Sigo con árboles por hacer mención al verano de incendios que llevamos. Disculpad si no sé coser versos, voy caminándolos interiormente, me dejo llevar por la aguja.
No hay nada que disculpar. El árbol merece todo eso y más. Yo sigo apesadumbrada por todos los incendios en mi pequeño paraíso zamorano... hoy, sin ir más lejos, el tronco de un viejo roble ha vuelto a arder (después de dos semanas de haber apagado ya el incendio por el que fuimos desalojados de la aldea). De nuevo, hemos oído los helicópteros, entrevisto a las cuadrillas trabajando arriba, en el monte. Afortunadamente, han logrado apagarlo, pero el roble debe llevar muriendo y llorando dos semanas y sin duda no se merecía morir calcinado como tampoco el resto del campo zamorano (y no solo) que ha quedado tan devastado. ¿Aprenderemos alguna vez?
Índigo, espero y deseo que haya pasado el susto de este verano que no ha sido poco con tantos lugares ardiendo. Ya parece que cambia el tiempo, ¡qué ganas que llegue el otoño! Gran abrazo.
5 comentarios:
Sigo con árboles por hacer mención al verano de incendios que llevamos.
Disculpad si no sé coser versos, voy caminándolos interiormente, me dejo llevar por la aguja.
No hay nada que disculpar. El árbol merece todo eso y más. Yo sigo apesadumbrada por todos los incendios en mi pequeño paraíso zamorano... hoy, sin ir más lejos, el tronco de un viejo roble ha vuelto a arder (después de dos semanas de haber apagado ya el incendio por el que fuimos desalojados de la aldea). De nuevo, hemos oído los helicópteros, entrevisto a las cuadrillas trabajando arriba, en el monte. Afortunadamente, han logrado apagarlo, pero el roble debe llevar muriendo y llorando dos semanas y sin duda no se merecía morir calcinado como tampoco el resto del campo zamorano (y no solo) que ha quedado tan devastado. ¿Aprenderemos alguna vez?
Un gran abrazo, Isabel.
Me encantan los árboles, y siento mucha tristeza cuando los veo arder. Besos.
Índigo, espero y deseo que haya pasado el susto de este verano que no ha sido poco con tantos lugares ardiendo.
Ya parece que cambia el tiempo, ¡qué ganas que llegue el otoño!
Gran abrazo.
Teresa, cómo no, con lo que cuesta que crezcan de nuevo.
Siento lo mismo.
Un fuerte abrazo.
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