Dejé reposar la lectura un tiempo y me fui al cine. Sentada en la butaca, la primera impresión fue buena, pero me di cuenta que me estaba contando, entre plano y plano, el texto que el film no puede reflejar en tan corto espacio.
Así que, me relajé y me dispuse a disfrutar del poder sintetizador de la imagen: una mirada, una piel cuyos vellos se erizan ante la primera caricia, un retroceder del protagonista para encontrar apoyo antes de tomar una decisión, las dudas, los titubeos, los libros, la voz de una grabación en un magnetófono que es hoy una reliquia...
Desde que se llevó a la pantalla grande, también ha sido actualidad el libro de Bernhard Schlink, juez alemán nacido en el 44; el tema del libro conocido y, en algunas ocasiones, simplificado: erótica y política.
Algunos se extienden más y hay que tener cuidado de que no te lo cuenten todo, basta buscar en internet. Sensacionalista no exento de tópicos son otras opiniones que suscita.
Rechazo quizás por los más jóvenes a comprender, palabra clave y en la que confía el profesor interpretado en el film por Bruno Ganz que, sólo aparecer en pantalla, me trajo a la memoria "El cielo sobre Berlín" que dirigió Wim Wender.
Partiendo de la palabra comprender, palabra que me gusta especialmente, y sin entrar en el tema de la culpa, la historia, creo, tiene que ver con algo mucho mas antiguo y constante en el ser humano: el secreto, que lleva a quien lo tiene y no quiere desvelar a un determinado comportamiento.
1 comentario:
La vi el otro día y aunque por momentos me puse un poco a la defensiva , (por ejemplo el alegato del estudiante cabreado ante la complicidad del mundo , y es que esto vuelve a ocurrir en nuestros días con Palestina , ésa es mi humilde opinión , y tampoco nadie hace nada )creo que la impresión general es que me gustó porque cuenta una historia personal y expone lo difícil que resulta comprender,. como bien dices, los innumerables detalles y circunstancias de una historia.
El libro no lo leí.
Un besito.
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