El árbol quiso crecer,
cerca de las piedras,
cerca del agua,
cerca de ella.
Pero se tuvo que conformar con su sombra.
El hilo que conduce al costurero te llevará al lunes 10 de Septiembre de 2007.
El árbol quiso crecer,
cerca de las piedras,
cerca del agua,
cerca de ella.
Pero se tuvo que conformar con su sombra.
Le estaba enseñando a Perico la libélula o zapatero como la llamamos y me preguntó ¿dónde está el árbol? Le expliqué el porqué el vecino había quitado el pino; toda la familia era alérgica a las orugas.
En ese instante hizo aparición la voz potente del chatarrero en la calle. Iba, como de costumbre, con su carrillo de mano y solicitaba: hierro, cobre, y otros materiales para vender.
A pesar de su interés por el árbol, noto que el niño ya no me escucha. También se olvida de la libélula y las explicaciones que pensaba darle y me señala el camino de la cigarra.
-Claro, por eso corre que se las pela, para darle un chupetón a la tuerca, igual le falta hierro como a mí.
-¿Cómo?
-Sí, tía, es que tú no has visto que mi madre por la noche le clava una puntilla larga a una manzana, por la mañana se la quita y me hace comérmela a trocitos.
A J. M. esté donde esté.