sábado, 30 de enero de 2010

119. El mismo amor, la misma tumba

“Doña Sara murió y la enterraron
un par de años después la siguió su suegra María
pusieron su ataúd sobre el de ella
la tumba se convirtió en un dúplex
aventé flores antes y después del descenso de la abuela
volví a escuchar las cadenas
volví a ver la tierra amontonándose sobre Ella

siempre peleaban
ambas quisieron al mismo hombre a su modo
al final siempre es la forma lo que complica las cosas

Doña Sara seguro intentó darse la espalda
aunque eso significara yacer boca abajo por el resto de la eternidad
los mejores años de la muerte de Sara (estoy seguro)
fueron previos a la mudanza de la suegra".

Omar Pimienta

De su obra 'Escribo desde aquí' X Premio de Poesía Emilio Prados.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito, ¿no? Y qué punto de humor tan guay. Besitos.Uva

Isabel dijo...

Sí, Uva, encontré muy original esta forma de tratar el tema, de contarlo.

Besitos

emege-e dijo...

¿Y de que les sirvió a ambas estar encontradas durante la vida, si después iban a "vivir" juntas en ese pequeñísimo apartamento situado en el barrio de la Muerte, además, las incomodidades de Dª Sara? ¡Cuanto tiempo perdieron...! Moralejas de la vida. Besitos.

Isabel dijo...

Huy, emege-e, ¡si eso se supiera!

Más besos