Un libro es lo que tiene, levantas la
vista de la página y vuelas, pero no necesariamente por lo que
cuenta.
Estoy sentada en tu sitio,
acurrucada dentro de tu jersey de lana gruesa, y, si cierro los ojos
te veo pensando en lo que creías: el trabajo bien hecho, tu
honradez, tu ética, justicia para todos... Con eso no van a
poder, con los que sembrasteis esas semillas, y aunque pretendan
estirparlas de mil maneras no lo conseguiran, porque están dentro y
germinan.
El
título de la entrada lo he tomado de un libro; su autor es un
director de cine checo, Jan Svankmajer. Hoy
leyendo sobre él he encontrado un decálogo suyo del que he
extraido algunos puntos que me gustan para terminar el año pensando
en ellos.
-Si tienes que decidir a qué debes conceder prioridad, da siempre prioridad a la experiencia del cuerpo, puesto que el tacto es anterior a la vista y su experiencia es mucho más fundamental. Pero el punto que no debes perder de vista es la sinestesia.
-Cuanto más profundizas en una historia propiciada por la imaginación, más realista tienes que ser con los detalles. Si quieres persuadir al espectador de que lo que está viendo en la película le concierne, debes servirte de todos los artificios cinematográficos que tengas a tu alcance.
-Cultiva la creación como una forma de autoterapia. Esta actitud antiestética es la que efectivamente acerca la creación a la libertad. Ninguna película (cuadro, poema) puede liberar al espectador si no procura un estado semejante al del autor.
-La imaginación es subversiva porque proclama lo posible sobre lo real. La imaginación es lo que ha hecho que el hombre sea más humano, no el trabajo. Imaginación, imaginación, imaginación, imaginación…
Salud y suerte para el 2013
La Luna (foto que tomé desde mi azotea) da 13 órbitas completas a la Tierra al año, y cada estación dura 13 semanas. Y yo más vale que me calle ya, y deje al año terminar.