Tenía pensado hablar de cine, es más, llevo toda la semana intentando escribir, pero, a veces, sucede que las palabras se quedan en el aire porque no encuentro el momento de fijarlas. Las llevo dentro dando vueltas. Tantas que, al recordarlas, incluso han perdido color y se han sintetizado ellas mismas presionadas por nuevos acontecimientos. Incluso se pelean por salir y se quitan la vez como en la cola del pan.
-Me tocaba a mí y no me voy a quedar para el final, ¡estuviera bueno! No me he llevado ni una estatuilla y quiero que hable de mí como tenía pensado.
-Vale, vale, sólo porque ¡eres tan guapo!
No, no es de guapura, aunque el protagonista de "Up in the air", George Clooney, la tiene. No es del protagonista de quien quería hablar, sino del punto de vista de su director, Jasón Reitman. Afronta en esta cinta un tema duro y actual (un experto en despedir a gente, contratado de forma externa por otras empresas para reducir personal). A pesar de ello, lo hace con una naturalidad, ironía y un cierto sentido del humor, y a lo largo de la película nos hace sonreír.
La elegí para verla porque este joven director lo había sido también de "Juno". Aquí la protagonista es una chica que con 16 años se queda embarazada y decide afrontar ella sola su decisión de seguir o no adelante y darle la solución mejor.
En ninguna de las dos me defraudó. Es por esa naturalidad, esa forma de convertir los problemas en algo sencillo, no sin esfuerzo, y ahí es donde admiramos el trabajo de los actores.
Y hoy desayuno con la noticia de la muerte de Miguel Delibes. Me da rabia que los medios parecen esperar la muerte de una persona para ponderar y exhibir todo lo que fue. ¿No sería mejor decirle todo en vida para que se fuera más feliz? Y despedirlo como la persona que se va hubiera preferido.
Me ha gustado especialmente lo que de Miguel Delibes ha dicho Gustavo Martín Garzo esta mañana en la radio:
"Tenía la virtud de nombrar las cosas con un lenguaje transparente. Hacerlas presentes".
Esto último es muy importante al escribir teatro, porque el actor tiene que retomar una y otra vez esa palabra y presentarla al espectador como una verdad reciente, capaz de convencer y emocionar.
Y es que Miguel Delibes, como ha dicho también el ministro de Educación Ángel Gabilondo: "Seguía y perseguía la palabra". Esa que, ahora, nos queda en sus obras.
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12 comentarios:
Ojalá saliera en las noticias las cosas buenas como las más importantes, y no servir el morbo de la muerte en una bandeja de plata a los espectadores.
Ahora dicen frases hechas, que quedan bien pero que estoy segura que nacen de bocas ignorantes por eso de los cinco minutos de gloria..
Resignarse o morir, no queda otra, pensé...Pero ahora que te leo estas líneas, se me dibuja una sonrisa en el semblante. Seguro que Don Miguel Delibes se siente muy honrado por tanto talento recordado...
Felicidades, tienen un talento natural con las palabras impresionante. De verdad que es un gusto leerte. (Perdoname, ahora veo que escribí demasiado)...
Un saludo guapa :)
Bueno, esta vez no estoy totalmente de acuerdo. En primer lugar, porque de Delibes se dijeron muchas cosas, y muy buenas durante toda su vida. Mejor todavía, se le permitió hablar, decir, de aquellas cosas que sabía mucho.
Con respecto a la muerte, el segundo acto importante de los dos hechos importantes de toda vida, soy partidario de mantener todas las tradiciones de acompañamiento. Siempre voy al tanatorio cuando toca (la he conocido mucho del otro lado y sé que se agradece). Y cuando muere un artista importante, creo que estos cuadernillos son importantes. Para la familia, sobre todo. Pero también para los que no sabemos y podemos ver un resumen de su obra.
La muerte es importante y hay que "celebrarla".
Es verdad , muchos sabrán ahora qué cosas escribió .
Siempre lo mismo .
Delibes seguro que diría que mejor tarde que nunca , sin aspavientos .
Así mismo.
Un beso.
Todavía hay mucha gente que no habia leido nada de él. Espero que ahora lo hagan.
Perseguía la palabra y la mimaba.
Musaraña, puedes escribir lo que quieras, me interesan mucho vuestras opiniones y te agradezco la tuya.
Me gusta que no estés totalmente de acuerdo NáN, así os conozco y así aprendo.
Por eso, porque me gusta aprender, me gustaría que se hablara más aún de esa cultura que destilan personajes como él y que, en vez de tantas chorradas de programas de TV que ven la mayoría, le dieran más la palabra a ellos cuando aún están aquí, entre nosotros, además de todos los homenajes que se merecen.
Me gusta mucho lo que dices, Reyes, "sin aspavientos".
Un beso también para ti.
Yo también lo espero, Elena, porque su palabra es sencilla, llega a todo el mundo y le ha cundido.
Con respecto a la película, Juno me encantó pero esta última no tanto, aunque la idea de ambas puede tener la misma raiz. Pero el mundo ejecutivo, sea como sea, en realidad no me apasiona y creo que por eso no la vi con entusiasmo (tampoco George me entusiasma mucho, así que...).
Delibes. Me acompañó mucho de pequeña (El príncipe destronado, por ejemplo, lo leí alrededor de 20 veces). Sólo hay que nombrarlo para que vuelva.
(Ayer vi a Dani!)
Lara, ¡y yo que me acordé de ti!
Pensé, quizás esté allí.
A mí también me gustó más Juno, la he visto más de una vez y se la he puesto a mis amigos para que apreciaran la frescura que despide la cinta.
Es verdad, El príncipe destronado, ¡qué bueno!
Muchos besos y gracias por tu interés.
A mí lo que me causa un poco de vergüenza ajena es el modo como los políticos se dan ahora de codazos por salir en la foto, y ya tengo contados a más de tres que han dicho que Delibes, por supuesto, era su autor de cabecera.
Me sentí identificada con tu introducción, porque así llevo dos semanas. De hecho estuve a punto de publicarlo como telegrama. Quizá me anime.
Las películas que mencionas me gustaron. Recomendables.
Y de acuerdo con lo que dices sobre Delibes.
Un placer conocer tu casa.
Abrazos agradecidos.
Anda que no, Miguel, eso siempre ocurre.
Gracias, Clarice, por tu visita y bienvenida.
Besos
A mi se me atragantaron las ratas en el instituto y luego siempre lo miré de reojo, jeje, y con un poquito de asco por aquellos recuerdos. Pero hace unos meses hizimos las paces cuando me puse a escribir relatos y entonces, en todos salía la tierra, me aconsejaron que lo leyera para ambientarme, pero más que ambientarme sus relatos me devolvieron la memoria.
Su castellano siempre me olió a ces.
Un abrazo
Es un buen modelo.
Otro para ti, Mimí.
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