábamos y tampoco sé lo que una mujer ve. Pero si sus ojos no me veían su existencia me existía - en el mundo primario donde yo había entrado, los seres existen a los otros como forma de verse. Y en ese mundo que yo estaba conociendo, hay varias formas que significan ver: uno mira al otro sin verlo, uno posee al otro, uno come al otro, uno está sólo en un rincón y el otro está allí también: todo eso también significa ver. La cucaracha no me miraba con los ojos sino con el cuerpo”.

16 comentarios:

Jenn Díaz dijo...

Me han gustado mucho los fragmentos. Además es la segunda vez que citas El cuarto de atrás en poco tiempo y me trae tan buenísimos recuerdos.
Eso sí, no conozco a Rosa G. Guerra y, estando entre las que está, voy a investigar.
Un abrazo.

Isabel dijo...

Fusa, qué alegría verte por aquí, me alegro que sea Carmen quien te ha traido.
A mi amiga Rosa, no la vas a encontrar porque no tiene nada publicado, excepto, en las recopilaciones de textos que haciámos en el taller.
Gracias y otro abrazo.

giovanni dijo...

Se puede hablar de muchas maneras, a alguien que está, a alguien que no está, a un animalito, en forma de yo (Carmen y Clarice), en forma de tú (Rosa)... Aquí falta la forma de él o ella, pero no tiene importancia. Lo que tiene importancia es el hablar.
Un abrazo

Ofelia Gasque Andrés dijo...

Ya sé que se comen la grasa de la cocina, con lo que podríamos ahorrar en Fairy, pero es el único animal que me pone los pelos de punta. AGHS¡!¡

Besos**

iliamehoy dijo...

Nada más empezar a leerte me vino a la mente el libro de Clarice Lispector. Sobrecogedor!!!.
Una forma muy bonita de mostrarnos algunas visiones y versiones de este ser que sigue provocándome asco....
Una sonrisa

emege-e dijo...

Enhorabuena por el post. Has sabido conjugar tres versiones de este "pequeño monstruo" que tanto me repele. En el fragmento de nuestra amiga Rosa, hasta se le empieza a querer. No se me olvidará la primera vez que lo leyó en clase. A ver si la animas para que cuelgues el del otro "animalito".Besitos.

Isabel dijo...

Sí, giovanni, hablar y escuchar. Y leer, me encanta leer, y en esta época disfruto leyendo y releyendo. Como estos textos que tienen una forma y contenido peculiar.
Otro abrazo.

A mí también, Ofelia, por eso no las nombre en el título, pero quería resaltar los textos. Más besos.

iliame, Clarice con sus palabras siempre sobrevuela lo evidente, como estos animalillos de andar por casa. Un beso.

emege-e, con el del pulpo llegué tarde, pero es verdad lo que dices: puedes hasta quererla por como le habla.
Abrazos.

Elvira dijo...

Me han gustado mucho más los textos que los bichos en sí... cuando pisas una sin darte cuenta.... arghhhh!!!

Un beso

Lucía dijo...

Yo añadiría:
Las moscas de Antonio Machado

"Vosotras, las familiares,
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.

¡Oh viejas moscas voraces
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!

¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!

Y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas,
perseguidas
por amor de lo que vuela,
—que todo es volar—, sonoras
rebotando en los cristales
en los días otoñales...
Moscas de todas las horas,
de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,
que da en no creer en nada,
de siempre... Moscas vulgares,
que de puro familiares
no tendréis digno cantor:
yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los párpados yertos
de los muertos.

Inevitables golosas,
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
me evocáis todas las cosas."

Saludos :)

Miguel Baquero dijo...

Yo no entiendo por qué la gente le tiene tanta grima a las cucarachas. Hombre, muy guapas no son, eso es verdad, pero mi hermano, que tiene cuarenta años y mide casi dos metros, cuando ve una como que se aterroriza y pide a otro que la mate. Y si oye el chasquido del cuerpo aplastado como que se pone malo...

Isabel dijo...

Sí, Elvira, yo no soy capaz.
Otro beso.

Lucía, bienvenida y gracias por dejar estas moscas, persistentes ellas también.
Besos.

Miguel, me alegra saber que también hay hombres que no les gustan.
En realidad, no son feas y no nos hacen nada, es nuestra imaginación asesina que ¡aggg! ese chasquido...

andandos dijo...

A mí tampoco me gustan, pero reconozco que mis hijos hacían experimentos con ellas y se lo pasaban muy bien, mis hijos, quiero decir.

Saludos

andandos dijo...

Hola, Isabel. ¿Conoces "Mi familia y otros animales"?

Saludos

Freia dijo...

Pues a mí, querida Isabel. A pesar de lo que me han gustado los textos, no puedo remediarlas.
Pero me ha encantado que las uses como excusa. Es la única forma en que me desagradan un poquito menos.

Un beso bien fuerte, y espero que hayas podido sobrevivir a esta ola de calor veraniego que por aquí nos ha tenido agotados.

Freia dijo...

Quería decir soportarlas, no remediarlas.
Más besos

Isabel dijo...

José Luis, el de Gerald Durrell, sí lo conozco, es genial.

Freia, creo que este verano lo voy a recordar un tiempito y no es que no estemos acostumbrados por aquí, sino que depende de la actividad que tengas se nota más o menos.
Gracias por atreverte con los textos.
Un abrazo.