domingo, 22 de mayo de 2016

407. Cuando digo Lidia no quiero decir Carmen

Tan concentrada estaba escribiendo que no me había dado cuenta de que se había hecho de noche. La sola luz de la pantalla del portátil iluminaba la habitación.
Lidia era la protagonista pero en ese capítulo no aparecía hasta el final. Contenta de cómo lo había adelantado tecleé su nombre para acabarlo. 
Al pulsar el espacio para escribir su apellido, el nombre se borraba, y, en vez de Lidia, aparecía el nombre de Carmen. Primero extrañada y luego cabreada seguí borrando y escribiendo una otra vez el nombre correcto. No hubo manera, esa secundaria maligna había tomado forma de repente y encima quería suplantarla.

Así me fui a la cama, sin saber si era el teclado que fallaba, más que nada por encontrar una solución lógica. Esa noche pensé cambiar el curso de la novela varias veces. Sin poder dormir, al clarear me levanté, encendí la luz de la cocina y al mirar hacia los árboles una lámpara sin cable pendía de ellos.

  
No, no me estaba volviendo loca, era sólo un reflejo.

Abrí el ordenador y un archivo nuevo. Le puse el mismo título: “Carmen se subió al tren”, pero ya veis, al darle al espacio la secundaria apareció de nuevo erre que erre.  

10 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

Jajaja. Estas cosas pasan, tocaya. Los personajes no son obedientes y hacen lo que quieren. Aunque al principio los creamos dúctiles en nuestras manos, luego cobran vida propia y te imponen su visión y hasta pueden decidir cambiarse el nombre, jeje.
Bueno es escucharlos. Porque están vivos (literariamente hablando, claro).
Un abrazo grandote

Isabel dijo...

Isabel, tan vivo que lo que digo del nombre me pasó de verdad, igual es algún problema del corrector de textos o algo parecido. Lo agracecí, porque no sabía que escribir para actualizar el blog y me dio la idea.
Gracias por entrar, sé lo liada que debes estar.
Gran abrazo, tocaya.

ethan dijo...

La rebelión de los personajes, como los dejes sueltos te cambian el libro entero...
Abrazos

NáN dijo...

Metaliteratura y ternura, es lo que has hecho.

Elvira dijo...

Esos personajes que tienen vida propia. Un beso

Isabel dijo...

ethan, y a mí que me gusta dejarlos.
Más abrazos de vuelta.

Isabel dijo...

Bueno, NáN, me encanta que lo digas, pero no es para tanto, mira que hasta lo encontraba cuando lo escribí un poco insulso.
Pero sí me quedo con la ternura. Gracias y abrazos.

Isabel dijo...

Elvira, lo que tiene vida propia es mi teclado, he vuelto a comprobar si sigue haciendo de las suyas y me sigue borrando Lidia y apareciendo Carmen. A lo próximo que escriba le pongo ese nombre. ¡Qué yu yu!
Más besos para ti.

Dol dijo...

qué miedo.
¿Hubo alguna Carmen importante en tu vida?
Digo madre,tías, abuelas....porque tanta insistencia da que pensar.
Besitos.

Isabel dijo...

Reyes, la verdad es que en mi familia no hay ninguna Carmen que yo sepa.
Pero bueno, hay que achacarlo a un fallo técnico que no soy yo de comerme el coco, más bien echarlo a broma.
Abrazos.