Pues no sabes cuánto me alegro, Loam. A mí tu Cai es el lugar que más me gusta y al que siempre vuelvo. Y este paseo fue genial por todo, lo necesitaba. Más abrazos de vuelta.
He entrado en tu "casita de papel" y me he emocionado con tu post. Nuestra querida Rosa ¡cuánto le echo de menos! Tan sencilla era ella que sólo con unas palabras, sueltas, escogidas por su corazón decían tantas cosas. Su amor por el mar y por su Chipiona que la vio crecer correteando por sus playas y chapoteando sus pies en la orilla o recibiendo a las olas con un abrazo. Ella era la preciosa gota que le faltaba a ese Oceano para acabar de llenarlo. Rosa, disfruta de esa felicidad que te merecías. Siempre estás presente.
14 comentarios:
¡Esa es la Alameda Apodaca! Ahí nací y me crie.
¡Qué alegría ver esas preciosas fotos de mi Cai!
Un abrazo saladito y gracias.
Pues no sabes cuánto me alegro, Loam. A mí tu Cai es el lugar que más me gusta y al que siempre vuelvo. Y este paseo fue genial por todo, lo necesitaba.
Más abrazos de vuelta.
Te entiendo porque vivo cerca del mar en Miami
¡¡¡OLE!!!
Cuanto me alegra que seas feliz. Un beso.
Cádiz es tan especial... y el mar, siempre el mar.
Abrazo grande. Me alegro mucho por ti.
Recomenzar, qué bien. Me alegro mucho por ti.
Abrazo.
Tracy, y tú, cómo no, alegría.
Besos.
Teresa, muchas gracias y un fuerte abrazo.
Índigo, sí que lo es, hasta en su fisonomía vista en planta y, es verdad, el mar siempre es hermoso.
Gran abrazo.
Preciosas fotos y palabras.
Cuando miro el mar lo siento mío. Ya hay ganas d evolver a verlo
Buen martes. Cuídate.
Un abrazo.
Laura, bienvenida. Muchas gracias por entrar. Sí, con vacunas y todo hay que seguir con los cuidados.
Otro abrazo de vuelta.
He entrado en tu "casita de papel" y me he emocionado con tu post. Nuestra querida Rosa ¡cuánto le echo de menos! Tan sencilla era ella que sólo con unas palabras, sueltas, escogidas por su corazón decían tantas cosas. Su amor por el mar y por su Chipiona que la vio crecer correteando por sus playas y chapoteando sus pies en la orilla o recibiendo a las olas con un abrazo. Ella era la preciosa gota que le faltaba a ese Oceano para acabar de llenarlo. Rosa, disfruta de esa felicidad que te merecías. Siempre estás presente.
Un fuerte abrazo, amiga.
Ave Peregrina.
emege, cómo no recordarla, el mar lo era todo para ella, ahí se escapaba cuando podía.
Gran abrazo.
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